[Nuestro gran amigo y compipa Corrales(!) acaba de lanzar su primer libro de poemas por Tácitas. Como un homenaje al compañero de tantas jornadas, les dejamos el texto de presentación que leyera la gran Marce Labraña en el lanzamiento].

Presentación de Sin alma[1] de Corrales(!), por Marcela Labraña

Bar Rapa Nui, jueves 13 de Octubre de 2011.

Cada vez que intento imaginar cómo sería el alma que perdieron Corrales(!) y compañía, recuerdo la siguiente imagen que consuela, en parte, mi genuina y demodé inquietud mística: “¿Cómo serán las almas? A mí se me ocurre una cosita blanca con la forma de Australia”[2]. Así, como un gran territorio blanco y deforme, ve Papelucho el alma en general; el alma de todos y ninguno en particular. Así, “única, grande y nuestra” es el alma que se pierde en cada uno de los 22 poemas de Sin alma, el primer libro de Corrales(!) que, sin duda, y pese a sus denodadados esfuerzos, aún conserva la suya. Creo que solo el lente atento e infalible del scanner de almas, nos permitiría ver la forma del alma de este joven poeta. Lamentablemente no dispongo de tan notable adelanto de la ciencia, pero, de todos modos, aventuraré una hipótesis; así sin más, a la buena de Dios: la forma del alma de Corrales es la de un signo de exclamación entre paréntesis. Dicho sea de paso, por eso era tan importante que en la portada de libro su nombre figurara así, en cuerpo: “Corrales” y en alma “(!)”.

Cada uno de estos 22 poemas comienza del mismo modo: “Ahora que somos de los sin alma”. Este verso constata un extravío voluntario, como se explicita a poco andar: “la tuvimos sí/ pero la vendimos a precio de huevo”(7).

Pero no todo está perdido; gracias a este mal negocio, el hablante lírico que pergeñó estos versos, logra carnet de socio en un selecto grupo: el de los desalamados de siempre, así que, aún sin alma, a ratos, no se siente tan solo; la verdad es que, a ratos, se siente estupendamente, aliviado e incluso más inteligente, como bien lo explica el cuarto poema de este libro:

Ahora que somos de los sin alma

entendemos muchas cosas

antes ininteligibles

 

entre otras cosas

entendemos la democracia

y su correcto funcionar

 

entendemos el porqué

de la existencia de las

ciencias humanas

y por qué existe dicom

(17)

Para los desalmados de hoy en día, sin embargo las cosas no son siempre así de fáciles. La sombra del alma es más fuerte y en varios momentos Corrales(!) y compañía se lanzan a la búsqueda del alma vendida. Así, como que no quiere la cosa, juntan unas lucas para hacerse asesorar por un experto; nada menos que “paz guerra” alias “juan juana”(31) quien sabiamente les dice:

no investiguen más filosofías occidentales ni orientales

de alemanes franceses chinos hindües o japoneses

todo aquello es filosofía barata porque para qué

vamos a andar con cosas toda la filosofía es barata

(31).

Hacia el final del libro, en el penúltimo poema, los sin alma recurren a otro guía espiritual, en este caso de renombre internacional: Bart Simpson. Puntualmente, recuerdan el episodio en que Bart vende su alma y, para colmo de los males, se convierte en objeto de mofa de las “apestosas gemelas de pelo fucsia”.

Creo que, más que Juan Juana alias Paz Guerra, más que el propio Dios, amo y señor de las almas en comodato, más que el psiquiatra que pastorea las almas perdidas, el último y verdadero mentor de Corrales(!) es Bart Simpson. Y no sólo lo guía existencialmente, también es su modelo de escritor. ¿Cómo así? Vayamos a la fuente madre, al libro de cabecera de todo joven poeta moderno, al libro de los libros: Guía para la Vida. Un mini libro para los perplejos[3] del propio Bart Simpson. En su capítulo “Cómo ser un genio poético” encontraremos varias de las claves de la poética corralística. Dentro de su decálogo de 12 puntos, quisiera destacar 3 que Corrales(!) cumplió a rajatabla:

4) Cuanto más desesperanzado sea el tema de tu poesía, mejor: he aquí algunas ideas para principiantes: odio, amor, muerte, culpa, los deberes.

Sin comentarios.

7) Cuando más grandilocuentes sean las palabras, mejor será el poema.

Tampoco hacen falta comentario.

12) Repite las mismas palabras una y otra vez. Suena profundo, y ayuda a llenar la página.

Si abren el libro en las páginas 14 y 15 podrán comprobar que Corrales(!) es un alumno aventajado.

Pero pese a la banda, al nosotros gregario y viril, muy viril, que lo acompaña, este libro bello y sin alma, conduce a nuestro héroe buinense al descampado más absoluto. Al igual que Bertoni sentado en la cuneta recordando a los ausentes, Corrales se queda a solas con su alma a cuestas:

nosotros los sin alma

debería ser singular

 

sentado

yo acá

sentado

sólo yo

y nadie más.[4]

(53)



[1] Santiago: Tácitas, 2011.

[2] Paz, Marcela. Papelucho. Santiago: Universitaria, 1982, 79.

[3] Groening, Matt. Guía para la vida. Jaume Ribera (Tr.). Barcelona: Ediciones B, 1999, 78-9.

[4] Se trata del primer y último punto de Sin alma.