Cuando hace ya casi una década nos hicimos de la colección de Ciencia Cognitiva de la MIT Press –alojada en CogNet–, hubo tres o cuatro libros (de entre los varios centenares que componían la librería) que nos llamaron profundamente la atención por lo pop de sus contenidos (me atrevo a decir que en estos tres o cuatro libros se encontraba el germen de la Tercera Cultura). Uno de aquellos volúmenes fue, es y será The Subtlety of Emotions de Aaron Ben-Ze’ev (2001), una maravillosa compilación sobre lo que las Ciencias Cognitivas habían averiguado acerca del dominio emocional humano en las últimas tres décadas, y en el que se prestaba particular atención a las relaciones de pareja (i.e. Pilar Sordo meets Neuroscience).

Este año algunos de los ecos de ese impreso han rondado por mi cabeza a raíz de dos conceptos (memes) que considero son para mí el hallazgo del 2011: la TroloGirl y el Pagafantas.

Comencemos por ella, la TroloGirl: se trata de un meme canónico de la imagen de un rostro, en este caso una joven rubia que ríe, con la cabeza girada hacia la izquierda, rodeada por unas líneas de fuerza en tonalidades amarillas, a la que acompaña (como suele hacerse en estas figuras) un par de sentencias una arriba y otra abajo del recuadro en que se contiene. Veamos dos ejemplos.

Bueno, supongo que al ver los memes han tenido una sensación extraña, una sensación de déjà vu, ¿no? Es curioso –muy curioso– que, a diferencia de otros memes como Okay, Forever Alone o Challenge Accepted, en este caso lo que el juego representa no sea simplemente un estado de ánimo puntual o un comportamiento pasajero: el meme de la TroloGirl representa un tipo de persona. Es más, representa un tipo de persona que muchos han encontrado no una sino que muchas veces. Para más pelos y señales se suele tratar de la compañera cuica de universidad que se sienta al lado y con la que se tiene cierta interacción básica, o la animadora de pastoral del colegio, o la niña que veranea en el mismo balneario y con la que se conversa de vez en cuando, y cuya edad que oscila entre los 18 y los 25 años app. [Nota del Autor: la entrada de La Polola Cuica, de el fenecido blog Se Siente Rubio, despliega un análisis pormenorizado de este personaje. Léanlo, se van a revolcar de la risa].

Vamos ahora a él, el Pagafantas. Tomemos la definición de Wiktionary en español:

pagafantas: [etimología:  del español pagar y Fanta, marca de bebida gaseosa] Se dice del varón que, en relación de amistad cercana o cortejo de una mujer, es incapaz de producir una situación de encuentro sexual con la misma. Hombre incapaz de ir más allá del cortejo.

Y una imagen de pagafantas sacada de Frikipedia:

Mi entrañable amigo Felipe Pumarino, relaciona el concepto (de origen en España) del Pagafantas con otro en Chile, el Guatón-Amiga (ya, no me trolleen, solo estoy citando). Veamos lo que dice:

“El ‘guatón-amiga’ es un personaje universal; en Alemania le llaman ‘amigo mascota’, en Polonia ‘amigo lapa’ y en España el ‘pagafantas’ es casi una institución. Este nombre alude a una actitud típica del macho inseguro: abrir la billetera para ganarse el cariño femenino (en este caso, para “comprarles Fantas” en la discoteca o el bar). El estereotipo tocó el cielo durante el 2008, cuando apareció en YouTube el video casero donde una guapa metalera semidesnuda insultaba a Alberto, flaquito maquillado al estilo pokemón”.

Me tinca que también conocen a varios de ellos, o lo hemos sido nosotros mismos.

Ahora viene lo enjundioso: ¿cómo se relacionan ambos conceptos?

Simple: en un tercer concepto genial, el de la Friend Zone.

La Friend Zone y su ejecución verbal, quedar friendzoned, fue quizá la primera gran salida de la serie Friends. En tan solo su séptimo capítulo (Friends S01E07, The One With the Blackout), Joey acuñó el término para referirse a la relación que hasta ese momento llevaba Ross con Rachel, tal como se observa en este video (inserción desactivada por YouTube).

Joey: No pasará nunca.
Ross: ¿Qué?
Joey: Tú y Rachel.
Ross: ¿Pero de qué estas hablando? ¿Y porqué no?
Joey: Porque has esperado demasiado tiempo para atacar… y ahora estás en la “friend zone”.
Ross: No, no, no. No estoy en la zona.
Joey: Ross, eres el alcalde de la zona.

Como muestra el chiste de Mario que encabeza este artículo, la Friend Zone, “un término que describe una relación en la que uno de los miembros de la pareja quiere intimar románticamente mientras que el otro prefiere ser solo amigos” (Wikipedia), es una valla a menudo insuperable por las personas (muy a menudo hombres) que caen en ella. Si pudiéramos sintetizar todo lo anterior en una idea global sería más o menos así: la TroloGirl es una especialista en provocar estados de Friend Zone (nótese que esta “zona” es una velada referencia a la Twilight Zone con que nos asustaba en la infancia setentera Rod Serling), y el Pagafantas, por su parte, es un especialista en caer en esta zona.

Cómo un lema de juego de rol (o de Murphy’s Law) podríamos invocar la siguiente Ley:

Si la TroloGirl te hace caer en la Friend Zone te convierte en un Pagafantas.

Ben Ze’ev (2001:227) desarrolla esta situación (que enmarca dentro del fenómeno del rechazar las citas) de la siguiente manera:

“Vamos a considerar las razones que la gente da por negar citas. Estas razones son principalmente impersonales, incontrolables, e inestables, a pesar de que las verdaderas razones pueden ser muy diferentes. Un motivo mayor para tales mentiras piadosas es la preocupación por la posible reacción emocional de la persona rechazada. La gente se angustia menos por un rechazo que se debe a razones impersonales (“Voy a salir de la ciudad”) que cuando es debido a características propias (“Eres una persona aburrida”). Una excusa común en este sentido es “Eres demasiado bueno para mí”. Las razones impersonales reducen la relevancia del evento para la imagen de sí mismo de la persona rechazada. Las personas también se angustian menos por razones incontrolables (el rechazante tiene que estudiar esa noche) que por las controlables (el rechazante no quiere ir al cine esa noche). La reducción de la capacidad de control reduce la intensidad emocional. Además, las razones inestables, temporales (el rechazante está enfermo) son menos deprimentes que las más estables por motivos permanentes (el rechazante está comprometido para casarse). Las razones inestables, temporales, reducen un poco la realidad del rechazo y por lo tanto, la intensidad emocional. El fenómeno de rechazar las citas, ofreciendo razones que reducen el daño a la otra persona es tan común ahora que ya no es tan eficaz. En la serie de televisión Seinfeld, una mujer que quiere dejar de salir con George explica: “No eres tú, soy yo”. Esto abruma a George, sobre todo porque él dice que nadie debería tener derecho al uso de esta línea argumental, que él cree que él mismo inventó y la ha utilizado a menudo. De hecho, en otro episodio, George, en un intento de deshacerse de su actual novia, dice: “Puedes hacer muchas cosas mejor que yo. Puedes lanzar un dardo a través de la ventana y golpear a alguien mejor que yo. ¡No soy bueno para ti!”.

Se podría pensar que la cualidad de Pagafantas (pagafantismo) es permanente y que se debe simplemente a “perdedores” que nunca van a agarrarse a alguien. No es cierto, un artículo compartido por The Huffington Post, firmado por Alex Benzer -autor de Tao of Dating for Women, Tao of Dating For Men– detalla que hasta los más rancios millonarios de Los Angeles caen en la “zona”:

“Aarón, que se encuentra en la mitad de sus 40 años, invitó recientemente a una muy atractiva mujer de 24 años de edad a cenar. Ella pidió que la llevara a uno de los restaurantes más caros de la ciudad, y eso obligó a Aaron. Nunca olvidaré lo que pasó en el restaurante: ella procedió a ordenar todo en el menú. Luego, cuando la trajeron los platos, ella los envió de vuelta. No una vez. No dos veces. No tres veces. Cinco veces. Todo el personal del restaurante estaba harto de ella, tanto como Aarón. Así que él pagó la cuenta y se disculpó incluso antes de la comida hubiera terminado. Esa viñeta ilustra un montón de errores de la gente rica realiza. Aaron perdió dos horas, un poco de orgullo y un par de cientos de dólares”.

Todos pueden llegar a ser Pagafantas.

La solución que da Benzer en el mismo artículo es el antídoto definitivo para protegerse de las TroloGirl:

“Una vez que estés en la Friend Zone con una mujer, las probabilidades de que llegues a una relación sentimental con ella disminuyen dramáticamente. Es por eso que hay que ser un poco más agresivo, haciendo tus intenciones claras desde el principio. Ello puede aumentar tus probabilidades de éxito. Si ella dice que sí: estás dentro. Si dice que no: entonces acabas de detener tu pérdida de tiempo. Se gana de cualquier manera”.