Ha sido la noticia científica de la semana. La radio BíoBío ha titulado Estudio de 50 años afirma que personas de izquierda son más inteligentes que las de derecha y las redes sociales han explotado. ¿Qué mejor que los científicos respalden lo que muchos creemos, que somos de izquierda porque somos más inteligentes? Paños fríos: veamos el detalle.

La investigación fue publicada en el número correspondiente a febrero del journal Psychological Science que, de acuerdo con la información de portada, se ubicaría en el Top 10 de revistas de psicología en el mundo. Nada de mal para comenzar. Los autores son Gordon Hodson y Michael A. Busseri de la Universidad de Brock y no, no está ubicada en Ciudad Plateada, sino en Ontario, Canadá. El título completo del estudio es: “Bright Minds and Dark Attitudes: Lower Cognitive Ability Predicts Greater Prejudice Through Right-Wing Ideology and Low Intergroup Contact”, siendo su abstract (traducción propia):

“A pesar de sus importantes repercusiones en los comportamientos y las relaciones interpersonales, las habilidades cognitivas se han ignorado para las explicaciones de los prejuicios. Hemos propuesto y ensayado modelos de mediación en los que menor capacidad cognitiva predice un mayor perjuicio, un efecto que es mediado por la aprobación de ideologías de derecha (conservadurismo social, autoritarismo de derecha) y bajos niveles de contacto con grupos externos. En un primer análisis de dos a gran escala, datos representantivos del Reino Unido (N = 15.874), hemos encontrado que una menor inteligencia general (g) en la infancia predice el racismo en la edad adulta mayor, y este efecto se encuentra mediado en gran medida a través de la ideología conservadora. Un segundo análisis, esta vez de un conjunto de datos de los Estados Unidos confirmó un efecto predictivo de la pobreza de razonamiento abstracto con el prejuicio antihomosexual; relación parcialmente mediada tanto por el autoritarismo y los bajos niveles de contacto entre grupos. Todos los análisis se controlaron por nivel de educación y estatus socioeconómico. Nuestros resultados sugieren que las habilidades cognitivas desempeñan un papel crítico, aunque subestimado, en el prejuicio. En consecuencia, se recomienda mayor énfasis en la investigación de la capacidad cognitiva en relación prejuicios y una mejor integración de la capacidad cognitiva en los futuros modelos de prejuicios”.

Entonces, para comenzar, hay que tener cuidado con la referencia en el título de la radio BíoBío: el estudio intenta establecer una correlación entre las habilidades cognitivas y los prejuicios, y NO entre las habilidades y adscripción a una tendencia política, al menos no de manera directa. Veamos el gráfico con que los investigadores ilustran su propuesta:

 

Según él, las actitudes prejuiciosas se encuentran mediadas por la ideología de derecha cuando se relacionan con las habilidades cognitivas, tal como indican los resultados:

 

 

“Nuestro análisis de datos a gran escala del Reino Unido establece una relación predictiva entre el g (un factor latente de la inteligencia generalizada) en la infancia y los prejuicios de adultos, así como un efecto indirecto de g en el prejuicio a través de la ideología conservadora; este efecto indirecto explica más del 90 % de la relación entre g y el racismo en tres de los cuatro análisis. De este modo, la ideología conservadora representa una vía fundamental a través del cual la inteligencia infantil predice el racismo en la edad adulta. En términos psicológicos, la relación entre g y el prejuicio pueden derivarse de la propensión de los individuos con menor capacidad cognitiva para apoyar las ideologías conservadoras, porque esas ideologías ofrecen un sentido psicológico de la estabilidad y el orden” (Hodson & Busseri, 2012:192).

Pero, cuidado. Creemos que ante este tipo de resultados se debe ser extraordinariamente cauteloso. En primer lugar por la gravedad de la interpretación más automática, y también prejuiciada.

Voy a poner un ejemplo para ilustrarlo, los resultados del SIMCE. Observemos una tabla 2010:

 

En la tabla se indican los puntajes alcanzados en promedio en las tres pruebas (Lectura, Educación Matemática y Comprensión del Medio Social y Cultural) de 4º Básico por grupo socioeconómico (Bajo, Medio Bajo, Medio, Medio Alto y Alto). Es transparente que los puntajes suben en todas las pruebas en la medida en que se avanza hacia los niveles socioeconómicos más altos.

¿Podemos extraer de estos resultados la conclusión de que los pobres son tontos? No. Existe un enorme número de otras variables involucradas en el resultado. La más conocida de ellas es el llamado capital cultural (Informe Coleman, 1966). Si asumimos la premisa de que los pobres son tontos probablemente estamos cayendo en un sesgo que también ha sido muy estudiado: el sesgo de confirmación:

“En psicología y las ciencias cognitivas, el sesgo de confirmación es una tendencia a investigar o interpretar la información de tal suerte que confirme nuestras preconcepciones, es decir nuestras creencias previas, provocando errores en la interpretación del mundo que nos rodea” (Santa Wikipedia).

Con el resultado del estudio que estamos abordando puede ocurrir lo mismo. Las personas que somos de izquierda tenderemos a aceptar sin mayores reparos la idea de que las personas de derecha son menos inteligentes, porque desde antes creemos eso.

Richard Feynman, el premio Nobel de Física 1965, dijo una vez, en la sesión inaugural del Caltech (sí, allí donde trabajan Sheldon, Leonard, Raj y Howard, TBBT):

“Puede ser, pues, interesante hablar explícitamente de una especie de integridad científica, un principio de pensamiento científico que equivale a una especie de probidad a ultranza, algo así como querer refutar lo hecho. Por ejemplo, si estamos realizando un experimento, deberíamos dar cuenta no sólo de lo que nos parece que tiene de correcto, sino de todos los aspectos que a nuestro juicio podrían invalidarlo: otras causas que podrían explicar los resultados obtenidos; cosas que uno piensa han quedado descartadas por otros experimentos, y cómo funcionaron éstos; todo lo que garantice que los demás pueden saber qué es lo que se ha descartado”.

Proponemos, humildemente, que también nosotros, personas de a pie que nos enteramos muchas veces de la ciencia a través de los periódicos, hagamos, en la medida de nuestras fuerzas y habilidades, lo mismo.

Pueden encontrar más sobre el debate en este blog de Discover Magazine: “Social conservatives have a lower I.Q.? (probably)”.