Mientras buscaba estos videos que quería compartir con ustedes, estimados lectores, recordé un post que leí hace mucho tiempo -mientras buscaba posts sobre evolución y religión-, que me dejó tan pasmado que se me hace imposible olvidarlo… olvidar que en este mundo hay personas que efectivamente piensan así (las negritas son mías, para poner énfasis en las metáforas y “argumentos”)…

Modern Science is like religion. To become its devotee, you must first convert. Unless you were a child already catechized in the particulars of its system, Modern Science requires you to repent from your old ways of knowing and to embrace its dogmas. Most people who are followers of Modern Science accept her axioms with very little or no evidence—i.e., by faith. Most people cannot prove that the earth revolves around the sun, but they accept it by faith. They may, based on a series of previously determined assumptions and relatively established theories, deem reasonable the prevailing theory that the earth’s relative position in its orbit around the sun causes varying amounts of sunlight and warmth in a given day, but they cannot really empirically prove that it is so. How many of the general public have taken the steps to prove that man’s use of fossil fuels is causing an alarming increase of the surface temperature of the planet? No, they accept it by faith on the testimony of a consensus of scientists, who themselves serve like priests to mediate this creed to the populace. People believe in fantastic invisible powers and entities (beings), like gravity and atoms. They undergo government mandated catechesis in the important dogmas of the cult (the aforementioned priests decide which dogmas are important).

Modern science requires conversion, has priests, espouses a strict system of doctrine, and, most importantly, requires the steadfast faith of its adherents. Modern science is very much like religion.

Via: Immoderate

Ese es el gran problema con los relativismos epistemológicos: mezclan categorías y niveles de análisis, eliminan distinciones metodológicas cruciales, pero lo peor (y lo más importante), es que parten de la idea que todas las justificaciones para una idea dada tienen el mismo peso. Este relativismo no sólo se hace evidente en le pseudo-debate actual entre creacionistas y evolucionistas, sino que en casi todo orden disciplinar. Sobre todo al interior de las humanidades, en las que el choque entre posiciones divergentes se hace mas evidente (Filosofía Analítica vs. Continental, Conductismo vs. Psicoanálisis, por mencionar algunas).

Personalmente, sigo convencido que definir conocimiento como “creencia verdadera justificada” es la mejor aproximación de la que disponemos. Se reconoce que el conocer es una actitud hacia un contenido (creencia), que esta tiene un valor semántico (significa algo, por lo que puede ser verdadera o falsa… el sinsentido no es ni verdadero ni falso, ya que no hay forma de establecer sus condiciones de verdad) y que existe un contexto de la justificación de esta creencia. Siguiendo el Diccionario Herder de Filosofía:

Relación que se establece entre un sujeto y un objeto, mediante la cual el sujeto capta mentalmente (aprehensión) la realidad del objeto. Para que exista conocimiento, es necesario que se cumplan las tres condiciones siguientes [S es el sujeto, y p cualquier enunciado que el sujeto dice saber] :

1) CONDICIÓN DE VERDAD: si S sabe que p, entonces p es verdadero
2) CONDICIÓN DE CREENCIA: si S sabe que p, entonces S cree que p
3) CONDICIÓN DE JUSTIFICACIÓN: si S sabe que p, entonces S tiene razones para creer que p

Dicho de otro modo, «S sabe que p si y sólo si es verdad que p, S cree que p y, además, S está justificado en creer que p». En un lenguaje corriente, para saber algo, es necesario que ello sea verdad, que lo creamos y que tengamos razones para creerlo (y que ninguna de estas razones sea falsa). De forma breve, «conocimiento» es una creencia verdadera justificada. El conocimiento científico puede definirse como una creencia racional justificada…”

El caso, es que en pleno siglo XXI, pareciera ser que la frontera entre Ciencia y Pseudociencia se ha hecho cada vez más borrosa, sobre todo en lo que concierne al entendimiento de la la mente humana y su lugar en el mundo. Hay múltiples y tristes ejemplos del cómo la pseudociencia suplanta la ciencia, ofreciéndose al público general como algo que no es: un conocimiento, una creencia verdadera justificada . Si esto sucediera sólo en las “altas esferas” de la academia, daría mas o menos lo mismo, pero cuando las ontologías borrosas, los argumentos carentes de rigurosidad y profundos sólo en apariencia, y las metodologías de dudosa fiabilidad se venden a buen precio, y son personas las afectadas o embaucadas, ya no da lo mismo. Con las personas no se juega.

en esta foto, ¿quién necesita ayuda? (pista: probablemente los dos...)

Michael Shermer (con el que, insisto, tengo serias divergencias políticas pero una profunda simpatía con su trabajo en desenmascarar y denunciar a la pseudociencia y sus chantas, embaucadores y timadores) apareció hace algún tiempo un video sobre el Baloney Detection Kit (o “kit de detección de tonterías”, aunque yo prefiero el termino “bullshit”, inspirado en un escrito de Carl Sagan)

(Tip: si los subtitulos estan demasiado pequeños y no se leen bien, vea los videos en pantalla completa)

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=eUndhy9MT8U]

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=iTlP-0u9Xhk]

En resumen: LA CIENCIA NO ES COMO LA RELIGIÓN. Hace algunas semanas escribí una mini declaración de principios en un comentario en un excelente blog sobre psicología, Psicomaxis. Autoparafraseándome:

“…somos entusiastas seguidores de la investigación científica en serio, pero eso no significa que seamos tontos graves y que nos olvidemos de que la ciencia solo captura un pedacito de la riqueza del mundo real en que vivimos … no pontificamos, solo tratamos de abrir un espacio de cordura en medio del chanterío que se ha tomado la cultura popular, el nihilismo y relativismo epistemológico que abunda en las humanidades y el reduccionismo miope que abunda en las ciencias duras.”

De eso se trata la Tercera Cultura: de abrir un espacio para la discusión e integración de conocimientos. Pero además de ser abiertos de mente para aceptar otras posturas, hay que tener la claridad necesaria para rechazar los intentos de confundir y disfrazar las cosas. La idea es jugar… pero para jugar hay que jugar bien, y por sobre todo, hay que jugar limpio.

A propósito del relativismo epistemológico, les recomiendo leer esta reseña del libro “Imposturas Intelectuales” de Alan Sokal y Jean Bricmont (nótese el contraste entre la entrada sobre el libro en inglés y español en la wiki). La reseña contiene un buen resumen del libro, el cual pueden descargar en pdf aquí. La idea de traer estos temas a la mesa es precisamente discutirlos… ¿que opinan ustedes?