Hoy en Seminario de Literatura Norteamericana –y como ya es una costumbre en ese curso– tuve una epifanía.
Les estaba tratando de explicar a los alumnos las condiciones externas que dieron origen a la novela modernista, y la intensa relación entre el modernismo literario y la ciudad del siglo XX. Tengo desde este semestre, una verdadera obsesión sobre este tema: me parece que es imposible entender la novela del siglo pasado sin atender a las extraordinarias transformaciones de las urbes.
Entonces recordé un gráfico que ilustraba el aumento de complejidad de las sociedades en Armas, Gérmenes y Acero de Jared Diamond (mi libro favorito de la presente década). El dibujo es el siguiente:
Lo que más me interesa de esta tabla para mi argumentación es la última fila, la que habla de alfabetización. Lo que suelen decir los manuales sobre el modernismo es que este periodo se relaciona fuertemente con un aumento del público lector. Hay una lectura que yo mismo hago de aquí: creo que los artistas del siglo XX, sobre todo los novelistas –pero no solo ellos– reaccionan contra la transformación que se da en ese siglo en los tipos de sociedades en que viven. Si les hacemos caso a Cosmides & Tooby y realmente vivimos en la actualidad con “cerebros de la edad de piedra”, entonces hay un contraste entre nuestras sociedades (Estados) y aquellas para las que estamos diseñados “naturalmente” (Bandas). Los escritores del siglo XX han reaccionado contra esta transformación. Cada uno de los contrastes entre la ultima columna (Estado) y la segunda (Banda) ha sido literarizado por algunos o muchos de los maestros del siglo XX.
Veamos, al azar:
Mi hipótesis es que la literatura contemporánea, y el arte en general, se resiente de los cambios societales, debidos en gran medida al aumento de la población en específico en las ciudades, a su aumento de complejidad, y de este modo, la literatura del siglo XX es antes que nada una llamada de alerta contra esa complejización.
No defiendo, por cierto, ni que estos fenómenos no se hubieran dado antes (están los románticos europeos, y los escapistas norteamericanos como Henry David Thoreau o Raplh Waldo Emerson), ni tampoco que la “alternativa” sea una vuelta a sociedades menos complejas (la naturaleza humana y su cerebro son, hasta cierto punto, flexibles). Pero, resulta curioso hacer el ejercicio. ¿Opiniones?
2 comments
Sebastian says:
Oct 7, 2009
Muy interesante, claro que habría que investigar demasiado o generalizar menos. Por ejemplo, los registros de culturas nómades ¿presentarán un resentimiento de tener que moverse tanto? de qué porte son los pies de sus esculturas o dibujos ¿estarán hinchados?
ignacio says:
Oct 21, 2009
Me parece coherente profesor, pero ¿no se pierde “algo” en la lectura de la complejización social y su cuerpo-ciudad como motor univoco de las novela del s XX?. mmm, igualmente pienso en los ejemplos y algunos poetas (whitman, corso, williams, ginsberg) y no deja de hacerme sentido, pero también me parece que algo se pierde ( o podría perderse).
Buen blog!