Ayer en nuestra página de FaceBook pusimos la noticia:

Un pequeño avión de papel de menos de un metro y tripulado por un astronauta de “Playmobil” de 10 centímetros llegó hasta el límite de la atmósfera con el espacio. La aeronave alcanzó una altitud de más de 27 kilómetros, tres veces superior a la que viajan los aviones comerciales. Los responsables de la hazaña son tres británicos aficionados a la aeronáutica espacial: Steve Daniels, Lester Haines y John Oates, quienes diseñaron el avión, de 90 centímetros, después de ponerse en contacto a través de la web de tecnología The Register.  El proyecto, llamado por los autores Operación PARIS, consistió en el ascenso del avión gracias a un globo de helio que lo situó a casi 30 kilómetros sobre la superficie y lo liberó a esa distancia, ya en la estratosfera. El vuelo tuvo lugar el pasado 28 de octubre y duró unos 90 minutos. Los autores bautizaron el avión utilizado como “Vulture 1” (Buitre 1), dando a entender que habrá segundas partes, y lo equiparon con dos cámaras de video (Fuente: Terra).

Una vez, en el episodio cuatro del podcast, Remis comentó que los aviones de papel (así como los barquitos) eran un muy buen ejemplo de meme, esto es “en las teorías sobre la difusión cultural, la unidad teórica de información cultural transmisible de un individuo a otro o de una mente a otra (o de una generación a la siguiente)” (Wikipedia). Decidimos ahora revisar en nuestras bases de datos sobre el tema y esto es lo que encontramos.

En un paper de Caldwell & Millen (2008), “Experimental models for testing hypotheses about cumulative cultural evolution“, los autores someten a prueba en laboratorio la tesis de la “evolución cultural acumulativa” (“cumulative cultural evolution” – CCE), propuesta, entre otros, por uno de los héroes de nuestro blog, Michael Tomasello. Los autores proponen que:

La rápida aparición (en el tiempo evolutivo) de las habilidades cognitivas complejas e invenciones de los humanos modernos se ha atribuido a “Evolución cultural acumulativa” (CCE), la acumulación de conocimientos y habilidades a través de generaciones. Hasta la fecha, los investigadores sólo han podido especular sobre las razones de la ausencia aparente de este fenómeno en los no-humanos, y no ha sido posible poner a prueba hipótesis sobre los mecanismos subyacentes. Aquí, mostramos que es posible demostrar la CCE en condiciones de laboratorio mediante la simulación de relevo generacional a través de la extracción repetida y la sustitución de los participantes humanos dentro de los grupos experimentales. Creamos “Microsociedades” donde los participantes fueron instruidos para realizar tareas sencillas con materiales cotidianos. En uno de nuestros procedimientos, los participantes fueron instruidos para construir un avión de papel que volara la mayor distancia posible, y en el otro, se les instruyó para la construcción de una torre de espaguetis que fuera lo más alta posible. Se demuestra que, en ambos casos, la información se acumula dentro de los grupos de tal manera que las generaciones posteriores pueden producir diseños que tienen más éxito que las anteriores. Estos métodos ofrecen a los investigadores una ventana a la comprensión de CCE, lo que permite manipulación experimental y la prueba de hipótesis.

Los investigadores entregaron a los participantes de la experiencia hojas de papel A4, estos se agruparon en “cadenas” de diez personas asignadas a posiciones 1 a 10. Se les indicó que debían trabajar en hacer los aviones más eficientes, y cada dos minutos y medio, se agregaba un nuevo integrante al grupo. En un primer momento, de cinco minutos, se les pedía que observaran los diseños previos del grupo, y luego se le daban cinco minutos más para que realizaran sus propios diseños. En cada momento había cuatro personas participando: dos construyendo y dos observando, según el siguiente esquema:

Confirmando la hipótesis, el primer avión elaborado voló 226,5 cm., y el último 714,6 cm.

Los resultados de otro experimento, esta vez llevado a cabo por Oliver Bandte, de Icosystem Corporation (“A broad and narrow approach to interactive evolutionary design—An aircraft design example”, Applied Soft Computing, 2008) son aún más espectaculares. En este caso, el diseño no corre por cuenta de humanos, sino que de ordenadores, ni se usa papel, solo diseño gráfico. Con un modelo de “computación evolucionaria interactiva” (interactive evolutionary computation – IEC), el autor echó a correr diseños de jets comerciales en 800 generaciones (salidas) y llegó a que el mejor diseño posible (en este contexto) es este:

Por supuesto, este es un diseño ideal, y no tenemos idea de cómo se podría doblar un papel para construirlo: ¿algún papiroflexista por ahí? Queremos batir el récord de Takuo Toda:

Para ir ensayando:
Construcción Avanzada de Aviones de Papel vol. I, II, III
Tamaño: 55MB
Formato: PDF

Agradecimientos a Miguel Muñoz.