Al parecer, las dos columnas que escribí hace algunas semanas sobre la Fundación del Español Urgente / Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (Fundéu BBVA) no cayeron muy bien en la Península.

Todo comenzó cuando leí una nota titulada Fundéu BBVA en Chile: “en base a”, locución impropia. En ella, se decreta que la locución “en base a” –de uso absolutamente normal en Chile, y quizás en qué otras partes– sería de alguna manera “impropia”.

Ahora bien, no tiene nada de nuevo esto de arrogarse el derecho de dictar a los demás cómo deben hablar; por algún motivo, el mundo hispanoparlante es especialmente vulnerable a este tipo de charlatanismo. Tanto así, que uno de los reyes de España decidió institucionalizar la práctica mediante la creación de la Real Academia Española.

Pero ahora el fenómeno está pasando de ser una cruzada ideológica, como siempre ha sido el caso, para convertirse en un carnaval de lucro empresarial, con la participación de bancos (BBVA), agencias de prensa (EFE), empresas de telefonía (Telefónica), editoriales (Planeta y muchas otras). Ahora sólo falta que se sume el almacén de la esquina (ya me imagino la boleta: Fiambrería, rotisería, consejos idiomáticos y puestos varios).

En todo caso, este fenómeno no debería extrañarnos, si la lengua castellana genera nada menos que el 15% del PIB de España.

Al artículo mencionado, respondí con dos notas. La primera fue una parodia, Fundación USLD en Chile: “en base a”, locución legítima. En ella, una entidad que tiene exactamente el mismo derecho que la Fundéu o la RAE de dictarles a los hablantes cómo deben usar su lengua –la inexistente Fundación USLD– esclarece que la frase “en base a” es absolutamente legítima. La segunda nota, Fundéu BBVA: Deben evitarse los dictámenes caprichosos, arbitrarios, analiza la lógica detrás del dictamen de esta entidad, concluyendo que carece de argumentos para censurar esta locución.

Poco tiempo después, llegó un e-mail de Darío Rojas, representante de Fundéu BBVA en Chile. A continuación, reproduzco su e-mail íntegramente, intercalando mis comentarios.

 Estimados amigos:

Veo con preocupación que en dos de los artículos publicados recientemente en Tercera Cultura (Fundéu BBVA: Deben evitarse los dictámenes caprichosos, arbitrarios y Fundación USLD en Chile: ‘en base a’, locución legítima) se comentan de manera inexacta las actividades de la Fundéu BBVA, institución de la cual soy delegado en Chile.

En diversos segmentos de estos artículos se expresan o se dan a entender ideas que no se corresponden con la realidad:

1) “… ni ninguna otra locución preferida por el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria”. El banco BBVA es patrocinador de la institución, pero no participa en la toma de decisiones técnicas. Estas se encuentran a cargo de un equipo integrado por lingüistas, periodistas y un consejo asesor, y conformado tanto por españoles como americanos.

2) “La Fundación USLD (http://terceracultura.cl/usld/) es una institución que no lucra con la lengua castellana…”. Con esto se da a entender que la Fundéu BBVA sí lucra con la lengua castellana. Sin embargo, es una fundación sin ánimo de lucro. Todos los beneficios se invierten en las actividades de la fundación. Las cuentas son públicas y están en la memoria anual. Pueden consultarlas a través del siguiente enlace: http://www.fundeu.es/sobre-fundeu-memoria-anual.html

El lucro no siempre es explícito y directo. Al lado de la archiconocida publicidad pagada (avisos en el diario, comerciales en la televisión, carteles al lado del camino), existe la publicidad ganada, que consiste en lograr que se tenga una opinión favorable de una marca o empresa por vías indirectas.

Quizás el mejor ejemplo de la publicidad ganada la proporciona la Teletón, donde las empresas pelean a muerte para que salga uno de sus ejecutivos en el escenario junto a Don Francisco. Esto, porque la publicidad ganada es mucho más potente que la pagada: la gente filtra la publicidad pagada, la ve con ojo crítico, pero la publicidad ganada la interiorizan, hasta tal punto que pueden llegar a sentir que la imagen positiva que tienen de una empresa que ha empleado la publicidad ganada corresponde a su propia opinión, y no a una campaña publicitaria velada.

Cuando megaempresas como Telefónica o BBVA patrocinan entidades culturales, como la RAE y la Fundéu, respectivamente, obtienen la tan anhelada publicidad ganada: por unas chauchas de su caja chica, logran que muchos actuales y potenciales clientes forman una imagen positiva de ellas. Y eso vale oro.

3) “Dos empresas españolas, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria y la agencia de noticias EFE, se han unido para crear la Fundación del Español Urgente BBVA, entidad dedicada a controlar la manera de que los hispanoparlantes de todo el planeta hagan uso de una de sus posesiones más íntimas y personales, la lengua materna”; “Uno de los últimos decretos emitidos por esta institución…”. En la primera de estas frases se atribuye a la Fundéu un propósito completamente ajeno al que tiene realmente. No intenta “controlar” el modo en que los hispanohablantes hablen, sino que recomienda y promueve la norma codificada en diversas obras. Asimismo, de ninguna manera puede considerarse que sus recomendaciones son “decretos”. Se trata de una asimilación injustificada de la Fundéu (u otras instituciones vinculadas a la promoción de la norma del español) a instituciones autoritarias. La Fundación está muy consciente de que el uso de la lengua materna es un ámbito en el que los hablantes pueden ejercer su libertad, por lo cual las recomendaciones deben tomarse como lo que se dice expresamente que son: recomendaciones.

El mismo título del artículo en cuestión, Fundéu BBVA en Chile: “en base a”, locución impropia, refuta este argumento: al tachar una palabra o frase de “impropia“, se está aseverando que no debe decirse. La primera oración del artículo sólo reafirma esta interpretación: “La Fundación del Español Urgente en Chile recuerda que debe evitarse la locución “en base a”.

Al decirles a los hablantes qué es lo que deben y no deben decir, se está intentando controlar cómo usan su propia lengua, así de simple. No hay más vueltas que darle.

4) “Argumentos no hay aquí. Pero sí una sutil manipulación, a través del verbo “recordar”, que insinúa que se trataría de algo que ya deberíamos saber”. Precisamente, la Fundéu “recuerda”, en el sentido de que muchas de estas normas ya están recogidas en otras obras y puede que los lectores las hayan leído alguna vez. No intentamos manipular.

Aquí llegamos al grano del asunto, la legitimidad o ilegitimidad del normativismo. ¿Existen o no personas o instituciones con el derecho de dictar a los hablantes cómo deben usar su propia lengua? Mi respuesta es un claro y rotundo no, como se detalla en artículos como éste, éste y éste.

5) “Y si el sentimiento de culpa e incultura que nos inunda a leer el dictamen de Fundéu es lo suficientemente fuerte, quizás lleguemos a comprar el libro que tiene a la venta, y que promete sacarnos del pozo negro de las locuciones impropias”. Este libro, como se puede ver claramente en su portada, es el manual de estilo de Efe. Manuales de este tipo tienen otros muchos medios periodísticos. Por otra parte, es completamente infundado suponer que la finalidad de las recomendaciones es promover la compra de este libro. Como ya dije (punto 2), la Fundéu no tiene fines de lucro. Además, en la página electrónica (www.fundeu.es) se pueden consultar todas aquellas partes que la editorial nos permite poner a libre disposición del público (la mayor parte del texto).

6) “El nombre ‘Fundéu BBVA en Chile’ hace pensar que los textos de esta empresa son adaptados especialmente para los hablantes del castellano de Chile. No nos dejemos engañar…”. La Fundéu elabora recomendaciones generales, que no difieren en contenido de un país a otro. El ejemplo que se menciona corresponde a una de este tipo. Sin embargo, también hacemos recomendaciones de alcance local, en que se aplica una norma general a palabras propias del español de un país o se tratan dudas idiomáticas suscitadas por hechos noticiosos locales. Asimismo, cuando la norma chilena difiere de la norma peninsular, esto se toma en consideración (cf. el caso de señalética en el documento adjunto); de ninguna manera existe una actitud servil hacia España, pues se reconoce que en la actualidad la norma del español tiene carácter pluricéntrico. En el documento adjunto a este mensaje pueden ver ejemplos de recomendaciones adaptadas al medio nacional.

¿Por qué no me reconforta la idea de que nos tomen en cuenta a los americanos, en alguna mínima medida, cuando deciden en Madrid cómo “debe” y “no debe” usarse el castellano?

Respecto de las recomendaciones de alcance local, parecen tratarse más que nada de la aplicación de reglas para el uso de mayúsculas a entidades nacionales, como vemos en estos ejemplos:

  • Las palabras “policía”, “carabineros” y “ejército” se escriben con inicial minúscula cuando aluden a un grupo de policías o de militares y no a las instituciones respectivas, señala la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) en Chile. Con frecuencia, en algunos medios, al referirse no a la institución policial, sino a un grupo concreto de policías, la palabra “policía” aparece escrita con inicial mayúscula: […]. Se trata de un error: la mayúscula se emplea solo cuando se alude a las instituciones: […].
  • La Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) en Colombia señala que las palabras “policía” y “ejército” se escriben con inicial minúscula cuando aluden a un grupo de policías o de militares. Con frecuencia, en algunos medios, al referirse no a la institución policial, sino a un grupo concreto de policías, la palabra “policía” aparece escrita con inicial mayúscula: […]. Se trata de un error: la mayúscula se emplea solo cuando se alude a las instituciones: […].
  • La Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) en el Perú señala que las palabras “policía” y “ejército” se escriben con inicial minúscula cuando aluden a un grupo de policías o de militares. Con frecuencia, en algunos medios, al referirse no a la institución policial, sino a un grupo concreto de policías, la palabra “policía” aparece escrita con inicial mayúscula: […]. Se trata de un error: la mayúscula se emplea solo cuando se alude a las instituciones: […].
  • La Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) en México recuerda que el uso de las palabras “policía” y “ejército” se escriben con inicial minúscula cuando aluden a un grupo de policías o de militares. Con frecuencia, en algunos medios, al referirse no a la institución policial, sino a un grupo concreto de policías, la palabra “policía” aparece escrita con inicial mayúscula: […]. Se trata de un error: la mayúscula se emplea solo cuando se alude a las instituciones: […].
Pero hay por lo menos un caso que parece no corresponder al empleo de la combinación de correspondencia de Word, que es el de la palabra señaléctica. La versión que me mandó el delegado de la Fundéu BBVA es más extensa que la que se ha publicado en otros países.

Sobre la recomendación de evitar la locución en base a, consideramos que esta se justifica por las razones que se explican en el artículo correspondiente del Diccionario panhispánico de dudas (s.v. base): no tiene sentido (no tiene justificación semántica) que las preposiciones en y a se usen junto con el sustantivo base en esta locución, y probablemente se trata de un calco del italiano. Por otra parte, los datos numéricos (frecuencia de uso) que menciona el autor de los artículos no dicen nada respecto de la valoración social de este uso, por lo cual no pueden usarse como argumento para desacreditar la recomendación de la Fundéu.

Respecto de si tiene o no sentido la locución “en base a”, me remito al artículo anterior sobre este tema. Además, quisiera agregar un argumento adicional, el cual explica, a la vez, el sentido que tiene proporcionar datos numéricos sobre este fenómeno.

Estos datos revelan que en Chile, de las locuciones sinónimas de la que se quiere extirpar de la lengua (“sobre la base de”, “en base a”, “en función de”, “con base en”, “basándose en”), la tan vilipendiada “en base a” es nada menos que la segunda más frecuente (se emplea 8,7 veces más que “con base en”, y 128 veces más que “basándose en”).

En base a este hecho, podemos concluir que prácticamente todo el mundo dice “en base a” en Chile. Y de ahí, podemos desprender que esta inocua locución está muy bien valorada por estos lares. Además, si de prestigio social se trata, debe señalarse que esta frase se utiliza con frecuencia en los textos jurídicos chilenos, textos escritos por personas con un alto nivel de educación formal y de prestigio social.

Así que, ¿quién es la Fundéu BBVA para decirnos que esta frase es impropia?

Respecto de la aseveración de que “probablemente se trata de un calco del italiano”, me limitaré a decir que la época en que la xenofobia constituía un argumento, y se hablaba de defender la “pureza” del idioma, ya se acabó.

En cuanto a la ausencia de justificaciones o argumentos que el autor de los artículos aprecia en nuestras recomendaciones, debe tener en cuenta que estas se dirigen principalmente a periodistas y no a lingüistas, por lo cual preferimos no complicarlas con argumentos técnicos.

Pero tampoco se aprecian argumentos técnicos en el e-mail que vengo citando. Lo más parecido es cuando se dice que “no tiene justificación semántica que las preposiciones en y a se usen junto con el sustantivo base“. Pero esto tampoco es argumento: nunca se explica por qué no tendría “justificación semántica”, simplemente se asevera que es así.

Junto con hacer los comentarios ya expresados, deseo ponerme a su disposición para aclarar cualquier duda que les surja en adelante respecto de las actividades de la Fundéu BBVA.

Un atento saludo.

Darío Rojas
Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) en Chile
Departamento de Lingüística, Universidad de Chile
Departamento de Lexicografía, Academia Chilena de la Lengua

 Agradezco a Darío su tiempo y buena disposición para tratar estos temas.