Hace algunas semanas, la Fundación EDGE organizó una conferencia llamada THE NEW SCIENCE OF MORALITY, en la que se convocó a Filósofos, Psicólogos y Cientistas Sociales en torno a los nuevos estudios sobre la Moralidad Humana realizados en el seno de la Filosofía Analítica, la “Filosofía Experimental” y la Ciencia Cognitiva. Algunos de los presentes son viejos conocidos, como Joshua Knobe (a quien aludimos en nuestro posteo sobre el Efecto Knobe) y Jonathan Haidt (autor del paper “The Emotional Dog and its Rational Tail“, a mi juicio uno de los trabajos fundacionales en el resurgimiento del innatismo moral Humeano al interior de la filosofía contemporánea).

Ayer, en el sitio web de EDGE se publicó una declaración conjunta de los participantes de la conferencia. Luego de leer el excelente resumen publicado en el siempre informativo y entretenido blog La Revolución Naturalista, titulado “La Ciencia ante el Relativismo Moral”, me decidí traducir la declaración completa. Pueden leer el original aquí: http://www.edge.org/3rd_culture/morality10/morality_consensus.html. Aquí va mi traducción de la declaración:

THE NEW SCIENCE OF MORALITY
An Edge Conference

En los últimos diez años, la moralidad se ha transformado en una zona de convergencia para investigadores en las Ciencias y las Humanidades. La cantidad de investigación se ha incrementado rápidamente, al igual que la diversidad de métodos empleados. En un esfuerzo de hacer un inventario de los avances en este campo de investigación en cambio constante, EDGE organizó una conferencia en Washignton, CT, entre el 20 y el 22 de Junio de 2010. Los participantes en la conferencia describieron su propio trabajo, y luego intentaron esbozar una lista de puntos en los que todos estaban de acuerdo. Ellos alcanzaron un consenso en los ocho puntos listados más abajo.

Esta declaración de consenso no pretende representar a todos los inevstigadores que estudian la moralidad, ni intenta ser un pronunciamiento definitivo. En vez de eso, esta declaración pretende ser un punto de partida para una conversación del Reality Club de EDGE. Se propone esta lista como un esbozo del estado del arte, puesta a disposición de la comunidad para su comentario y edición.

Además, pronto se publicará una lista de declaraciones individuales que destacrán las áreas de desacuerdo entre los firmantes.

DECLARACIÓN DE CONSENSO

1. La Moralidad es un fenómeno natural y un fenómeno cultural a la vez

Al igual que el lenguaje, la sexualidad o la música, la moralidad emerge desde la interacción de múltiples “ladrillos” psicológicos (N. del T.: el original habla de “building blocks”, como los de los Lego. Unidades o elementos constituyentes) dentro de cada persona, y desde las interacciones de muchas personas dentro de una sociedad. Estos ladrillos son productos de la evolución, en la cual la selección natural juega un papel crítico. Éstos son ensamblados en moralidades coherentes cuando los individuos maduran dentro de un contexto cultural. El estudio científico de la moralidad entonces requiere los esfuerzos combinados de las ciencias naturales, las ciencias sociales, y las humanidades.

2. Muchos de los ladrillos psicológicos de la moralidad son innatos

La palabra innato, tal como la usamos en el contexto de la cognición moral, no significa inmutable, operacional al momento de nacer, o visible en cada cultura conocida. Significa organizado antes de la experiencia, aunque la experiencia puede revisar esa organización para producir variaciones dentro y entre culturas.

Muchos de los ladrillos de la moralidad pueden encontrarse, de alguna forma, en otros primates, incluyendo la simpatía, la amistad, las relaciones jerárquicas, y la construcción de alianzas. Muchos de los ladrillos de la moralidad son visibles en todas las culturas humanas, incluyendo la simpatía, la amistad, la reciprocidad, y la habilidad de representar las creencias e intenciones de los otros.

Algunos de estos ladrillos de la moralidad entran en operación muy temprano durante la niñez, tales como la capacidad de responder con empatía al sufrimiento humano, el actuar de manera altruista, y de castigar a aquellos que hacen daño a los demás.

3. Los juicios morales la mayoría de las veces se realizan de forma intuitiva, con poca deliberación o evaluación consciente de la evidencia y las alternativas.

Al igual que los juicios sobre la gramaticalidad de las oraciones, los jueces morales la mayoría de las veces se experimentan de manera veloz, automática y sin esfuerzo. Éstos ocurren incluso cuando una persona no puede señalar las razones para llegar a esa conclusión.

4. El razonamiento moral consciente juega múltiples papeles en nuestra vida moral.

Las personas usualmente aplican principios morales y razonan moralmente. Por ejemplo, la gente utiliza el razonamiento para detectar inconsistencias morales en otros y en sí mismos, o cuando las intuiciones morales entran en conflicto, o están ausentes. El razonamiento moral muchas veces cumple una función argumentativa; es a menudo un preparativo para la interacción social y la persuasión, más que ser una búsqueda desprejuiciada de la verdad. En línea con su función persuasiva, el razonamiento moral puede tener efectos interpersonales causalmente importantes. Las razones y argumentos pueden establecer nuevos principios (por ejemplo, igualdad racial, derechos animales) y producir un cambio moral en la sociedad.

5. Los juicios y valores morales usualmente se contradicen con la conducta efectiva

La gente muchas veces fracasa en el intento de ser fiel a sus valores y principios conscientemente adoptados. Una de las muchas razones de la desconexión es que la acción moral muchas veces depende del autocontrol, el cual es un recurso cognitivo fluctuante y limitado. Hacer lo que es moralmente correcto, especialmente cuando esta acción contradice nuestros deseos egoístas, muchas veces depende de un conflicto interno forzoso con un resultado incierto.

6. Muchas áreas del cerebro son utilizadas en la comisión moral, sin embargo no existe un “centro moral” en el cerebro

Los juicios morales dependen de el funcionamiento de múltiples sistemas neurales distintos, pero que interactúan unos con otros, algunas veces de forma competitiva. Muchos de estos sistemas juegan papeles similares en contextos no morales. Por ejemplo, existen sistemas que permiten la implementación del control cognitivo, la representación de estados mentales, y la representación afectiva del valor tanto en contextos morales como no morales.

7.  La moralidad varía entre individuos y culturas

Las personas dentro de cada cultura varían en sus conductas y juicios morales. Algunas de estas variaciones se deben a diferencias heredables en el temperamento (por ejemplo, la amabilidad o la responsabilidad) o en capacidades moralmente relevantes (tales como la habilidad de ponerse en el lugar de otros). Algunas de estas diferencias se deben a variaciones en las experiencias durante la infancia; otras se deben a los roles y contextos que influencian a una persona al momento de evaluar o actuar.

La moralidad varía entre culturas de muchas formas, incluyendo el dominio general de la moralidad (el qué tipo de cosas son reguladas), tanto como las normas morales específicas, prácticas, valores, e instituciones. Las virtudes y valores morales son influidas fuertemente por las circunstancias históricas y locales, tales como la naturaleza de la actividad económica, la forma de gobierno, la frecuencia de los conflictos bélicos, y la fortaleza de las instituciones dedicadas a la resolución de conflictos.

8. En distintos grados, los sistemas morales permiten el florecimiento de comunidades humanas

El surgimiento de la moralidad permitió a grupos muy grandes de personas el vivir en comunidad y cosechar los beneficios de la confianza, el comercio, la seguridad compartida, la planificación de largo plazo, y una gran variedad de interacciones de suma no nula. Los sistemas morales permiten esto de mejor manera que otros sistemas, y por consiguiente es posible hacer juicios comparativos.

La existencia de la diversidad moral como hecho empírico no presta apoyo a una versión tipo “todo vale” del relativismo moral en el cual todos los sistemas morales deban juzgarse como siendo igualmente buenos. Sin embargo, señalamos que las evaluaciones morales entre culturas deben realizarse con cautela, ya que existen múltiples versiones justificables del desarrollo y del bienestar, incluso dentro de las sociedades occidentales. Además, debido a la poderosa influencia de las intuiciones morales sobre el razonamiento, los cientistas sociales que estudian la moralidad corren el riesgo de estar sesgados por sus propios deseos y valores formados culturalmente.

Firmado por:

Roy Baumeister, Florida State University
Paul Bloom, Yale University
Joshua Greene, Harvard University
Jonathan Haidt, University of Virginia
Sam Harris, Project Reason
Joshua Knobe, Yale University
David Pizarro, Cornell University