En la sesión anterior se han definido tres tipos de memoria diferentes que tienen distintas capacidades de almacenamiento, duración y contenidos: las memorias MS, MCP, MLP. Hoy nos concentraremos en la última de estas tres, la Memoria de Largo Plazo.
MLP: ¿QUÉ ES?
Una de las preguntas clave cuya respuesta permite entender la memoria es la que pregunta sobre qué es la Memoria de Largo Plazo. Corrientemente se le imagina como un almacén donde se guardan diferentes objetos que pueden ser recuperados en circunstancias específicas. Esta visión, sin embargo, es limitada.
Pensemos en un ejemplo: Supongamos que la Memoria de Largo Plazo fuera un almacén donde se contienen diferentes cosas, en particular palabras. Si uno dice una palabra y otra persona la escucha y la entiende, entonces podemos decir que esa segunda persona tiene archivada esa palabra en su almacén MLP.
Ejemplo: “perro”
Todos entendemos lo que significa “perro”, lo sabemos porque tenemos archivada esa palabra en el almacén de LP.
Pero, si uno dice “antiperro”, es probable que a pesar de nunca haber visto u oído esta palabra podamos saber qué significa (o al menos elaborar una hipótesis plausible).
Lo más probable, llegados a este punto, es que pensemos que en realidad en la MLP que tiene que ver con las palabras hay al menos dos sub-almacenes. Uno que almacena palabras y otro que almacena prefijos. En el almacén de palabras podría estar “perro” y en el de prefijos cosas como “anti-”.
MLP: ¿CÓMO SE LLENA?
La segunda pregunta clave es la que consulta acerca de cómo se llena la MLP. Pensemos de nuevo en “antiperro”. Una posibilidad es que al ver por primera vez esta palabra de inmediato pase a formar parte del almacén… Esto es evidentemente no cierto. En dos o tres semanas más nos olvidaremos de que alguna vez vimos esta palabra.
Una segunda posibilidad es que la MLP se llene por repetición. Tras enfrentarnos una y otra vez a algún estímulo (como una palabra) terminamos por aprenderla. Esta segunda posibilidad tampoco es cierta, pensemos en las propagandas de la televisión. Hemos visto algunas de ellas centenares de veces y aún así seríamos incapaces de recordar todo lo que dicen palabra por palabra.
Una serie de estudios realizados en los setentas mostraron esto último (Craik & Watkins 1973; Bjork & Whitten 1974). Ellos descubrieron que aunque se repita una y otra vez la exposición a cierto estímulo esto no significa que ese estímulo se vaya a almacenar.
La tercera posibilidad es por aprendizaje, esto lo veremos en detalle cuando abordemos el tema en un par de semanas más.
MLP: ¿CÓMO SE RELACIONA CON LA MCP? (O EL DESCUBRIMIENTO DE LA MT)
Es extraño que algunas cosas se almacenen en la MCP, pero no pasen a la MLP. Este fenómeno hizo dudar hacia fines de los sesenta a los estudiosos acerca de la relación real entre estas dos memorias. A mediados de los 70s (Baddeley, 1976) se consolidó la idea de que era mejor no hablar de una memoria de corto plazo, sino que de una memoria de trabajo (MT, working memory). Algunas personas podían tener (a la inversa) serios problemas con la MCP, pero no así con la MLP (Shallice, 1988 –un ejemplo de esto es la película Memento). La Memoria de Trabajo:
“guarda las salidas de cómputos intermedios cuando se resuelven problemas y permite realizar otros cómputos sobre esas salidas” (Smith, 1999).
Así, por ejemplo, la MT es la que permitiría calcular mentalmente una multiplicación o procesar el lenguaje (y como es un almacén limitado explicaría porqué no podemos calcular multiplicaciones de muchos dígitos o recordar todo lo que se ha dicho o hemos dicho en una conversación).
En este punto es posible ver cómo la estructura de la memoria se va asemejando cada vez más a un computador. La MT sería la RAM y la MLP sería la ROM.
MLP: ¿QUÉ TIPO DE INFORMACIÓN ALMACENA?
Como vimos la semana pasada hay dos grandes categorías de información que se almacenan en la MLP: declarativa y no-declarativa.
La Memoria de Largo Plazo Declarativa (MLPD) es el almacén donde se archivan todos los conocimientos que podemos describir con palabras y que otra persona, si se aprende esas palabras “aprende” el conocimiento: por ejemplo, “Chomsky inventó la lingüística moderna”.
La Memoria de Largo Plazo No Declarativa, llamada también Procedimental (MLPP) es el almacén donde se archivan los conocimientos que no pueden transmitirse simplemente describiéndolos, y que además es muy difícil de describir, en general cosas que tienen que ver con el movimiento del cuerpo, como cocinar, caminar, andar en bicicleta, tocar guitarra o lavarse los dientes.
Un buen ejemplo es el texto de Cortázar “Instrucciones para subir una escalera”, que se entrega como Anexo.
También una serie de estudios en los setentas demostraron que no bastaba con la definición gruesa de la memoria declarativa, pues existían cierto tipo de registros que no correspondían exactamente al conocimiento declarativo, aunque podían ser “declarados”. Por ejemplo, uno puede contar lo que ocurrió ayer en su casa, pero este relato no es equivalente a contar lo que ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. El conocimiento declarativo debería subdividirse en un conocimiento declarativo enciclopédico/semántico (MLPDS) y un conocimiento declarativo episódico (MLPDE).
MLP: HACIA UNA DEFINICIÓN
En la actualidad se ha investigado muchísimo acerca de la memoria de largo plazo declarativa mientras que la procedimental no ha recibido la misma atención. Esto es fácil de comprender. Es más sencillo hacer experimentos basados en respuestas que basados en ejercicios, y además son más fáciles de cuantificar. (Nótese que esta asimetría entre el conocimiento lingüístico y el conocimiento de otros órdenes es una de las razones por las cuales se tiende a pensar “popularmente” que el pensamiento es igual al lenguaje).
Por lo tanto vamos a caracterizar la MLP basándonos más en la declarativa que en la procedimiental. Algunas características son:
La MLP
- Es extensa y compleja y tiene una capacidad inmensurable para archivar información
- Es capaz de almacenar eventos fugaces
- Puede recibir entradas multimodales
- Representa aspectos del “mundo”
- Es cognitiva (MLPD) o comportamental (MLPP)
- Permite hacer procesamientos con rutinas muy específicas
- Es flexible en sus rutas de salida
- Tiene contenidos que pueden ser comunicados a otros simbólicamente (sólo MLPD)
- Permite acceder a sus contenidos por introspección
- Parece sostenerse neurológicamente en el lóbulo temoporal (MLPD)
Ahora algunas diferencias entre la MLPDS y la MLPDE (Tulving, 1999):
En consecuencia, el conocimiento actual sobre la memoria permite hacer el siguiente esquema (click para agrandar):
ANEXO:
INSTRUCCIONES PARA SUBIR UNA ESCALERA (Cortázar, 1962)
“Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso”.