Si consideramos que los elementos principales de las oraciones del lenguaje humano son el sujeto (en grueso, quién realiza la acción), el verbo (la acción propiamente tal) y el objeto (o complemento directo, el receptor de la acción) uno de los efectos más importantes de este simple hecho es que las diferentes lenguas ordenarán los elementos de distintas maneras. De hecho, existen seis formas de hacerlo:

  • SVO (Juan golpea la pelota)
  • SOV (Juan la pelota golpea)
  • VSO (Golpea Juan la pelota)
  • VOS (Golpea la pelota Juan)
  • OSV (La pelota Juan golpea)
  • OVS (La pelota golpea Juan)

En castellano se puede realizar todos los órdenes, como muestran “Juan”, “la pelota” y “golpear” de los ejemplos anteriores; sin embargo, hay un orden predilecto (que en lingüística se llama “orden no marcado”), SVO. Se dice entonces, en tipología lingüística, que el castellano es una lengua SVO, mientras que, por ejemplo, el japonés y el latín son lenguas SOV. Joseph Greenberg (1963) fue probablemente quién más atención le prestó a este tipo de asuntos y descubrió que, en las lenguas humanas, los tres órdenes favoritos eran SVO, SOV y VSO (este último en lenguas como el galés o el árabe); mientras que los restantes tres eran extremadamente infrecuentes. En efecto, OVS y OSV practicamente no existirían (a menos que hablemos Klingon como en Star Trek, la más conocida lengua OSV).

Es hoy una idea bastante consolidada (teoría monogenética) que existió una lengua originaria africana de la que se derivan las lenguas habladas hoy en el mundo (los lenguajes de señas, que son lenguas propiamente tales, en cambio, pueden aparecer espontáneamente, a menudo en comunidades de personas sordas, en cualquier momento y lugar); de modo que una pregunta interesante es: ¿cuál era el orden de los elementos en dicha lengua?

Un estudio reciente de Gell-Mann (sí, adivinó, Murray, el inventor de los quarks y Premio Nobel de Física 1969) & Ruhlen (2011), en que los investigadores revisaron el orden en 2.135 idiomas propone que dicho orden es SOV.

Las conclusiones a la que llegan los autores son las siguientes:

  1. si hay una lengua de la que todos o la mayoría de los lenguajes derivan, tenía un orden de palabras SOV;
  2. excepto en los casos de difusión, la dirección del cambio, cuando se produce, ha sido en su mayoría SOV > SVO > VSO / VOS con reversión ocasional a SVO, pero no a SOV,
  3. la difusión, aunque importante, no es el proceso dominante en la evolución del orden de las palabras, y
  4. los órdenes OVS y OSV, inusuales, parecen derivar directamente de SOV.

Los dejamos con las tablas por familias lingüísticas.