La imagen del rey de España enfundado en una escopeta y posando frente a un elefante muerto –una gracia que tiene un costo de cincuenta mil dólares-, aunque tomada en 2006 en Botsuana, dio en estos la vuelta al mundo (la vuelta a Twitter y la vuelta a FaceBook). Como indica una petición a la WWF-Adena (filial en España de la ONG WWF y de la que Juan Carlos es presidente honorario):

“Por la presente carta solicitamos se haga pública la más pronta revocación del cargo de Presidente de Honor a Juan Carlos de Borbón, debido a sus reincidentes cacerías de grandes animales, entre los que se encuentran búfalos, osos e incluso elefantes”.

A raíz de la pelotera que se levantó, y leyendo algunos comentarios en FaceBook sobre los elefantes (una especie que se encuentra en estado de “vulnerable”, según la lista IUCN), hemos recordado la explicación que daba Jared Diamond en Armas, Germenes y Acero sobre las diferencias entre especies domésticas y salvajes: el principio de Anna Karenina.

Dice Diamond:

Los animales domesticables son todos iguales, todos los animales indomesticables son indomesticables a su manera. Si cree que ya ha leído algo así antes, tiene razón. Sólo hay que hacer algunos cambios, y usted tiene la frase ya famosa del gran Tolstoi en su novela Ana Karenina: ‘Las familias felices son todas iguales, cada familia infeliz es infeliz a su manera’. Por esa frase, Tolstoi quería decir que, con el fin de ser feliz, un matrimonio debe tener éxito en muchos aspectos diferentes: la atracción sexual, el acuerdo sobre el dinero, la disciplina infantil, la religión, en las leyes, y otros temas vitales. El incumplimiento de cualquiera de estos aspectos esenciales puede condenar un matrimonio, incluso si tiene todos los demás ingredientes necesarios para la felicidad. Este principio puede ser extendido para comprender mucho más acerca de la vida, además de matrimonio. Tendemos a buscar de manera fácil un solo factor para explicar el éxito. Para las cosas más importantes, sin embargo, el éxito en realidad requiere evitar muchas causas posibles de fracaso por separado. El principio de Ana Karenina, explica una característica de la domesticación de los animales que tuvo graves consecuencias humanas, que tantas especies de mamíferos silvestres grandes que parecen adecuadas para la domesticación, como las cebras y los pecaríes, nunca hayan sido domesticados y que las especies domesticadas con éxito hayan sido casi exclusivamente de Eurasia” (Diamond, 1997:cáp 9).

Y a continuación da una lista de esas características o equilibrios que hay que mantener para que una especie pueda ser domesticada:

 

Dieta: cuando un animal come una planta u otro animal, la transformación de biomasa de los últimos al primero es mucho menor que el 100%. Normalmente la conversión es de un 10%. Diez kilos de grano aumentan un kilo en el caso de una vaca. Pero para aumentar en un kilo el peso de un carnívoro, se necesitan 100 kilos de grano. Esa es la razón de porqué nunca se ha domesticado un carnívoro. Además, hay especies extremadamente quisquillosas en su alimentación, como los koalas que solo consumen un cierto tipo de hojas (o la tortuga de la Angelito, que solo come flor de hibisco).

Tasa de crecimiento: el animal, además, debe crecer rápido, especies como los gorilas o los elefantes que toman unos quince años en llegar a la edad adulta, son muy malos candidatos.

 

Problemas de apareamiento en cautiverio: así como a nosotros los humanos no nos gusta que nos vean teniendo sexo, algunas especies son igual de pudorosas, como los chitas.

Agresividad: no son buenos candidatos los animales que pueden atacar a los humanos, como los osos grizlies o los búfalos.

Tendencia al pánico: la posibilidad de que la especie que se está tratando de domesticar tienda a huir es otro problema, como en el caso de los antílopes, por lo que son difíciles de mantener en cautiverio.

Estructura social: los animales sociales son más fáciles de domesticar que los que no lo son, por la posibilidad de mantenerlos en manadas.

Diamond expone, junto con ello, el listado de grandes mamíferos hervíboros domesticados desde antiguo. El Big Five (ovejas, cabras, caballos, vacas y cerdos) y el Minor Nine (camello árabe, camello bactriano, llamas y alpacas, burro, reno, búfalo de agua, yak, banteng y gaúr), así como una tabla de fechas de domesticación.

 

Helena Cronin contó hace tres años en las recordadas “charlas Darwin” que en la actualidad el 98% de la biomasa del planeta estaba bajo dominio humano. Solo queda un 2% de biomasa salvaje, donde se encuentran los elefantes. Creemos como Tercera Cultura que es un deber de nuestra especie, conservar y cuidar ese pequeño porcentaje y que lo del rey no apunta en ese sentido.