Como segunda parte y final de este mini-expecial de Halloween, les dejamos este texto que escribí hace varios años para la sección Linkteratura de Terra. Buen provecho!

Debe haber sido por allá por el Año del Señor de 1989, había una revista de música que se llamaba RockTop, yo no me perdía número. Hubo un reportaje en que se entrevistaba a varios músicos thrashers (gente como Nimrod o Tumulto). Además se describían sus aficiones extramusicales. En particular un listado de qué leían, y en el listado, junto a los consabidos Drácula, Frankenstein y Poe, un nombre que me sonaba, como puede sonarle a uno una frase a la cuarta piscola (o sea dos veces): H.P. Lovecraft.

Llegué corriendo a mi casa, bajé a la bodega y empecé a bucear en los cachivaches, entre los que se contaban:

  1. Un par de sillones de mimbre chimbarongueros, iguales al que aparecía en un disco de Julio Iglesias, y que mi mamá había fondeado porque pucha que eran pretenciosos y de mal gusto.
  2. Libros con tapas de cuero ¡verde!
  3. Discos de Julio Iglesias, en uno de los cuales aparecía sentado en un sillón igual a los que tenía mi mamá.

Encontré una antigua revista argentina donde, no sé cómo, se me ocurría que se hablaba de ese caballero Lovecraft. Hasta aparecía una foto, y era harto re feo. Leí con fruición el artículo y a continuación seguí buscando…

Años antes había estado alojando en la casa de un tío en Rancagua y aproveché de hacerme de un pequeño libro intitulado Antología del Horror.

Ahora, polvoriento y desgreñado, estaba entre mis manos, y, cielos, era cierto, había allí un cuento escrito por Lovecraft: Sueños en la Casa de la Bruja. Subí, me eché en la cama y literalmente me lo devoré (junto con un pan con palta y un café con leche).

Creo que entonces la única librería donde tenían algo de HP era en la Antártica del Parque Arauco, en el segundo mueble desde la entrada y abajo. Y no eran nada de caros. Miento, también había uno de Minotauro, en las Mon Amí, que se llamaba El Color que cayó del Cielo.

En este último aprendí que existía una serie de cuentos, escritos no sólo por Lovecraft, que se conocían por el nombre de “los mitos de Khtulhu” (parece que se pronuncia Ktuljú). Me desayuné, por eso era que había una canción de Metallica en el Ride the Lighting llamada The Call of Ktulu. Y por eso era que los thrashers lo leían.

Lo chiflado era que Lovecraft no era para nada esa onda. Si Lovecraft hubiera vivido en 1989 no hubiera sido metalero. Al contrario, su pinta y su vida parecían las del cabro al que le sacan la ñoña en el colegio, al que los thashers del curso le roban el sandwich en el recreo, al que le pegan papeles en la espalda. Un tipo que se dedicaba a leer enciclopedias, a aprenderse de memoria la guía de teléfonos, a escuchar la Radio Cronos.

Por supuesto que como siempre me engrupí sólo, y empecé a borrar los discos New Age para grabar cosas metaleras, me compré una polera negra de Metallica, y mi película favorita ya no era Excálibur sino Poltergeist (sobre todo la segunda, donde algunas imágenes parecían sacadas de un cuento de HP).

Lovecraft simplemente me chifló. Ese tipo con pinta de empleado de la Tía Rica, que aparentemente no era capaz de matar una mosca, escribía…

… y a pesar de todo lo horroroso y morbosamente atractivo que fueran las masas informes que pululaban en sus relatos: bajo los umbrales y tras los vitrales, por sobre las buhardillas y detrás de la pared; lo que más me gustaba era la manera como me hacía sentir que en realidad el peor horror era el de que no sabemos quienes somos realmente.

Eso lo describe mejor que nada un pequeño cuento que se llama El Extraño. Allí el personaje descubre con espanto que el monstruo del que todos huyen es él mismo, al mirarse en un espejo.

Rimbaud escribió una vez “yo soy otro”, Lovecraft no sólo se sentía otro, parecía sentir que era otro “algo”. Quizá (y estoy haciendo la apuesta del que opina sobre alguien muerto que no se va a defender) nunca se conoció a sí mismo. Quizá inventó a Khtulhu, a Yog Sottoth, a Nyarlathothep, simplemente para defenderse del peor de todos los monstruos.

Que bueno, porque entonces Kthulhu, Yog Sottoth y Nyarlatothep también pueden defendernos a nosotros del peor de todos los monstruos: que no es precisamente el que vive debajo de nuestra cama, sino el que vive encima de nuestra cama.

DE QUE SE TRATA

H.P. Lovecraft escribió una gran cantidad de cuentos, poesías y cartas, además de un par de obras mayores. Sin embargo, lo que lo ha hecho más famoso y leído, desde la época en que publicó (décadas de 1920 y 1930) hasta hoy, es un pequeño fragmento de su obra, conocido como los Mitos de Kthulhu.

Los Mitos de Kthulhu son 13 cuentos, aunque un par de ellos son lo suficientemente largos como para poder llamarlos novelas (entre paréntesis va la fecha de publicación y la revista o editorial):

  1. La ciudad sin nombre (noviembre 1921, The Wolverine Nº 11)
  2. El festival (enero 1925, Weird Tales 5, Nº 1)
  3. El color que cayó del cielo (septiembre 1927, Amazing Stories vol 2, Nº 6)
  4. La llamada de Kthulhu (febrero 1928, Weird Tales 11, Nº 2)
  5. El horror de Dunwich (abril 1929, Weird Tales 13, Nº 4)
  6. El que susurraba en las tinieblas (agosto 1931, Weird Tales 18, Nº 1)
  7. Sueños en la casa de la bruja (julio 1933, Weird Tales 22, Nº 1)
  8. En las montañas de la locura (febrero-abril 1936, Astounding Stories 16, Nº 6; y 17, Nº 2)
  9. En la noche de los tiempos (junio 1936, Astounding Stories 17, Nº 4)
  10. El que acecha en las tinieblas (diciembre 1936, Weird Tales 28, Nº 5)
  11. La sombra sobre Insmouth (1936, Visionary Publishing Co.)
  12. El ser en el umbral (enero 1937, Weird Tales 29, Nº 1)
  13. El caso de Charles Dexter Ward (mayo-julio 1941, Weird Tales 35, Nos 9 y 10)

Todos ellos tratan de una serie de monstruos y razas que habrían habitado la tierra en tiempos inmemoriales, pero que (según propias palabras de HP) habrían sido expulsados a los confines del cosmos, o enterrados en oscuras regiones terrestres y extraterrestres. Los Mitos cuentan como diversos personajes contemporáneos al autor van acercándose al conocimiento de esa antigua historia: tanto por sus experiencias paranormales, como por el descubrimiento de conexiones de esas experiencias con antiquísimos cultos mágicos. Aquí es donde aparecen añosos libros que se redescubren en apolillados anaqueles de bibliotecas en distantes lugares del mundo: El Necronomicón, escrito por el árabe loco Abdul Alhazred hacia 1300, es el más conocido, incluso por aquellos que no conocen directamente la obra de Lovecraft. Pero hay otros como los Manuscritos Pnakóticos o el Unaussprechlichen Kulten.

Los personajes humanos de la obra a menudo son investigadores o científicos que viven en una región de Norteamérica que es evidentemente Nueva Inglaterra (noreste de EE.UU.), aunque con otros nombres: Arkham, Miskatonic, Dunwich, Insmouth. Eso no quita que los lugares que se citen allí pasen desde el Desierto de Hielo (quizá el Gobi), R’Lyeh (al frente de Chile en la undécima región) o la Meseta de Leng; hasta comarcas tan lejanas como Aldebarán o las Hyades. Cada cuento lleva entonces al lector por un viaje hacia una Tierra anterior de esta que conocemos, amén de otras galaxias.

La idea entonces es que antes, pero mucho antes que hoy, unos seres conocidos como los Primordiales o los Antiguos, habitaron regiones ignotas de nuestro planeta y del cosmos. Y esos seres están esperando para volver al lugar que les pertenece. Kthulhu, Tsathogua, Nyarlathotep, Azatoth y otros por el estilo aguardan a que la ciencia humana, tanto la académica como la oculta, les liberen de sus prisiones: entonces habrá muerto la muerte misma.

Lovecraft (1890-1937) fue un vecino de Providence en Rhode Island, EE.UU. No publicó mucho en vida, sólo pequeñas apariciones en las revistas de Sci-Fi que hemos anotado arriba. Aunque tuvo algún reconocimiento, como que Dashiel Hamett lo antologara, tuvo que esperar su muerte para recibir divulgación: en particular a causa del trabajo que realizó su Círculo. Aún así, es probablemente el autor que más ha inspirado a una generación que hoy se solaza con los juegos de rol, el Playstation o los cómics (incluso más que Tolkien). Su literatura no es fácilmente clasificable dentro del terror o de la ciencia ficción, los Mitos de Kthulhu más bien son un subgénero, que aunque hace tiempo ha dejado de producir literatura, lleva más de veinte años nutriendo a otras manifestaciones de la cultura popular.

PISTAS (O CÓMO RELEER A… LOVECRAFT)

No es fácil inspirar temor mediante un cuento, somos demasiado racionales como para asustarnos. Desde hace unos doscientos años los lectores no se tragan así como así un relato sobre aparecidos, brujas o vampiros: esos seres no existen, sólo creen en ellos los supersticiosos.

Es por eso que los autores han tenido que multiplicar sus esfuerzos a la hora de intentar provocar espanto. Lovecraft fue uno de los principales creadores que contó con el talento como para hacerlo. ¿De qué manera?

Mediante algunas estrategias especiales:

1.- El truco del relato enmarcado:

Es mucho más verosímil un relato terrorífico acerca de seres o situaciones extraordinarias, cuando ese relato proviene de una fuente indefinida. Si quien cuenta la historia ha participado de ella, entonces se le podrían exigir pruebas que demuestren la veracidad de lo que dice. En cambio si alguien cuenta algo que sólo ha sabido por terceros, se hace imposible esa verificación y, al mismo tiempo, más creíble lo que dice. Esa es la estructura de fondo que explica las “leyendas urbanas”, por ejemplo. Nadie vivió directamente el caso de “la rubia de Kennedy”, pero el mito circuló como algo que “me había contado alguien que había sabido de otro al que le había pasado”. Lo máximo era alguien que había visto a una rubia en esa Avenida, pero que sólo la había visto; nada más.

En literatura fantástica hay notables ejemplos de cuentos y novelas que han ocupado este recurso. El más conocido es la obra de Henry James, Otra Vuelta de Tuerca, dónde en la primera página se explica cómo el narrador escuchó esa historia de un tercero. Otra es El Corazón en las Tinieblas de Joseph Conrad, dónde el relato se hace sobre la cubierta de un barco. Uno de los relatos enmarcados más antiguos es Manuscrito Hallado en una Botella de Edgar Allan Poe. Allí el marco es el título del cuento.

Lovecraft hace uso permanente de este truco, desde La Llamada de Kthulhu hasta En la Noche de los Tiempos, pasando por casi todos los trece relatos que componen sus Mitos.

Recientemente se utilizó el mismo sistema en El proyecto de la Bruja Blair, donde el marco era el descubrimiento de la cinta de video de los investigadores.

2.- El argumento de locura:

Lovecraft creó una segunda estrategia para reducir la incredulidad del lector: dejar abierta la posibilidad de que el personaje que experimenta lo fantástico esté en realidad loco. El relato entonces juega con el límite entre dos posibles interpretaciones: o bien lo que se cuenta es cierto, o bien es producto de las alucinaciones del personaje. Nunca se decide cuál es la correcta y así la lectura mantiene una tensión permanente. El ejemplo más redondo es Sueños en la Casa de la Bruja. Aunque fue también Henry James el primero que hizo esto, es Lovecraft quien desarrolló el método hasta las últimas consecuencias.

3.- La explicación (pseudo)científica:

En conexión con lo anterior, los relatos de Lovecraft siempre abundan en detalles acerca de conceptos de las ciencias astronómica, física y biológica. Hay en todos ellos una permanente referencia a la mecánica cuántica o a la teoría de la evolución. Y los personajes (y el narrador) intentan explicar los fenómenos a través de los conocimientos que poseen. El terror entra justamente porque esos conocimientos se presentan como fragmentarios, incompletos. Los seres extraordinarios de los Mitos no son entonces el muerto ni el fantasma, sino seres provenientes de otras dimensiones, de antiguas razas que evolucionaron mucho antes que los hombres, etc. Esa explicación científica o pseudo científica hace más creíbles a sus monstruos, y de paso es antecedente directo de la literatura conocida como Realismo Fantástico.

4.- La explicación mítico-histórica:

En conjunto con las dos estrategias anteriores en todos los mitos se hace referencia al folklore de diferentes culturas actuales y desaparecidas en que aparecen paralelos con los eventos que se narran. Este folklore puede ser inventado (como en el caso de los antiguos pueblos que adoraban a Kthulhu, y también de toda la bibliografía exótica que puebla los cuentos) o real (como en el caso de la mitología babilónica o sumeria). Así se hace una conexión de los sucesos no sólo con “los últimos avences de la ciencia”, sino que también con “el antiguo conocimiento de pueblos ancestrales”. En este caso el terror aparece en alianza con el tema del inconsciente colectivo jungiano. El relato lovecraftiano, despierta miedos muy primarios, alojados en las capas más profundas de la mente del lector. Despiertan la extraña sensación de que ya sabíamos algo acerca de lo que estamos leyendo.

VINCULANDO: LOVECRAFT PA LANTE…

Hasta hoy han sido 20 las películas basadas en la obra lovecraftiana, algunas de ellas de los maestros del género:

La más antigua es una adaptación del cuento El Caso de Charles Dexter Ward, por el inigualable Roger Corman, que además es la única película donde actuarían juntos Vincent Price y Lon Channey Jr. (el más recordado de los hombres-lobo).

The Resurrected (1992) de Dan O’Bannon (guionista de El vengador del Futuro -inspirada a su vez en un cuento del autor de Blade Runner, P.K. Dick- y de Alien) también se basó en El Caso de Charles Dexter Ward.

Pero quizá la más conocida es Al Borde de la Locura de John Carpenter en 1995 con Sam Neil como protagonista, que si bien no esta basada directamente en Lovecraft, rescata elementos básicos del espíritu de los Mitos.

No es raro lo de Carpenter pues ya su El Enigma de Otro Mundo estaba claramente influido por la monstruología de HP. Eso sí, hay que recordar que esta película es un remake de otra de 1951 con dirección de Christian Nyby y producción de Howard Hawks.

Influencias evidentes hay en el primer Alien, de Ridley Scott, de 1979 (ver más abajo) y La Ultima Ola de Peter Weir de 1977, sin descartar del todo la otra obra magna del período australiano de Weir: Picnic en Hanging Rock.

No podemos terminar esta relación sin mencionar el medio Chilean Gothic de Ricardo Harrington en 1999, basado en El Modelo de Pickman con actuaciones de Luis Alarcón y Cristián Campos.

En la televisión hay influencia en series como Babylon 5, Galería Nocturna (donde algunos capítulos están basados en cuentos de HP), los Archivos Secretos X, y en la serial de dibujos animados de los Cazafantasmas (todas ellas aún encontrables en la TV pagada).

Existen además varios juegos de rol (el más conocido: The Call of Kthulhu de Sandy Petersen), de cartas coleccionables, e incluso un Tarot.

En juegos de computadoras, y en uno de los top ten: Quake, aparecen algunos de los monstruos lovecraftianos a raíz de la influencia del mismo Sandy Petersen.

Sobre esta misma plataforma Quake han aparecido un par de títulos: Eschaton: The Darkening Twilight y Eschaton: Nightfall. Se trata de películas realizadas con la tecnología de Quake, por lo que se han denominado Quake Movies, y que prometen dar un espacio para la aparición de más obras lovecraftianas.

En música HP ha nutrido sobre todo al heavy metal y posteriormente al thrash (gente como Yngwie Malmsteen, Mercyful Fate, Massacre, Joe Satriani, todos con temas que aluden directamente a cuentos o personajes):

La referencia que es ya un lugar común es la de Iron Maiden en el sobresaliente disco en vivo Live after Death, dónde en la carátula puede leerse el lovecraftiano dístico:

“That is not dead which can eternal lie
And with strange aeons even death may die”

“No está muerto lo que puede permanecer eternamente / Y con los eones incluso la muerte puede morir.”

En referencia a la reaparición de Eddie (la “mascota” de la banda que había muerto en la carátula del disco anterior: Powerslave).

Marillion en su primer single B, Grendel, hace una referencia a The Lurker at the Threshold -Grendel es el personaje/monstruo de la primera obra en lengua británica (Beowulf) [Ver entrega anterior de Linkteratura sobre Tolkien].

Metallica aporta lo suyo con dos canciones clásicas: The Call of Ktulu (del disco Ride the Lightning, que cambia el nombre de Kthulhu por problemas de derechos) y The Thing that Should not Be (de Master of Puppets).

Por último (el tema es inagotable) En el disco The Dragon de Vangelis puede observarse a Kthulhu en R’lyeh.

H.R. Giger el artista creador de Alien se ha inspirado directa y reconocidamente en las criaturas de HP.

En Comics han aparecido monstruos de inspiración lovecraftiana sobre todo en las revistas de superhéroes de las dos compañías norteamericanas más famosas: DC (en Batman y La Liga de la Justicia) y Marvel (en X-Men y Conan, entre otras).

VINCULANDO: LOVECRAFT PA TRA…

¿Quiénes inspiraron o qué inspiró a su vez a HP?

La inspiración primaria de la obra de Lovecraft está en tres o cuatro grandes áreas:

En primer lugar en el antiguo relato gótico (esas obras de terror de los albores del siglo diecinueve, escritas en Inglaterra y con un entorno de castillos y gárgolas).

También y muy rotundamente la mitología mesopotámica, en especial la Sumeria y la Babilonia. Algunos monstruos como Dagón están directamente sacados de allí, y muchas veces el contexto de los viajes tiene un color, un tinte, un temple de ánimo, de ese tenor, como en Sueños en la Casa de la Bruja o los relatos de Randolph Carter.

La tradición de la época colonial norteamericana y su manifestación en antiguas leyendas, lugares y arquitecturas. Lovecraft escribe en Nueva Inglaterra, quizá la región con más historias de fantasmas de EE.UU. (de ahí son las Brujas de Salem).

Por último el tema del horror biológico, la evolución de las especies y el racismo consecuente están latentes en todos los cuentos.

¿Autores, obras?:

Poe, por derecho propio y porque escribió en y sobre los mismos espacios que HP, y en menor medida Washington Irving. Los góticos Radcliffe (Los Misterios de Udolfo), Mathew Lewis (El Monje) y Walpole (El Castillo de Otranto), porque son los inventores del horror moderno. Machen, Hodgson (a este se le debe leer su Casa en el Límite, que se debe encontrar todavía en la Biblioteca de 18) y Blackwood porque son los inventores del horror contemporáneo.

Las Mil y Una Noches son un referente muy común tanto en las temáticas como en los ambientes.

Las enciclopedias: al igual que Borges, Lovecraft era un adicto a la información.

VINCULANDO: LOVECRAFT PAL LAO…

Es necesario saber que desde la segunda década del siglo XX en norteamérica comenzó un desarrollo del género fantástico que no se detendría, y que supera ampliamente a cualquier otro país (quizá con la sola excepción de la ex U.R.S.S.). Quien comenzó dicho desarrollo fue un luxemburgués avencindado, de nombre Hugo Gernsback. El fundó la revista Amazing Stories y muy posteriormente dio nombre al más importante premio literario del género, el premio Hugo (P.K. Dick fue uno de los ganadores). Desde Gernsback se inició un poderoso movimiento de revistas y autores, cartas y grupos de interés. En este contexto Lovecraft se vino a hacer conocido por 1923 con la publicación de su cuento Dagon en una revista que competía con la de Hugo: Weird Tales.

Al igual que ocurría con Tolkien, alrededor de Lovecraft se formó entonces una escuela (quizá esa palabra es demasiado altisonante), el Círculo Lovecraft. Con un contacto más que nada epistolar y a través de la interrelación de sus pequeñas obras, ellos fueron los que generaron el resto de los Mitos de Kthulhu.

El Círculo estaba conformado, entre otros, por August Derleth (que fue el discípulo más cercano y el mayor intérprete de HP), Frank Belnap Long, Robert Bloch (que se haría famoso por su guión de Psicosis) y Clark Ashton Smith. Hoy se pueden encontrar publicaciones en libro de todos ellos si se busca bien en los viejos estantes de las librerías de viejo, siempre acompañando las numerosas ediciones, piratas y válidas, del providenciano.

Para terminar, actualmente se puede citar a Brian Lumley, autor de Titus Crow, como uno de los pocos, si no el único representante de la escuela.

SACAR A CIEN: COMPRANDO A LOVECRAFT

Aquí si que hay variedad y cantidad. En primer lugar en boutique suelito, tal como en el caso de la semana pasada. Además en las librerías de viejo se puede encontrar gran número de ediciones non-sanctas de la obra lovecraftiana.

Por ejemplo, en el local 114 de la Feria Artesanal Santa Lucía (esa que queda justo frente al cerro aquel en Alameda con Carmen) he visto un par de volúmenes de cuentos en impresión barata a 2400-2500 piticlines. Ojo, el segundo tomo es very well. Y también un baratieri de En las Montañas de la Locura ¡A menos de luca!

Para los que gustan de las rarezas en alguna de las librerías que se hallan cerca del Parque Forestal (esas por las que uno siempre, y lastimosamente, pasa encima de la micro, en Santo Domingo) está una edición pirata del Necronomicón.

No está de más decir que los Necronomicones que circulan son HOAX (del latín vulgar hocus pocus, abreviación de la frase consagratopria Hoc Corpus Est, y que significa algo así como abracadabra). Los HOAX son libros o textos sin referencia de autor ni editorial, que tratan temas oscuros, esotéricos o, de frentón paranoicos; el más famoso es Los Protoclos de los Sabios de Sión. Parece que empezaron a aparecer HOAX del libro del árabe loco (el Necronomicón) por allá por los años setenta en EE.UU. y a algún ingenioso se le ocurrió traducirlo: PURO GRUPO.

WWW:

Links a algunas páginas interesantes sobre LOVECRAFT

La página definitiva sobre H.P. Lovecraft, todo lo que se necesite saber está aquí.

http://www.hplovecraft.com/

Aquí están las 20 películas basadas en cuentos o en la obra de HP.

http://us.imdb.com/Name?Lovecraft,+H.P.

El estudio y las referencias sobre Lovecraft en el comic de superhéroes.

http://www.toddalan.com/~berglund/ns5nf3.htm

Uno de los diccionarios en línea sobre los Mitos de Kthulhu.

http://www.netherreal.de/library/lexicon/lexfram.htm

Otro diccionario en línea con una interesante Introducción.

http://members.home.net/cmythos/mythos.htm

La línea del tiempo de los Mitos.

http://www.netherreal.de/library/timeline/

Gran par de la obra de HPL, la que actualmente pertenece al dominio público

http://www.sacred-texts.com/nec/hpl/index.htm