“Sabía lo que era una perífrasis, no muy bien, pero lo sabia. No sabía, sin embargo, lo que era una pentapodia (que, como todo el mundo sabe, en la métrica clásica es un sistema de cinco pies), tampoco sabía lo que era un nicárqueo (que es un verso parecido al falecio), ni lo que era un tetrástico (que es una estrofa de cuatro versos). ¿Que cómo sé que no lo sabía? Porque cometí el error, el primer día de taller, de preguntárselo. No sé en qué estaría pensando. El único poeta mexicano que sabe de memoria estas cosas es Octavio Paz (nuestro gran enemigo), el resto no tiene ni idea, al menos eso fue lo que me dijo Ulises Lima minutos después de que yo me sumara y fuera amistosamente aceptado en las filas del realismo visceral”.

García Madero en Los Detectives Salvajes

Recuerdo que las vacaciones más memorables de mi vida fueron las del verano de 1991, en Puerto Montt. En la casa de los tíos donde me alojaba tenían la versión completa de la Espasa Calpe, cientoytantos volúmenes de miles de páginas cada uno. Recuerdo que pasé gran parte de las semanas en que estuve allí sentado frente al  mar y tomando notas sobre métrica, tipos de poemas, y recursos literarios. Me hice de un mamotreto de decenas de hojas de cuaderno, que luego cuidadosamente fotocopié y fui achicando en cada fotocopia hasta quedar con un atillo de hojas del tamaño de la palma de una mano. Luego regresé a Santiasco, y se me perdió el librillo, entré a estudiar periodismo y se me olvidaron casi todas las cosas que aprendí ese verano.

Entre el 2002 y el 2003, cuando corrían los afiebrados días en que junto con Scott Sadowsky construíamos la Lista de Frecuencias de Palabras del Castellano de Chile (Lifcach), se me ocurrió hacer una rutina Excel que pudiera separar una palabra en sus sílabas constituyentes. Este fue el resultado:

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A la aplicación le pusimos SICAM (Silabificador del Castellano Moderno), siguiendo la rutina de aquellos días de poner nombres siglas a todas las leseras que se nos iban ocurriendo.

En 2006 a Guillermo Soto se le ocurrió que, como homenaje al profesor Jorge Ibarra, quizá se podía mejorar la aplicación si hacíamos que pudiera separar versos en sílabas y no solo palabras huachas. Así nació la v.3.0 del SICAM, que yo, para mis adentros llamé cariñosamente García Silicio, en homenaje a García Madero. Presentamos una ponencia en el Primer Congreso de Poesía Chilena del Siglo XX de la U. de Chile. Este es el PPT:

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Lo que logramos hacer hasta ese momento del proceso fue que la rutina tomara un verso y lo analizara con diferentes criterios. Este es el resultado del análisis de los sentidos versos “qué linda en la rama la fruta se ve“:

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SICAM (a.k.a. García Silicio) analiza considerando licencias como sinalefas débiles y fuertes, sinéresis, hiatos y diéresis, además entrega la rima, la longitud del verso, los cálculos de secciones yámbicas y trocaicas, el axis rítmico, etc.

Lamentablemente, mi objetivo final, que es que el SICAM analice un poema completo, dando información sobre su estructura estrófica, no ha podido (como dicen los periodistas deportivos) concretarse. Ah, si tuviera tiempo y plata pa conseguir el apoyo de un verdadero computín, estaríamos listos…

Aquí se puede descargar la aplicación: SICAM.

Atención: no se preocupen por los macros, son infensivos.