Les dejamos este breve cuento, que leí por primera vez citado parcialmente en el libro “Mindware“, de Andy Clark (pueden ver unas breves reseñas críticas en español aquí y aquíy si lo quiere… you know). Lean el cuento, para que vayan calibrando las antenas para el próximo episodio de nuestro Podcast.

—Están hechos de carne.

—¿Carne?

—Carne. Están hechos de carne.

—¿Carne?

—No hay dudas al respecto. Recogimos a varios de ellos en diferentes partes del planeta, los llevamos a bordo de nuestras naves y los investigamos de lado a lado. Son completamente carne.

—Eso es imposible. ¿Qué hay de las señales de radio y de los mensajes a las estrellas?

—Usan ondas de radio para hablar, pero las señales no salen de ellos. Las señales salen de máquinas.

—¿Pero quién hizo las máquinas? Queremos contactarnos con ellos.

Ellos hicieron las máquinas. Eso es lo que trato de decirle. La carne hizo las máquinas.

—Eso es ridículo. ¿Cómo puede la carne hacer una máquina? Me pide que crea en carne consciente.

—No se lo pido, se lo digo. Estas criaturas son la única raza consciente en el sector y están hechas de carne.

—Tal vez son como los Orfolei. Ya sabe, una inteligencia basada en el carbono que pasa por una etapa de carne.

—No. Ellos nacen como carne y mueren como carne. Los estudiamos en varias de las etapas de su vida, lo cual no llevó mucho tiempo. ¿Tiene alguna idea de cuál es el período de tiempo que puede vivir la carne?

—No quiero saberlo. Está bien, tal vez sólo son en parte carne. Ya sabe, como los Weddilei. Una cabeza de carne con un cerebro de plasma electrónico en su interior.

—No. Pensamos en eso, porque ciertamente tienen cabezas de carne, como los Weddilei. Pero ya le dije, los investigamos. Son de carne por todos lados.

—¿No tienen cerebro?

—Sí, claro que tienen cerebro. ¡Sólo que el cerebro está hecho de carne! Eso es lo que estoy tratando de decirle.

—Pero, ¿con qué piensan?

—No me está entendiendo, ¿verdad? Se niega a creer lo que le digo. El cerebro es el que piensa. La carne.

—¡Carne que piensa! ¿Me pide que crea en carne que piensa?

—¡Sí, carne que piensa! ¡Carne consciente! Carne que ama. Carne que sueña. La carne es todo lo que hay. ¿Entiende la situación o tengo que empezar todo de nuevo?

—OMFGWTF. Entonces es en serio. Están hechos de carne.

—Gracias. Al fin. Sí, están totalmente hechos de carne. Y han estado intentando contactarnos por casi cien años de los suyos.

—OMFG. ¿Qué es lo que quiere la carne?

—Primero, quiere hablar con nosotros. Después supongo que querrá explorar el universo, contactar a otros seres conscientes, intercambiar ideas e información. Lo normal.

—Y se supone que tenemos que hablar con carne.

—Esa es la idea. Este es el mensaje que han estado enviando por radio: “Hola. ¿Hay alguien allí? ¿Hay alguien en casa?” Esa clase de cosas.

—Entonces es cierto que hablan. ¿Usan palabras, ideas, conceptos?

—Sí. Excepto que lo hacen con carne.

—Pensé que me había dicho que usaban la radio.

—Lo hacen, pero ¿qué cree que hay en la radio? Sonidos de carne. Como cuando uno golpea o sacude un trozo de carne, éste emite sonido. Ellos hablan sacudiendo su carne a los otros. ¡Incluso pueden cantar cuando lanzan chorros de aire a través de su carne!

—OMFG. Carne que canta. Es demasiado. Entonces ¿qué me aconseja?

—¿Oficial o extraoficialmente?

—Ambas.

—Oficialmente, se requiere que hagamos contacto, le demos la bienvenida y documentemos a todas y a cada una de las razas o seres múltiples conscientes de este cuadrante del universo, sin prejuicio, miedo o favoritismo. Extraoficialmente, le aconsejo que borremos los registros y nos olvidemos de todo este asunto.

—Esperaba que dijera eso.

—Parece rudo, pero hay un límite. ¿En serio querríamos hacer contacto con carne?

—Estoy en un ciento por ciento de acuerdo. ¿Qué podríamos decir? “¿Hola carne, ¿cómo están pasándola?” ¿Cómo podría funcionar? … ¿Con cuantos planetas tenemos que tratar aquí?

—Uno sólo. Pueden viajar a otros planetas en contenedores especiales para carne, pero no pueden vivir en ellos. Y como son carne, sólo pueden viajar en el espacio C. Esto los limita a la velocidad de la luz y hace que la posibilidad de que alguna vez hagan contacto con nostros sea en realidad muy pequeña. Infinitesimal, de hecho.

—Así que haremos como que no hay “nadie en casa” en el universo.

—Tal cual.

—Es cruel. Pero usted mismo lo dijo: ¿Quién quiere conocer carne? Y con los que estuvieron a bordo de nuestras naves, los que investigamos, ¿está seguro que no recordarán nada?

—Pensarán que están locos si lo hacen. Nos metimos en sus cabezas y les alisamos la carne, de forma que apenas seremos un sueño para ellos.

—¡Un sueño de carne! Es extrañamente apropiado que debamos ser un sueño de carne.

—Y marcaremos este sector como deshabitado.

—Bien. Estoy de acuerdo, oficial y extraoficialmente. Caso cerrado. ¿Algún otro asunto? ¿Alguien interesante en ese lado de la galaxia?

—Sí, una masa inteligente con núcleo de hidrógeno, agradable pero un poco tímida, en una estrella clase nueve en la zona G445. Estuvo en contacto hace dos rotaciones galácticas, quiere ser amistosa de nuevo.

—Siempre vuelven…

—¿Y por qué no? Imagínese lo insoportable, lo impronunciablemente frío que sería el universo si uno estuviera completamente solo…

Cuento: They Are Made out of Meat (Están Hechos de Carne), de Terry Bisson.