La respuesta es sencilla: porque probablemente no lo hubieran contratado nunca en el Caltech y seguiría perdido en Texas. Eso es lo que desprende de un estudio publicado hoy viernes 7 de diciembre por PNAS a cargo de Corinne A. Moss-Racusin y equipo de la Universidad de Princeton (“Science faculty’s subtle gender biases favor male students”). El paper parece cerrar el debate sobre la presencia de mujeres en espacios científicos que fue abierto por Larry Summers hace ya siete años, cuando se despachó las lamentables declaraciones de que no había mujeres en ciencias y en ingeniería simplemente porque “no les daba el mate”, y que se avivó con el recordado encuentro Spelke-Pinker.

El abstract de la profesora Moss-Racusin lo dice todo:

“A pesar de los esfuerzos por reclutar y retener más mujeres, persiste una marcada disparidad de género al interior de la ciencia académica. Muchas investigaciones han demostrado el sesgo de género en muchos grupos demográficos, pero no se ha investigado experimentalmente si las facultades de ciencias muestran un sesgo contra las estudiantes que podrían contribuir a la disparidad de género en la ciencia académica. En un estudio aleatorizado doble ciego (n = 127), facultades de ciencias de intensa labor investigativa calificaron materiales de solicitud de un estudiante al que fue asignado al azar ser hombre o ser mujer, por su nombre, para un puesto de jefe de laboratorio. Participantes de la facultad clasificaron al solicitante masculino como significativamente más competente y contratable que la solicitante (idéntica) mujer. Estos participantes también seleccionaron un salario inicial más alto y ofrecieron más orientación a la carrera de los varones solicitantes. El sexo de los participantes de la facultad no afectó las respuestas, de modo que miembros femeninos y masculinos de las facultades eran igualmente propensos a exhibir un sesgo en contra de la estudiante femenina. Un análisis de mediación indica que la estudiante tenía menos probabilidades de ser contratada porque era vista como menos competente”.

Un grafico lo deja todo más claro:

Comparación entre hombres y mujeres en cuanto a la "competencia" atribuida, la empleabilidad y el apoyo en tutorías.

Comparación entre hombres y mujeres en cuanto a la “competencia” atribuida, la empleabilidad y el apoyo en tutorías.

De acuerdo con la autora, “los resultados de la investigación sugieren que se requiere de intervenciones que aborden el sesgo de género en las facultades de modo de avanzar hacia el objetivo de aumentar la participación de las mujeres en la ciencia”.