ADVERTENCIA: ESTE POST FUÉ ESCRITO POR UN FAN DE RUSH, PARA OTROS FANS DE RUSH. SI NO CREE QUE RUSH SEA UNA DE LAS MEJORES BANDAS DE LA HISTORIA DEL INFINITO Y MÁS ALLÁ, NO SIGA LEYENDO.

…..

Hace algunas semanas me preguntaron esto en nuestro Formspring:

“Para Remis, ya que se viene Rush ¿Cual sería tu top 20 de las mejores canciones de Rush?”

Y respondí esto:

20! Uff… mi problema sería ordenarlas… mi ranking depende del contexto, usualmente. Como regla general, suelo preferir las versiones en vivo de los temas a las de estudio en los 12 primeros discos, y las de estudio en los 6 últimos. Las posiciones no son exactas, lo importante son las explicaciones:

1.- Natural Science – en una sola palabra, EPIC. Probablemente uno de los temas mas terceroculturistas ever.
2.- Red Barchetta – la versión en vivo del Exit… me hizo aprender que la música no solo es ritmo melodía y armonía, sino que también es narrativa.
3.- Cygnus X-1 book II: Hemispheres – entré a estudiar filosofía en un 90% por culpa de el mindfuck que me causó ese tema el 31 diciembre del 97. True story.
4.- YYZ – el aprenderme ese tema en bajo debe ser uno de los mejores momentos de mi adolescencia, junto con…
5.- La Villa Strangiato: el otro mejor instrumental de la historia del universo. Aprendérmelo fue una experiencia formativa en varios niveles.
……..

(puedes leer las otras 15 aquí)

Armando esa respuesta, fué casi como el llamado efecto magdalena… una avalancha incontrolable de recuerdos… viejazos… y me decidí a escribir esto. Creo que va a salir un post mucho mas largo que los habituales… así que si es fan de Rush, adelante. Y si no es fan y tiene el tiempo: léalo haciendo click en los videos, con sus mejores audífonos puestos. Y gracias por la paciencia ^_^

Dos Culturas… y una Tercera Cultura

We can walk our road together
If our goals are all the same
We can run alone and free
If we pursue a different aim

Let the truth of love be lighted
Let the love of truth shine clear
Sensibility
Armed with sense and liberty
With the Heart and Mind united
In a single perfect sphere

Una idea que ha estado rondando en mi cabeza las últimas semanas, es la distinción entre lo que el dolape Foucault llamaba la “lógica de la verdad”, en oposición a la “lógica de la experiencia”. Básicamente, la idea es que quien escribe desde una posición de autoridad, diciendo “ya ql, esta es la posta: bla bla bla…” escribe desde la lógica de la verdad: es alguien que considera que está en posesión de una verdad trascendente e importante, y que desea divulgarla para hacerle un bien o iluminar a los demás que no han alcanzado esa verdad. Una lógica vertical, de maestro a discípulo, de profesor a alumno, de jefe a subordinado, de gurú a aprendiz, etc. Una de las pocas cosas que me “hacen sentido” del discurso posmoderno (argh… confieso que detesto eso del “hacer sentido”, como si la coherencia percibida tuviese más peso que otras cosas a la hora de evaluar un argumento o una teoría) es la crítica a la aceptación de los argumentos de autoridad, el aceptar ciegamente una doctrina o una idea porque alguien mas seco que uno la sostiene.

Y bueno, hasta el día de hoy, me da la impresión que una buena parte de lo que se escribe en estética, en filosofía del arte y en crítica literaria y musical tiene mucho de eso, opera con esa lógica autoritaria. Recuerdo con horror las clases de Filosofía del Arte, cuando estaba estudiando filosofía, en las que el profesor sostenía que existe tal cosa como la “interpretación correcta” de una obra de arte, y que las otras interpretaciones (las no expertas) serían inferiores. Han pasado mas de diez años, y estoy cansado de tener que andar por la vida dando explicaciones del porqué me gusta una banda o una teoría, o un autor más que otro. Estos años han sido de pelea permanente, justo entre medio de los relativistas y los fundacionalistas epistemológicos, entre el cientificisimo miope y el posmodernismo sordo, los que se apedrean entre ellos y de paso, a quienes osan a rechazar a ambos extremos. Quizás es parte del “terceroculturismo” ese estoicismo de resignarse a recibir botellazos tanto de quienes se sienten dueños de la verdad, y de quienes niegan que pueda existir algo como la verdad -y sin embargo, se sienten dueños de esa verdad-… /facepalm

Bueno, en oposición a esa lógica de la verdad, está lo que el profesor Kohan (ver video aquí) llamaba en su charla la “lógica de la experiencia”: el hablar no desde el púlpito del prestigio o la autoridad, sino que escribir o hablar desde la experiencia personal. Hablar y escribir desde la vivencia, desde aquellas experiencias que te formaron, que te hicieron ser quien eres hoy. Este posteo parte desde este supuesto fundamental: son nuestras experiencias de vida, tanto intelectuales como existenciales las que nos transforman en quienes somos ahora… el caso es que tengo 31 años, no he terminado mi postgrado, no se que es lo que va a pasar conmigo, y, como decía un amigo un a vez durante un carrete… “ya no fui un Jerry Fodor”.  Ya no escribí un primer libro brillante y revolucionario a los ventitantos, y ya no hice un aporte sustancial a la filosofía… pero definitivamente estoy a tiempo aún de hacer algo que considero aún más noble: enseñar, y aportar algo para que aparezca en nuestra aulas un nuevo Jerry Fodor, o un nuevo Francisco Varela… y si el seguir adelante con este proyecto sirve para eso, me doy por satisfecho: es todo el significado que quiero para lo que hacemos. Esa es la idea de la Tercera Cultura. Y eso es algo que aprendí de muchas personas… y de una banda, también.

Hechos los descargos preliminares, quisiera contarles un poco sobre mi vida. O mejor dicho, sobre la influencia de un grupo musical sobre mi vida. Creo que esta va a ser la primera y última vez que escribo algo tan personal acá. No voy a sostener que Rush es el mejor grupo de rock de la historia. Simplemente les voy a contar el porqué, para mí, es incluso algo más grande que eso. No me interesa discutir ni con el gusto de la prensa musical “especializada”, ni con el gusto de la mayoría, expresado en las omnipresentes listas de “los 10 mejores…” o “los 100 mas grandes…”. Para mí, parte de la grandeza de Rush viene precisamente del rechazo a adaptarse a los gustos de la masa consumidora de hits desechables y one-hit wonders o de la crítica shuper cool que se burló de ellos durante décadas. Y si ellos sobrevivieron y -muy a su manera- triunfaron, es por haber considerado su integridad artística como lo más sagrado, por encima de las modas o los clichés…

Lo que sigue son recuerdos, producto del ejercicio que hice la otra vez para responder a esta pregunta. Son experiencias. Estoy seguro que, para más de alguno, son experiencias comunes.

…And the Geeks have inherited the Earth:
Ser Nerd en los 90’s (y en los cerontas)

Subdivisions –
In the high school halls
In the shopping malls
Conform or be cast out
Subdivisions –
In the basement bars
In the backs of cars
Be cool or be cast out
Any escape might help to smooth
The unattractive truth
But the suburbs have no charms to soothe
The restless dreams of youth

Nací en 1979. Pasé gran parte de mi infancia leyendo. Nunca me gustó el fútbol, y las tardes ochenteras las pasaba viendo tele, jugando arcades en el local de la esquina, escuchando música o leyendo lo que fuera que cayera en mis manos. Por ese entonces se publicaba una revistita llamada “Super Rock”, en la que se cubría lo último sobre el Rock Latino (chileno y argentino principalmente), y en menor medida a bandas extranjeras. Un vecino, varios años mayor que yo, tenía una colección de revistas de música, las que tomaba prestadas regularmente para ponerme al tanto de la vida y obra de grupos como The Police, Soda Stereo o A-Ha (LOL). Este vecino tenía, además de las revistas, tres cosas que me hacían ser visitante habitual de su casa: un piano de juguete (afinado correctamente, en el que sacaba las melodías de las canciones de The Cure), una guitarra eléctrica (marca chancho y conectada a una radio vieja, pero eran los 80’s pues, ser pudahuelino y tener una era una proeza) y un Betamax.

Recuerdo muchas tardes de adoctrinamiento, en las que teníamos conversaciones tales como “porqué Willy Iturri es mejor que Charly Alberti”, “La Cultura de la Basura es un mejor disco que el Pateando Piedras” o “porque Los Paralamas son una copia de The Police”. Ñoñismo puro, en mala. Creo haber visto el show de The Police en Atlanta unas 50 veces al menos… Nuestro plan era que yo tenía que ser baterista, y algún día formaríamos una banda (por esos años mis hermanos mayores me hicieron una batería de tarros de leche Nido, en la que trataba de tocar los temas de Soda Stereo… mis vecinos me odiaban). Fue en una de esas tardes (debo haber tenido unos 9 años) en que sucedió la siguiente conversación:

– “Oye Remis, sabís que el Marcelo se compró una guitarra eléctrica nueva… le salió mas de 100 lucas”
– “oooohh… y como es?”
– “Es GROSSA… se parece a la que usó Cerati acá en Chile en el festival de Viña, pero es verde en vez de azul, le faltan las luces nomas… me dio miedo tomarla, es demasiado perfecta… es como para tocar onda Rush…”

Marcelo (un vecino) era sonidista recién titulado y trabajaba en el canal 11, haciendo sonido en el Extra Jóvenes (en las eras Salosny y Comparini-Conserva). Nunca vi la mentada guitarra en persona, pero se me quedó grabada una idea: que “Rush” era sinónimo de “perfección”. Pasaron algunos años, y una vez llegados los 90’s, hice un viaje sin escalas desde el grunge de Nirvana, al hard rock de Guns ‘n Roses, al punk de The Ramones, al speed de Metallica, llegando al thrash de Slayer y al death metal de Morbid Angel. Adolescente ya, obeso, socialmente inepto (sobretodo con las minas: no tuve polola hasta los 23), y tratando de insertarme en la escena metalera, y tratando de ser músico sin tener un instrumento musical, las tardes se me iban en escuchar mis cassettes y hacer air drumming con un par de baquetas viejas que me habían regalado, creyéndome la reencarnación de Lars Ulrich.

(hasta el día de hoy me sorprendo haciendo air drumming furiosamente, sin darme cuenta cuando empiezo T_T)

El ñoñismo seguía siendo una constante: por esos años, apareció la Revista Rock & Pop, a la que me suscribí por un año, y leía con especial interés las columnas de Alberto Fuguet (su columna, Nación Alien, era uno de mis grandes referentes freak en esa época) y Rolando Ramos (quién además conducía La Alcantarilla Gaseosa en la radio). Si no me equivoco, fue en la primera edición de la revista en la que ví el nombre de Rush en la programación de especiales del mes. Sólo tenía dos datos sobre la banda: la conversación esa de varios años atrás, y una foto que salía en la edición sobre Metallica (mi banda favorita de ese entonces) de la revista “Rock Clásico”. No pude encontrar la foto exacta, pero es muy similar a esta:

“mmm… doble bombo como Lars Ulrich… pero, ¿doble guitarra? ¿doble bajo? ¿como sonaran estos hueones?”. La curiosidad me invadía… podía inferir algunas cosas de la foto (“los locos tienen que ser pulentos, y como son tres nomas el bajo debe sonar fuerte”) pero hasta no escuchar algo, eran solo suposiciones. En esa primera edición de la revista Rock & Pop -Junio del 94, para ser exactos- avisaban los especiales del mes (en ese tiempo era costumbre grabar en cassette canciones sueltas o “especiales” de la radio) y entre ellos estaba Rush, así que esperé el dia señalado y prendí el minicomponente de mi hermano. Esa tarde, la primera canción que escuché fué esta (póngase audífonos y escuche con atención):

Un cañón. Me voló la cabeza.

Así de simple y violento, me tiraron encima Red Barchetta, YYZ y el solo de batería de Neil Peart, de corrido, antes de la tanda de comerciales.

Nunca había escuchado a una banda sonar así en vivo. Un edificio, una catedral sonora perfecta, con el bajo de Lee como los cimientos, los ritmos de Peart como la estructura, las guitarras de Lifeson poniendo las texturas, como los frescos en una catedral renacentista, y encima de todo, los agudos de Geddy, que quiebran copas y hacen vibrar los organos internos… Y, por la misma rcsm, nunca había escuchado un bajo tan potente… no distorsionado (ya estaba familiarizado con el Anesthesia de Cliff Burton, en el Kill ‘Em All), sino que POTENTE. Que fuera el alma, el corazón de la canción. Melódico y agresivo a la vez, pesado y sutil… y el solo de batería dejaba en el suelo a cualquier cosa que le haya escuchado a cualquier baterista de metal: métricas raras, cambios de ritmo, redobles que pasaban por todos los tambores de una pasada… fué amor a primera vista. A vuelta de la tanda comercial, The Trees, Tom Sawyer y La Villa Strangiato.

Esa misma tarde me fuí a la casa de un amigo, un metalero de esos de vieja escuela, que tenía una colección enorme de cassettes (yo tenía como 30 apenas, el tenía como 300) y le pregunté si tenía algo de Rush. Y me pasó el Exit… Stage Left. Coincidentemente, era el disco de donde venían los temas que grabé en la radio. Cuando fuí a devolverle el cassette, me dijo “oye, sabís q este estaba en oferta en la Feria del Pisco… esta a ocho gambas” y esa misma tarde me lo compré.

Y los meses que siguieron fueron un espiral imparable, un descenso febril en la Rush-omanía: Solíamos ir con mis compañeros de curso, después del colegio, a dar vueltas a San Diego, a comprar revistas de rock, y había una Revista Rock Clásico de Rush (de tapa rosada, LOL). La compré y prácticamente me memoricé la biografía del grupo: me enteré que eran canadienses (igual que los Hermanos del Sagrado Corazón, quienes estaban a cargo del colegio en esos años) y de toda la trivia disponible en esa revista y otras de la época… era (y sigo siendo) bien obsesivo compulsivo con ese tipo de cosas. Me aprendí de memoria las letras de las canciones y las traducciones (no sabría inglés ahora si no fuera por el ejercicio que hacía de traducirlas diccionario en mano). Hice una lista en una hoja de cuaderno con los nombres de los discos, para buscarlos en las disquerías. Me hice del A Show of Hands, el Presto y el 2112 en casettes en edición chilena. Llamaba casi todos los días a la Radio Futuro y casi me hice amigo del programador que hacía los turnos de noche, a quien le pedía temas para grabarlos en cassette (incluyendo un mix que duraba como 20 minutos, y que AMABA, me lo escuchaba de corrido en la micro hacia el colegio). Cuando recorrí todas las disquerías del centro y no encontraba más, empecé a ir a las ferias persa a revisar entre los cassettes pirateados, y me hice de copias del (LOL!) “Mantente Ardiente” (Hold Your Fire) y del “Ventanas de Poder” (Power Windows).

Descubrí el santo grial cuando fuí a la Circus, una tiendita oculta en la esquina de Lord Cochrane con Alonso Ovalle, en la que su dueño traficaba copias de conciertos pirateados desde Laserdisc a VHS: le compré el Exit.., el A Show… y el Grace Under Pressure Live. “HUEÓN!!! ¿CACHAY QUE GEDDY LEE TOCA BAJO, CANTA Y TOCA TECLAO CON LAS PATAS???!!”. Casi completé la discografía comprándole cassettes pirateados desde vinilo al Charly Rock (una tiendita de discos usados en el Portal Lyon). Pasé toda la enseñanza media trataba de evangelizar a mis amigos y compañeros con la palabra de Lee, Lifeson y Peart. Y es que lo de Rush, en esos años pre-internet y pre-mp3, mas que ser fan, era un apostolado. Nos íbamos con el Winnie (un compañero que sabía algo de guitarra) a meter bulla a una sala de ensayo de esas que se arriendan por horas, y tratábamos de reproducir aunque fuera algunos pasajes de algunos temas… Y ese año tomé una decisión: yo tenía que ser bajista.

"y el premio al peinado mas ridículo de los 90's es para..."

A fines del 95 busqué trabajo, y fuí copero en un restaurant llamado Las Delicias de Quirihue, que está cerca de la Facu de Ingeniería de la Chile. Trabajé un mes, en el que me explotaron de forma inhumana (aparte de lavar platos y preparar tragos tenía que cargar sacos, hacer el aseo de casi todo el local, limpiar los water con vómitos de curao de la noche anterior, etc.) por unas míseras 60 lucas… recuerdo que ese verano escuché el Grace Under Pressure durante todo ese mes, en mi walkman (regalo de pascua). Cuando me pagaron lo primero que hice, ese mismo sábado, fué ir al persa del Bio-Bío a comprar un bajo. Me compré un bajo hechizo, “nacional” (creo que eran de un taller en la penitenciaría) modelo Precision, a 55 lucas. Como no tenía marca, le puse la chapita esa de los vinos Casillero del Diablo, y lo decoré a mi gusto. Y pasé el resto del verano aprendiendo a tocar por mi cuenta, armado del cancionero rosado ese, y mis casettes.

Mi hermano en esa foto estaba en Kinder. Hoy está en 4º medio.

Ya en 3º y 4º medio, me fuí al curso humanista (era un asco en matemática, y los ramos de lenguaje e historia se me daban con facilidad asi que no tenía donde perderme). Empecé a fumar, a leer poesía, y a discutir de política con mis amigos punkies-revolucionarios. Participé de un seminario de verano sobre Marx y Lenin (impartido por uno de esos estudiantes eternos que pasaban de carrera en carrera), y casi me agarraron a combos cuando empecé a hablar de las “libertades individuales que desaparecen en los sistemas totalitarios”. Entre el escuchar el 2112 y leer el 1984, leer poetas malditos y ser metalero, había desarrollado anticuerpos contra tanto el comunismo como el fascismo, lo que me dejaba en tierra de nadie y expuesto a los botellazos de ambos extremos (increíble, pero cierto: habían -y siguen habiendo- Pinochetistas en Pudahuel). En el colegio, donde ocupé permanentemente el sitial del “guatón nerd”, individualista y medio autista a veces, recuerdo que mi generación era inusualmente inquieta intelectualmente… teníamos músicos, poetas, dibujantes, y un aspirante a filósofo, bajo la tutela de mi profe de Literatura (el gran Matko Kosic), que me hizo leer a Sartre, a Kierkegaard y a Ortega y Gasset y a Nietzsche. Confieso aprendí mas de filosofía en el electivo de Literatura que con la profe Loreto, a la que nos dedicábamos a mirarle las piernas y el escote durante la clase de “Filosofome”, LOL.

En esta foto hay aproximadamente un periodista, 4 músicos, 2 ilustradores, un poeta, 9 profesores, un par de abogados y no sé que más...

Diciembre del 97… paseo de fin de año a Isla Negra… vino, cerveza, hojas místicas, pichangas a guata pelada escuchando a The Misfits… y la preocupación por los resultados de la PAA, y sobre el que íbamos a estudiar… me acuerdo que mi profe siempre me decía que tenía que ser periodista. La semana anterior, mi papá me regaló un bajo Epiphone para la navidad (que aún conservo). Llegamos a Santiago la mañana del 31, no me despedí de nadie (“a los amigos de verdad uno los sigue viendo”, solía decirme a mi mismo), y con la plata que me sobró me fuí al centro, y me compré el único disco que me faltaba… el Hemispheres. Volví a mi casa a media tarde, con el CD en la mochila, y le dije a mis papás que me iba a quedar en la casa, solo, que estaba muy cansado y que no se preocuparan. Se fueron a pasar el año nuevo donde unos tíos, y yo me quedé con un pollo asado, una coca-cola de dos litros, mi bajo nuevo y el CD.

Y esa noche decidí estudiar Filosofía.

Neil Peart: la Batalla de los Hemisferios

The Universe divided
As the Heart and Mind collided
With the people left unguided
For so many troubled years
In a cloud of doubts and fears
Their world was torn asunder
Into hollow hemispheres

Some fought themselves, some fought each other
Most just followed one another
Lost and aimless like their brothers
For their Hearts were so unclear
And the Truth could not appear
Their spirits were divided
Into blinded hemispheres

Y es que al escuchar ese tema, hice la síntesis de todo lo que había aprendido sobre filosofía en el colegio: Racionalismo versus Empirismo, Idealismo versus Realismo, Razón versus Emoción, Cerebro versus Corazón, Derecha versus Izquierda, Lógica versus Intuición, Comedia versus Tragedia, Coherencia versus Contradicción,  Matemática versus Lenguaje, Apariencia versus Realidad, Ciencias versus Humanidades… todos maniqueísmos, verdades parciales, escindidas de lo que nos hace ser humanos: el balance entre opuestos, la danza de las paradojas, el trascender las dualidades, el superar las dialécticas… Fué un Mindfuck. Una epifanía, probablemente la más fuerte que he tenido en mi vida. Me di cuenta que la Filosofía en verdad no era, no tenía que ser una parte fome de las mal llamadas “Humanidades”: La Filosofía es el hilo conductor de toda la historia del intelecto y el conocimiento humano. Y que el divorcio entre ciencias y humanidades era producto de una división azarosa, de un despropósito histórico…

Durante el pregrado, Rush sonó como soundtrack de una miniserie, empezaba a sonar en la micro en las mañanas, rumbo a Macul con Grecia, sonaba en los recreos, a la hora de almuerzo, en el viaje de vuelta, y durante esas largas noches de insomnio, leyendo y tipeando en esa vieja máquina de escribir. Y sin importar la materia o el autor que estuviese estudiando… siempre tenía a mano una canción de Rush que musicalizara la idea, que capturara el significado. De muestra un botón:

You can choose a ready guide
In some celestial voice.
If you choose not to decide
You still have made a choice

You can choose from phantom fears
And kindness that can kill;
I will choose a path that’s clear-
I will choose free will

La responsabilidad individual, según Sartre… de un plumazo.

En 1998, durante el primer año de la U fué que me metí de lleno en el cyberespacio: me hice mi primera cuenta de e-mail, y me inscribí en el grupo de discusión alt.music.rush y me suscribí al newsletter del que, en ese entonces, era el mejor sitio web sobre Rush: el The National Midnight Star (que solía estar alojado en http://syrinx.yyz.com/). Y fué por ese medio que me enteré de la noticia: que a menos de un año del fallecimiento de Selena Taylor Peart (su hija) en un accidente de auto, había fallecido Jacqueline Taylor, la esposa de Neil Peart.

Ese año 1998, como todo el mundo, supuse que la banda se había acabado. Osea… ¿que significado podría tener el ser el mejor baterista del mundo, cuando la vida te golpea de esa forma?. Sin embargo, el 2002, me enteré de lo que había pasado en el intertanto: se dió cuenta que la única forma de dejar la pena atrás, era precisamente moverse… huir, hacia adelante, sin dirección quizás. Y tomó su moto y se fué en un viaje de 88.000 kilómetros por la costa este de Canadá, el borde norte, la costa oeste, Estados Unidos, México, Bélice, y de vuelta por la costa este de vuelta a Toronto. Y que su viaje lo plasmó en un hermoso libro llamado Ghost Rider: Travels on the Healing Road. En vez de dejarse arrastrar y perderse, y en vez de hacer circo con su dolor, Peart encontró una forma de salir adelante, y de paso plasmar la experiencia en una autobiografía que parte desde el vacío de sentido, y termina con amor y esperanza. Un buen amigo, uno con el que compartía cassettes y VHS en el Liceo, me trajo el libro desde Canadá, y lo leí en el verano 2002-2003. Ese verano, terminé mi tesis de pregrado (sobre el Idealismo Absoluto como ontología derivada de la Lógica en el “Appearance and Reality” de F. H. Bradley), me reconcilié con los demás, y lo más importante: me reconcilié conmigo mismo.

You can never break the chain
There is never love without pain
A gentle hand, a secret touch on the heart

Y de paso: Rush regresó. Y volvió con una patá en el hocico. Recuerdo que cuando se filtraron ainternet los primeros 30 segundos del “One Little Victory”, me emocioné hasta las lágrimas: esa intro de batería era como un canto a la vida, un verdadero “AQUÍ ESTOY OTRA VEZ, ¿ME ECHARON DE MENOS LOS CHUCHAS GRANDES? TOMEN!” xD. Tanto así, que el día que fué lanzado, Estelas de Vapor aparecieron en el cielo… (en la NASA escuchan Rush, definitivamente)

El Vapor Trails en especial representa mucho de lo que Rush es para mí… pero, si voy a hablar de un disco en particular… debería… mmm…

Crónicas: 1974-2010

Una de mis conversaciones de curados favoritas es sobre la distinción entre “disco conceptual” y “disco con concepto”. Mi tesis es que, del 2112 en adelante, TODOS los discos de Rush son “conceptuales”, en un sentido amplio de la palabra. Algunas notas a la pasada, anécdotas personales y datos freak sobre la Discografía de Rush.

RUSH: Anécdota – hice creer a varios amigos que era un disco inédito de Led Zeppelin xD. JohnRutsey, el baterista “original”, tuvo que retirarse por problemas de salud… si no lo hubiera hecho, es muy probable que con Rush no hubiera pasado casi nada… así como otras bandas canadienses que dejaron uno o dos hits y pasaron sin pena ni gloria (como Mahogany Rush, LOL)

FLY BY NIGHT: El debut de Peart en batería y las letras… un giro en 180 grados: Anthem debe ser uno de los mejores arranques de disco de la historia. Furioso, imparable. Geddy empieza a gritar, así como el hermano pastabasero de Janis Joplin. Las letras pasan de “oh baby yeah, I’m comin’ ooh yeah” a hablar de individualismo. Aparece el primer tema derechamente progre: By-tor & the Snow Dog (dividio en partes). Y la primera referencia explícita a Tolkien -en la época en que El Señor de los Anillos no era cool, sino que eran “libros para nerds espinilludos que juegan Dungeon & Dragons”- un hermoso y emotivo llamado “Rivendell”.

CARESS OF STEEL: Nunca terminé de entender dos cosas: el porqué al disco le fué tan mal, y el porqué The Fountain of Lamneth es considerada una sola canción, siendo que son piezas sueltas sin mucha coherencia. De todos modos, The Necromancer (otro guiño a Tolkien), Bastille Day y la primera  última parte del lado B son cañonazos. Lakeside Pork, por otro lado, me parece bostezable… raro que haya sido single.

2112: Geddy Lee decía que ellos creían que este iba a ser el disco de despedida, que no pensaron que les iba a ir bien con el… 2112 es una mezcla de mezclas: Tchaikovsky, Ayn Rand, George Orwell, distopía, ciencia ficción… y es el primer tema conceptual de largo aliento de la banda. Inspirado en este cuento de Ayn Rand, a todo esto. Efectivamente, la historia del héroe de la guitarra (LOL!) que se rebela ante la autoridad en una sociedad despersonalizada le tocó la fibra a muchos… especialmente a los que sentían que iban nadando contra la corriente… contra el mainstream. Ah, y los kimonos igual eran pulentos… xD

A FAREWELL TO KINGS: Novedades – Guitarra clásica, sintetizadores, y percusiones surtidas. Si bien no es considerado un disco conceptual, a mi juicio el concepto subyacente es el del poder. Tanto en Closer to the Heart, en Cinderella Man, y el tema homónimo, e incluso en cierta lectura de Xanadu, hay una preocupación por el poder: por sobre quienes lo detentan, quienes lo buscan, o quienes no lo tienen. De paso, dos cosas: uno, Closer to the Heart es oficialmente el himno de la Tercera Cultura (googleen la letra). Y dos, mención especial a Martínez, que me regaló el vinilo para mi cumpleaños ^_^

HEMISPHERES: Ya me referí al tema que le da nombre al disco mas arriba. El concepto del disco para mi es precisamente el divorcio entre culturas, entre formas de ver el mundo. En The Trees se hace evidente esta tensión, entre los que tienen el poder y quienes exigen justicia… lucha de clases y ecología, en una sola canción. Circumstances debe ser uno de los temas mas existencialistas del periodo. Los sintetizadores se vuelven cada vez más prominentes, pero todavía es un disco de prog-rock de vieja escuela. Y la Villa Strangiato es el instrumental mas demente de la historia, punto.

PERMANENT WAVES: La crítica señala que este disco es el punto de inflexión a partir del cual Rush construiria el resto de su carrera: canciones mas cortas, melodías pegajosas, coros “coreables”, y sensibilidad New Wave con elementos de World Music. Para mi, hay un detalle que a mucha gente se le escapa: Es el disco en el que Alex deja de estar influenciado por los Steves (Hackett y Howe) y pasa a influenciarse por Andy Summers… se nota que el Regatta d’ Blanc pasó por el tocadiscos varias veces.  Mención aparte para mi canción favorita de todos los tiempos: Natural Science. Escúchela con sus mejores audífonos… a mi juicio, Dream Theater never had a fuckin chance… después de ese tema, lo demás es pirotecnia y masturbación gratuita. Yes por el mismo año hizo su último gran epic: Machine Messiah. Después del 80, el progresivo nunca sería el mismo otra vez.

MOVING PICTURES: Los críticos suelen decir que el Neoprog surgió con bandas como Marillion, IQ, Pendragon, etc. VArias veces he peleado con gente por decir la poco ortodoxa opinión que el Moving Pictures, junto con el disco debut de Saga, son los primeros discos del verdadero Neoprog. Lejos el disco más exitoso de la banda, el disco entero es un clásico, de esos que uno se llevaría a una isla desierta… (bueno, yo me llevaría a mi mina y unos copetes, en vez de estarme llevando discos… pero bueh xD). Además, tres letras: Y-Y-Z, bitches!

SIGNALS: el consenso es que este es el primer disco electrónico de la banda. Discrepo: ya en el Moving Pictures (por el uso de intros de teclado extendidas, y secuencias programadas en Vital Signs) habían atisbos de que el bajo iba a empezar a tener un rol más secundario en la década en desarrollo. Sin embargo la intro de Subdivisions y el uso de secuencias en este disco es el eslabón que une al Rush de la segunda época con el de la tercera. Alex se volvió adicto al chorus. Como dato freak, es la segunda vez que Rush tiene un músico invitado en un disco: violín eléctrico a cargo de Ben Mink (que aportaría con guitarras en el disco solista de Geddy Lee) en el tema “Losing It”… me tinca que Geddy estaba rayando con jean Luc Ponty por ese año (la primera fue en el 2112, con Hugh Syme tocando teclado en “Tears”)

GRACE UNDER PRESSURE: El primer disco 100% electrónico, con sintetizadores digitales en vez de análogos, y con la legendaria batería electrónica Simmons (que otro maestro de los tarros junto con Peart, Bill Bruford, llevó a la prefección). Aquí quiero detenerme un instante: se dice que es un disco oscuro, reflejo de los problemas personales de la banda… discrepo. Recordemos que el disco anterior tenía un tema dedicado al transbordador Columbia, el “Countdown”… me autocopypasteo (esto lo escribí en mi ex blog el 2008, en un post llamado “El Futuro que no llegó”):

“…Creo que uno de los recuerdos de infancia mas vívidos que tengo es la tarde del sábado 24 de Julio de 1984. Yo estaba tomando once en la casa de una tía, junto con mis papás. Tenía 5 años recién cumplidos, y ya por esa época tenía cierta predilección por los juegos de video (mis hermanos mayores me llevaban a un bazar que tenía máquinas arcade, siendo el Elevator Action mi favorita). Mis tíos tenían una tele Phillips a color de 20 pulgadas (un auténtico lujo para la época, en la que las teles de 14 eran la regla, y muchos aún usabamos una tele blanco y negro como tele secundaria), y estábamos viendo Sábados Gigantes (cuando se hacía en Chile, y era entretenido).

En eso estábamos (comiendo pan con paté y tecito, si no mal me acuerdo), cuando aparece por las pantallas de canal 13 la siguiente imagen:

La escena -el vuelo de William P. Suitor en la ceremonia inaugural de las Olimpiadas de Los Angeles- se quedó grabada en mi retina para siempre. Creo que se necesita la mente pura e inocente de un niño para dimensionar el impacto que tuvo en mi (y en los millones de personas que vieron esa ceremonia esa tarde) el ver a un hombre volando, así de veritas. “El futuro está cerca! Quiero ser Astronauta! Algún día viviremos en el espacio!” creo que pensé. Maravillado, boquiabierto, no pude dejar de pensar en esa “mochila voladora” (o jetpack, palabra que no conocia entonces) durante varias semanas. Aquellos que de chicos tuvieron el privilegio de seguir los programas de Hernán Olguín entenderán a lo que me refiero. El futuro está cerca… ese era el mensaje.

Dos años después, otra escena imborrable. Curiosamente, por esa época Savory había lanzado el helado Centella, con forma de nave espacial, y los palitos premiados permitían canjear láminas de un álbum sobre la Era Espacial que estábamos viviendo. Yo tenía ese álbum. Venía llegando a mi casa desde el almacén de la esquina la calurosa tarde del 28 de enero de 1986, cuando vi en un EXTRA de canal 11 la siguiente escena:

Algo en mí se quebró esa tarde… probablemente mi inocencia. Las naves espaciales también pueden explotar. Los planes, cuidadosamente calculados y preparados, también fallan. Y la gente muere en el proceso. Creo que consternación es la palabra correcta.

Debo reconocer que ese video fue doloroso de mirar otra vez…”

El Grace Under Pressure me transmite esa misma angustia: Afterimage, dedicada a un amigo de Neil, recientemente fallecido, continuas alusiones a la Guerra Fría (Distant Early Warning, Red Lenses) y una canción sobre el Holocausto (que los padres de Geddy Lee vivieron en carne propia, como prisioneros en el campo de concentración de Dachau), Red Sector A. El concepto del disco es precisamente, la “gracia bajo presión”… la angustia, el sentir que todo está a punto de reventar… fué mi disco favorito cuando trabajaba en el restaurant… y no es coincidencia que lo haya sido también mientras trabajaba en el The Garden School el 2004… argh.

POWER WINDOWS: Bastante mas alegre que su antecesor, es para algunos un  disco mas bien débil. Pero contiene muchos de los grandes clásicos ochenteros de la banda. Sinceramente, creo que es el que tiene el peor sonido de todos. Pero Marathon es ÉPICA (LOL se nota que estaban usando el mismo sintetizador que era el fetiche de Phil Collins). Mi tema favorito del disco es Mysthic Rythms… vean el video y fíjense en la batería. Concepto: tecnología omnipresente. Casi como hoy, mucho antes que Internet existiera.

HOLD YOUR FIRE: el último disco de la era electrónica de la banda, y disco de la gira de la cual saldría el A Show of Hands. Me aprendí ese disco completo en bajo. Muchos se quejan que Geddy estaba dejando de lado el bajo, pero lo ciertos es que, si bien toca menos, cuando lo hace, toca un kilo. Las líneas de bajo en Force Ten y Turn the Page son lo máximo, todavía me dan calambres de puro acordarme. Concepto: creatividad y voluntad.

PRESTO: o “el disco en que le hicieron un parelé a Geddy y la guitarra volvió al centro de la banda”. Pop rock adulto, la banda se ve y suena madura. Quedaron atrás los chocopandas y los pantalones guardapeos.  Suena “fresco”, incluso en nuestros días. Concepto: la magia está en todas partes. El tema Presto me hace sollozar cada vez que lo escucho… razones personales, que prefiero reservarme.

ROLL THE BONES: definitivamente el disco más conceptual de la banda: la suerte, las oportunidades, y el destino. El mensaje es: “Juégatela”. Alex empieza a demostrar que le gusta U2 y le roba un par de páginas a The Edge. Guitarras enérgicas, experimentos con el Funk y el Rap (que no se veian desde los experimentos con el Reggae en el Permanent Waves y el Signals). Rush le dice adiós a los sintetizadores en este disco, pues el próximo va a ser el mas duro en mucho tiempo… mención aparte al instrumental “Where’s my Thing“, fusión de Funk y Jazz, cuyo “coro” hace que uno vuelva a creer en la magia. Y a “Bravado”, que según Alex, tiene el mejor solo de su carrera, el más emotivo.

COUNTERPARTS: Welcome to the 90’s… Concepto: Dualismos. Ying-yang, bien-mal, masculino-femenino, etc. Su single es uno de esos temas que me abrieron los ojos, respecto al mundo en que vivimos… Nobody’s Hero.

TEST FOR ECHO: Sigue la línea del disco anterior, expandiéndola con recursos sonoros inexplorados hasta el momento. Driven (un tema afinado en Re, una rareza para la banda) no trae a un Alex que acusa la influencia de una banda a quienes ellos mismos influenciaron: Tool. Y Half the World (mi tema favorito del disco) incluye un precioso pasaje en Mandolina…

VAPOR TRAILS: El regreso trunfal de Rush… como les decía, una patada en la cabeza. Fresco, contemporáneo, y durísimo. Merece un post aparte el uso del simbolismo de las cartas del tarot en cada una de las canciones. Mi tema favorito es Peaceable Kigndom. Pero eso queda pendiente para otro post.

SNAKES & ARROWS: Y cuando nadie pensaba que podían seguir siendo relevantes en pleno siglo XXI… Rush saca uno de los mejores dicos de su carrera. No recomiendo tema: escúchelo completo. Es un disco que no tiene desperdicio, y suena como los dioses (Nick Raskulinecz hizo un trabajo de joyería con ellos, y les sacó el jugo… y como dice el guatón Jack Black en el documental… “Rush tiene mucho jugo que dar todavía“)

Epílogo: Poniendo lo “Progre” de vuelta en el “Progresivo”

Una de las constantes en la carrera de la banda es la reinvención constante, tanto en el sonido como en la ejecución y en la composición. Ningún disco de Rush suena igual que el anterior, a diferencia de algunas bandas cuyo mérito es hacer siempre el mismo disco, pero con letras y melodías distintas. Caso emblemáticos: Iron Maiden, Ac/Dc, The Ramones. Hay muchos más, ciertamente, y eso no es malo: es como el Chavo del Ocho, no nos reimos de la sorpresa, sino que nos reimos de la reiteración “y no te doy otra nomás, es que no me tienen paciencia, no me simpatizas, chusma chusma, bueno pero no se enoje, no sera mucha molestia no es ninguna pase usted despues de usted” etc. Por el contrario, Rush se parece más a Monty Python: son los Non Sequiturs, lo inesperado, lo que fascina de la banda. La evolución constante. Y por sobretodo: son una banda que, a pesar de la profundidad de sus letras y la excelencia musical, nunca se han tomado a si mismos demasiado en serio. xD

Y es que el virtuosismo nunca está al servicio del virtuosismo per se, sino que siempre está al servicio de una idea. Si la idea era hacer un instrumental demente, lleno de cambios de ritmo y melodía, lo hicieron una vez y punto. Hay bandas que construyen sus carreras alrededor del quién puede tocar más notas por segundo. Rush viene por el camino de vuelta hace rato: no necesitan demostrarle a nadie lo awesome que son… simplemente les sale por los poros.

Y lo último: si alguien me dijera que es ultra fanático de, por ejemplo, Kiss… bien, si tienen buenos temas y hacen un excelente show. Pero si alguien me dice que ha moldeado su vida influenciado por Kiss… le diría “LOL que lata tu vida wn”. Rush es probablemente la única banda de rock de la cual es posible decir “he moldeado mi vida siguiendo a esta banda”. Porque ser fan de Rush no es solo que te gusten las armonías complejas, los ritmos sincopados y el virtuosismo: en Rush hay una ética de trabajo y de vida, centrada en la integridad individual, y en la amistad. A Alex Lifeson, le preguntaban a mediados de los 90’s el “cómo habían podido perdurar tanto como banda”, a lo que contestó: “es que no sólo tenemos intereses artísticos en común: sucede que somos amigos, de toda la vida… y eso, en un negocio como este, hace un mundo entero de diferencia”.

La música de Rush ha estado conmigo gran parte de mi vida, tanto en los buenos momentos, como en los peores días, los más amargos, aquéllos sobre los cuales no quiero volver… Saber que, de una forma muy especial, Rush es “mi banda”, es una sensación impagable. Y poder cumplir el sueño de ir a verlos, junto a mi hermano chico, que los ha escuchado casi desde que nació… no tiene precio... ^_^

Y queda para una segunda parte, lo que llamo “La ciencia Cognitiva de Rush”. Y la hay… Gracias por leer hasta aquí!

Update post-concierto:

Los sueños si se vuelven realidad. Me consta…