En Tercera Cultura amamos los metaanálisis, creemos que, en el pandemónium de investigaciones que se publican a la velocidad de la luz en todo el mundo (donde las publicaciones arbitradas aumentan día a día), la única manera de establecer qué es dato robusto y qué simple superchería, solo puede pasar por revisar muchos trabajos a la vez.

Por eso, nos caímos de poto cuando nos encontramos con esta investigación “Identifying and  explaining apparent universal sex  differences in cognition and behavior” (Ellis, 2011, en prensa). En él, Lee Ellis revisa los resultados de 1.312 investigaciones sobre diferencias sexuales entre hombres y mujeres y las agrupa en 65 apparent universal sex differences (AUSDs). Luego determina cuál de cuatro posibles modelos explicativos ajusta más:

  1. Founder effect theory
  2. Social structuralist theory
  3. Evolutionary theory
  4. Evolutionary neuroandrogenic (ENA) theory (nuestro modelo favorito, ver acá)

Como ya hemos dicho (link anterior), ENA presupone que la clave de las diferencias es la testosterona en el cerebro (prenatal). Ellis agrega un precioso gráfico de cómo evolucionan los niveles de este andrógeno en mujeres y hombres a lo largo de la vida.

El metaanálisis concluye que:

La teoría ENA (Evolutionary neuroandrogenic) afirma que (a) factores de evolución genética, inclinan a las mujeres a sesgar sus elecciones de pareja hacia hombres que son abastecedores leales y competentes de recursos y (b) los hombres no son más que una variante genética del sexo femenino seleccionados para responder a los sesgos de apareamiento femeninos (GLUP!!!). En cuanto a las causas inmediatas (el cómo), la teoría sostiene que la alta exposición a los andrógenos se ha desarrollado para alterar el funcionamiento del cerebro masculino de dos maneras específicas en relación con los cerebros de la mayoría de las mujeres: (a) una activación subóptima (GLUP!!! x 2) y (b) un giro hacia la derecha en el funcionamiento neocortical. Estos dos patrones funcionales se describen y se establece la hipótesis de que los hombres y las mujeres se inclinan para aprender de forma diferente en muchos aspectos. Las diferencias más fundamentales implican formas de aprendizaje de los varones que o bien cumplan o bien eludan las preferencias femeninas pareja.

El regalo del post… Acá tienen todas las 65 características documentadas por el estudio: