“CHILOTE: m. /f. Persona nacida y, por extensión, avecindada, en esos lugares. También aquellos descendientes que, siendo de otros sitios, se sienten ligados afectiva y familiarmente a este territorio y cultura” (Cárdenas, 1994).

Soy chilote. Mi familia paterna proviene de la Isla Grande. En Castro hay una escuela que lleva el nombre de mi tía abuela Fridolina Barrientos (que fue por largos años la directora de su Liceo). Me da mucha pena y mucha rabia lo que se ha visto estos días: el levantamiento de un faraónico mall que rompe la armonía pictórica del escorzo de la ciudad al tiempo que estresa el decurso de la vida. Pero, hay que tener cuidado, la “magia” de la isla no puede ser mantenida solo por un afán patrimonial, como si de un “reducto” se tratara. Eso es nostalgia de la mala y temor al presente. Hace ya un lustro se publicó en Alpha (Osorno), un paper bastante completo sobre la identidad cultural chilota (Mansilla, 2006, “Chiloé y los dilemas de su identidad cultural ante el modelo neoliberal chileno: la visión de los artistas e intelectuales”), en que el autor entrevistó a dos decenas de artistas e intelectuales de la Isla y reconoció que:

“Si bien falta mucho por hacer, se ha avanzado, en un rango significativo, en la discusión sobre la identidad de Chiloé, discusión motivada, en gran medida, por el impacto de las transformaciones socioculturales del archipiélago que vienen aconteciendo desde los años 60 del siglo XX y que se han agudizado, dramáticamente, a partir de los años 80. Sin temor a equivocarnos, diríamos que todos los artistas e intelectuales chilotes, nativos y adoptivos, residentes en el archipiélago o no, hace tiempo que vienen escribiendo y/o discutiendo sobre el tema. Existen, por cierto, posiciones diferentes y a veces encontradas, pero hay un denominador común: la convicción de que las islas están viviendo un momento crítico de su historia, a tal punto que, como nunca, corren el riesgo de que su espesor cultural heredado literalmente desaparezca ante la arremetida de la cultura mediática de las relaciones de producción capitalista. Pero, al mismo tiempo, en todos yace la convicción de que el nuevo escenario ofrece una posibilidad inédita de rearticular la identidad cultural a través de la cooptación de elementos culturales exógenos que vengan a enriquecer la identidad local y de desechar aquellos elementos disfuncionales tanto de la modernidad global como de la tradición local y producir, así, una trama de síntesis culturales que instalen a Chiloé en el carro delantero de la cultura global y no en una posición simplemente subalterna, colonizada”.

Escuela Fridolina Barrientos

Uno de los elementos identitarios más importantes (quizá el más importante de todos) es el lingüístico. Y en él, el archipiélago tiene mucho que decir. En 1994 Renáto Cárdenas publicó un trabajo extenso sobre el tema, el “Diccionario Lingúístico de Chiloé” (que se puede descargar en esta dirección) y apuntó una por una, las razones de la extraordinaria peculiaridad del español chilote (dentro del ya peculiar español de Chile). Algunas de ellas han sido recogidas por una entrada de la Wikipedia (“Español Chilote”):

Fonología

  • Realización aspirada de j.
  • Trasformación de los grupos bo, bu, go y gu en wo y wu.
  • Conservación de la consonante nasal velar /ŋ/ (escrita “ng” o “gn”) en palabras de origen mapuche. Este fonema no existe en castellano estándar. Ej.: culenges [ku’leŋeh] (En el resto de Chile se dice culengues [ku’leŋgeh]).
  • Diferencia en el tratamiento para y y ll: Desde Castro hacia el norte no se hace diferencia entre ellas, pronunciando ambas como [j] (yeísmo). En sectores del centro y el sur se pronuncian diferente, pudiendo ser [je] y [dʒ], [j] y [ʒ] o [dʒ] y [ʒ]. También existen otros lugares en la parte sur y occidental donde ambas se pronuncian [ʒ].
  • En algunos lugares el grupo tr se pronuncia diferente según la etimología de la palabra: si proviene del castellano se pronuncian claramente ambas consonantes, mientras que si el vocablo proviene del mapudungun se pronuncia [tɹ], semejante a una chr. Sin embargo, en el resto de lugares, las palabras de origen mapuche que tenían esta consonante la han reemplazado por la ch y en las restantes este grupo se pronuncia [tɾ] como en la mayoría de los dialectos del español, a diferencia de lo que ocurre en español chileno, en que se tiende a usar [tɹ] sin importar la procedencia de la palabra.
  • Paragoge: Al final de palabras terminadas en r o c se agrega una una vocal. Ejs.: andar [an’darə], Quenac [ke’nakə].

Sintaxis

  • Amplio predominio del uso de con existencia reducida del voseo a la manera rioplatense e inexistencia de voseo a la manera chilena.3 En el tratamiento familiar se usa la forma híbrida Tú soes. En el futuro imperfecto se recurre a conjugaciones de voseo usando la terminación -is, en lugar de la terminación -ás estándar; también en el pretérito indefinido, en que se pierde la primera -s del verbo y se conserva la última, este rasgo está presente también en hablas de Colombia y de los Andes de Venezuela. Ej.: Cantarís, comerís, vendrís, anduvites, comites, oítes.
  • En el tratamiento respetuoso se usa la segunda persona plural, Ustedes, con su respectiva conjugación verbal, en vez de la segunda singular, Usted. Ej.: ¿Ustedes son Don Luis Bórquez?’
  • Uso de qué en el final de las frases interrogativas que requieren respuesta afirmativa o negativa. Ej.: ¿Ya llegarían qué?
  • El verbo dejar se une a un verbo en participio para indicar una acción completada inmediatamente antes de realizar otra. Ej.: ¿Dejarían almorzado qué?. No, dejé desayunado no más y salí.
  • Empleo de na (<nada) para reforzar la negación. Ej.: Yo no soy na esa persona
  • Acentuación independiente de los clíticos en las formas imperativas con un objeto directo y de los clíticos -se y -te. Ej. Da-melo, come-tela, di-selo, caer-se, sienta-te.
  • Los verbos querer y doler se conjugan en futuro de la misma forma que poder. Ej.: Quedrís, doldrá.

Léxico (los siguientes chilotismos están extraídos del DUECh)

arte.      Brujería o hechicería.

basilisco.            Criatura con cabeza de gallo y cuerpo de serpiente, que se alimenta del aliento y saliva de las personas, a las que produce distintos malestares, incluso la muerte.

buque (de) arte.             Velero fantasma de gran tamaño en el que navegan los brujos y que tiene la capacidad de desaparecer o transformarse en un tronco para no ser visto.

cacharaina.        Instrumento de percusión hecho de la quijada de un burro o una mula, cuyo sonido se produce frotando los dientes con una vara o por medio de golpes de puño

cahuelche.         Especie de delfín con capacidad de comunicar eventos futuros a las personas.

caleuchano,-a. Tripulante del Caleuche, barco fantasma.

camahueto.       Especie de ternero con un cuerno dorado en la frente, que posee una fuerza descomunal, capaz de generar cambios drásticos en la naturaleza.

cancato.              Plato preparado con pescado relleno con carnes o encurtidos y asado a las brasas, tradicionalmente ensartado en un palo.

carbunco.           Guardián de los metales ocultos bajo tierra, cuya apariencia es la de un pequeño perro blanco o la de un molusco luminoso.

casemita.            Pequeña casa emplazada junto a una iglesia, que servía de alojamiento a los misioneros que llegaban a la isla de Chiloé.

cauchagüe.        Fruto de la luma (árbol), consistente en una baya negruzca y que se usa para fabricar mermelada y chicha.

cauchao.             cauchagüe.

challanco.           Instrumento, normalmente con forma de espejo o bola de cristal, que le sirve a los brujos para obtener conocimientos vedados a las personas comunes, como ver a distancia o conocer el futuro.

champalla.         pata de lobo marino o foca.

cherruve.            Espíritu, maléfico o benéfico, que personifica el poder de los volcanes.

chilehueque.    Especie de llama que criaban los indígenas del sur de Chile a la llegada de los españoles.

chilote,-a.          De Chiloé, provincia de la X Región de Los Lagos.

chivato.               Persona a la que los brujos han sometido a una serie de deformaciones físicas, como amarrarle una pierna a la espalda, coser sus orificios y torcer su cabeza, y a la que encargan la vigilancia de la entrada de su sitio de reunión.

chono,-a.            Miembro de un pueblo indígena amerindio que habitó parte del sur de Chile (Archipiélago de Chiloé y las islas ubicadas inmediatamente al sur), de costumbres nómadas y que vivía de la caza y recolección de especies marinas; este pueblo desapareció en el s. XVIII.

chono.  Lengua hablada por los chonos.

coñipoñi.            Gusano pequeño de color plomo que cuida a los bebés.

coo.       Especie de lechuza, similar al concón (ave), cuya figura adoptan los brujos para anunciar la muerte o hacer otros malos agüeros.

cuchivilu.            Animal acuático con cabeza y patas delanteras de cerdo y cuerpo de serpiente, que se alimenta de peces y causa perjuicios en los corrales de pesca.

cunco,-a.             Miembro de un pueblo indígena amerindio que habitó parte del sur de Chile (regiones costeras entre Valdivia y el norte de Chiloé), sedentario y que vivía de la agricultura, la caza y la pesca.

curamilla.           Piedra mágica de oro muy brillante que propicia, a quien la encuentra, poderes y dones como la felicidad.

curaviche.          Habitante de Chiloé.

encamahuetado,-a.       Referido a una persona, que se encuentra con el ánimo alterado debido a que lo han hechizado con raspadura de cuerno de camahueto.

fiura.     Mujer pequeña, hija y esposa del Trauco, que posee rasgos horripilantes y poderes sobrehumanos con los que realiza maleficios a las personas.

gurutregua.       Animal similar a una zorra, que en realidad es un brujo disfrazado.

huenchula.        Joven mujer que se va con Millalobo a las profundidades del mar, desde donde resguarda la abundancia de peces, conforme al comportamiento de los pescadores.

huenchur.          Machi anciana, madre de la Huenchula.

huilliche.            Individuo de una rama del pueblo mapuche, que habita entre Valdivia y el sur de Chiloé, al sur del grupo central de los mapuches.

imbunche.         Persona a la que los brujos han sometido a una serie de deformaciones físicas, como amarrarle una pierna a la espalda, coser sus orificios y torcer su cabeza, y a la que encargan la vigilancia de la entrada de su sitio de reunión.

invunche.           Imbunche.

licor de oro.      Licor artesanal elaborado con leche, aguardiente, agua hervida, azúcar y especias, típico de Chiloé.

linao.    Juego similar al fútbol practicado con una pelota de cochayuyo (alga) forrada en lana, practicado especialmente en Chiloé.

machucho de la cueva. Persona a la que los brujos han sometido a una serie de deformaciones físicas, como amarrarle una pierna a la espalda, coser sus orificios y torcer su cabeza, y a la que encargan la vigilancia de la entrada de su sitio de reunión.

macuñ. Prenda tejida que cubre el torso y los brazos, empleada por los brujos y que les permite volar.

mapa.   Instrumento, normalmente con forma de espejo o bola de cristal, que le sirve a los brujos para obtener conocimientos vedados a las personas comunes, como ver a distancia o conocer el futuro.

mayoría.             Grupo de brujos que cumplen la función de una directiva.

millalobo.          Criatura marina, mitad inferior lobo marino y mitad superior hombre, que tiene poderes sobre el mar.

pelapecho.        Macuñ o manto hecho con pelos de humanos que otorga al brujo sus poderes mágicos.

pequén.              Baile en el que los participantes imitan los movimientos del pequén (ave), con una actitud tímida y vergonzosa; es típico de la zona central y de Chiloé.

pericona.            Baile, generalmente de dos parejas, en el que los bailarines llevan pañuelos en una mano y realizan coreografías entre hombres y mujeres, que incluyen giros, contragiros, cambios de posición y zapateos; es típico de la cultura de Chiloé.

peuchén.            Habitante del mar.

pincoya.              Hija de Millalobo y de la Huenchula, que posee gran belleza y habita las profundidades del mar, desde donde suele salir vestida con un traje de algas.

poutén.               Hechicero.

quiñe-mapo.     Persona transformada permanentemente en lobo de mar.

revisorio.            Instrumento (normalmente con forma de espejo o bola de cristal) que les sirve a los brujos para obtener conocimientos vedados a las personas comunes, como ver a distancia o conocer el futuro.

tejuelero,-a.     Persona que se dedica a la confección, venta y (o) instalación de tejuelas o tejas.

trastasera.          Baile de pareja en el que los participantes realizan distintas figuras mediante un trote de tres pasos y una elevación de rodilla; es típico de la cultura de Chiloé.

trauco. Hombre de pequeña estatura, con rasgos faciales horripilantes, pero de mirada dulce, capaz de seducir a las mujeres jóvenes.

trehuaco.            Perro que habita en una laguna encantada y que seduce a mujeres jóvenes.

tsesungún.         Variedad de la lengua mapuche hablada por los huilliches.

veliche.               Variedad de la lengua mapuche hablada por los huilliches.

voladora.            En la mitología de Chiloé, ayudante de los brujos capaz de transformarse en ave para llevar sus mensajes.

vutamacho.       Persona a la que los brujos han sometido a una serie de deformaciones físicas, como amarrarle una pierna a la espalda, coser sus orificios y torcer su cabeza, y a la que encargan la vigilancia de la entrada de su sitio de reunión.