¡Se viene el MetalFest! (más info en el blog de nuestros compipas Heavy Shit) Para celebrarlo, les quiero compartir un artículo que escribí para La Tercera en 2002 a raíz de la conmemoración de la Divina Comedia de Dante.

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Sobre la puerta de acceso al Infierno está grabada en italiano una frase que reza: “Lasciate ogni speranza voi chentrate” (Abandonen toda esperanza, ustedes que entran). Durante de Alighiero, más conocido como Dante Alighieri, se encuentra con la consigna cuando inicia su viaje por las profundidades, una noche de luna llena en marzo del año 1300, en la primera Cantiga de la Divina Comedia. No será el primero que realice un recorrido semejante, ya antes que él lo habían cursado Orfeo, en busca de su amada Eurídice (como relata Ovidio en el Libro XI de las Metamorfosis), el Ulises de Homero (en el libro XI de la Odisea) y el Eneas de Virgilio (en el Libro VI de la Eneida): en un tópico conocido como “descenso al infierno” (descensus ad inferos).

El “divino comediante” será, sin embargo, el primero entre estos peculiares viajeros que dé cuenta con lujo de detalles de las características del mundo subterráneo. Dante guiado por el propio Virgilio, descenderá uno tras otro los nueve niveles que conforman las estancias infernales describiendo los castigos a que eran sometidos los infelices moradores y encontrándose con diversos personajes de la Edad Media y la Antigüedad.

Las terribles (dantescas) imágenes del infierno de Dante llegaron hasta hoy potenciadas más que nada por una serie de grabados que dibujara a mediados del siglo XIX Gustave Doré, y aunque la Divina Comedia inspiró a numerosos artistas de sus centurias sucesivas (como el poeta inglés William Blake, el pintor francés Eugene Delacroix, o el músico húngaro Franz Liszt), en la actualidad se ha instalado en la cultura popular como una de las fuentes fundamentales de la estética y los contenidos de una de sus manifestaciones menos comprendidas: la música metal.
Si bien los origenes del metal se remontan a algunas bandas de fines de los 60 y principios de los 70, como Black Sabbath, Deep Purple e incluso Led Zeppelin, no fue hasta una década más tarde, tras la irrupción de conjuntos como Iron Maiden, Mötorhead o Mercyful Fate que la propuesta visual y musical de lo que se daría en llamar heavy metal se concentraría en la imagen del infierno. Al revisar las carátulas de los discos de estos grupos se encuentran constantemente imágenes de demonios, llamas, sufrimiento. Esto es particularmente recursivo en los álbumes de Iron Maiden, y en dos de las mejores portadas dibujadas por Derek Riggs, The Number of the Beast de 1982 y Live After Death de 1985 se puede reconocer claramente. Por otro lado es incontable el número de temas y elepés que llevan en alguna parte del título la palabra hell (inferno), así el segundo disco de KISS, de 1974 se llama Hotter than Hell, el quinto de Judas Priest de 1979 es Hell Bent For Leather, y de ese mismo año será la obra maestra de AC/DC: Highway to Hell. Por fin, uno de los primeros videoclips metaleros, Last in Line de Ronnie James Dio de 1984 inicia un estilo al mostrar a un adolescente que entra en un ascensor y llega al infierno. Hay, aparte de esto, muchas referencias directas a Dante: los mismos Iron Maiden en Killers de 1981 cuentan con un tema llamado Purgatory, al que hay que añadir un Dante’s Inferno de King Diamond (Mercyful Fate), otro del mismo nombre grabado por Iced Earth, e incluso un álbum completo intitulado Komödia de los austriacos Dreams of Sanity.
El mensaje que quería transmitir el heavy metal era básicamente el caos de la existencia en las grandes urbes del primer mundo: desde la alienación del consumo hasta el temor a la guerra nuclear. Es por eso que les hizo sentido el paralelo que se encontraba entre dichos fenómenos y los horrores descritos por Dante, la historia de la época contemporánea no era para ellos otra cosa que un largo y sostenido descenso al infierno. Fue por esto que se calificó su propuesta como “rock satánico”. Lo cierto es que visto lo anterior sería mejor llamarlo “rock dantesco”.

El Descenso al Infierno de Sandman

¿Dónde reside el atractivo de la imagen del infierno que nace con Dante? ¿Por qué se vuelve sobre ella una y otra vez a lo largo de siete siglos? Una interesante respuesta se halla en el cuarto episodio de la saga Sandman de Neil Gaiman (aclamado casi unánimemente como el más importante cómic de la década de los 90). En él Lucifer quiere impedir que Morfeo, el personaje principal, vuelva a la superficie luego de su propio descensus, y le pregunta: “¿Qué poder tiene Sueño (Morfeo) en el infierno?”. Y este le responde: “¿Qué poder tendría el Infierno si los aquí encerrados no soñaran con el Cielo?”. A pesar del lema inscrito sobre la puerta, los habitantes del submundo -tanto como los habitantes de la superficie-, no abandonan la esperanza.