A propósito de este comentario en feisbuk del indescriptible Daniel Villalobos, del podcast Analízame
Decidimos rescatar este fabuloso artículo de nuestro amigo Juan Pablo Vilches de CivilCinema.cl, el que estaba destinado a una revista que nunca se publicó (si, la misma en la que debería haber aparecido el megapost de Felipe Pumarino sobre el Metro de Santiago)
EL ASEDIO DIGITAL Y CULTURAL A LOS CINES:
Se cierra el círculo
Los grandes aspirantes a Blockbuster llegan con 90 copias a los cines como si vinieran a invadir algo, como si la publicidad omnipresente fuera capaz de crear en el público una ansiedad que sólo se puede saciar en una sala multiplex. A estas alturas, los estudios y los distribuidores saben que muchos de los ansiosos serán satisfechos en sus casas con una copia pirata del esperado estreno, mientras que los huérfanos de la cartelera harán lo mismo. Pero con otras películas, naturalmente.
Un rojo en la libreta de notas: En nuestros desvelos como país para llegar a ser parte del occidente blanco, ex-cristiano y rico, nos solazamos cuando aparecen las listas mundiales de competitividad, gestión macroeconómica y, a veces sorprendentemente, de desarrollo humano. Sin embargo, aparte de los exámenes internacionales sobre la calidad de la educación, Chile como país mira para otro lado cuando se menciona el respeto por la propiedad intelectual, y se viene a la mente la bandera negra de la calavera (que, a propósito, se llama Jolly Roger). Tanto en software, música y, el tema que nos ocupa, el cine, la digitalización de las creaciones intelectuales ha creado la instancia óptima para su reproducción no autorizada y es cosa de meterse al galpón de la esquina entre Placer y Víctor Manuel para comprobar la vitalidad del mercado que genera. Muchos aspirantes a blockbuster se estrenan en Chile el mismo día que en el resto del mundo, debido al temor que generan los piratas nacionales y una cartera de clientes que crece más allá de nuestras fronteras. ¿Vergüenza nacional (otra más)? Tal vez, pero el tema es más complicado de lo que parece.
La ebriedad de la abundancia (no asumida): Gracias a e-mule, los torrents y la digitalización de los productos digitales que los hacen posibles, la cultura fluye sin respetar los derechos de propiedad ni las fronteras. Se puede bajar una película de Parajanov o Shrek III con la democracia de los ceros y los unos, con la sensación de carnaval donde todos son iguales a la vez que todos están aquí. Todo está disponible en la red, y si no lo está ya lo estará. El acceso a las películas es tan grande que no tendremos tiempo de ver todas las películas que queremos ver y podremos tener, ni habrá lugar para guardarlas todas en ese afán de atesorar, derechamente anacrónico a decir verdad. Hemos llegado a un momento de la historia de la cultura en que el goce de ésta está limitado por el tiempo y el espacio, cosa que ha ocurrido antes pero sólo a unos cuantos privilegiados como Charles Foster Kane. Ahora todos somos un poco el ciudadano Kane, aunque la cantidad de personas que bajan y bajan películas creyendo que están ahorrándose algo todavía no lo saben. Todavía no se dan cuenta que ya son ricos en bienes y que lo que escasea es el tiempo. Como siempre, los verdaderamente ricos serán los que sepan elegir.
Enderezar el tronco del mercado: En el edificio Eurocentro las tiendas que venden copias piratas en DVD, VCD y otros tantos formatos de películas orientales existían mucho antes de que los distribuidores se atrevieran a traerlas a los cines. Películas de Hong Kong, Taiwán, Corea del Sur, China, Tailandia cautivaban a un mercado fiel y para nada insignificante de seguidores de ese cine tan esquemático y propenso al pastiche, pero que a la vez ha sido una verdadera fuente de renovación y sorpresa. Si el mercado es demasiado miope o demasiado flojo o tonto, la piratería está ahí para corregirlo e incluso para enseñarle y para que reaccione. Claro, los productores orientales no tienen el poder de la MPAA (Motion Picture Asociation of America) como para perseguir a unos cuantos piratas chilenos; además varios de ellos tienen un tejado de finísimo cristal sobre sus cabezas.
Cultura en tu onda: En muchos aspectos obvios y en otros no tanto, el cine es heredero del teatro. El más obvio es el espacio físico en que se desarrollan. Otro no menos importante es que el público va y acepta el espectáculo que le ofrecen, el que es el mismo para todos los asistentes. Ahora que los celulares son dispositivos de entretenimiento, la lógica teatral y masiva se desplaza a una personalización inevitable que será potenciada por la interactividad, la forma de participar en el propio entretenimiento. ¿Para qué ir a un cine, ahora que las costumbres y la urbanidad están en franca decadencia, y someterse al azar de la película que sólo reditúa si se ve completa? ¿Para qué, si se puede ver gratis una película que uno escogió de un abanico más amplio y cortarla a la mitad si lo merece? Se dirá que se paga por la “experiencia” de ver el espectáculo en pantalla grande y con un sonido de nombre parafernálico. Pero, ¿las pantallas no son cada vez más amplias y de más resolución? ¿No están también mejorando los equipos de audio? Los cines se quedan con 75% del valor de cada entrada y pueden sacar cuando quieran una película que no funciona, entonces, ¿para las productoras y distribuidoras no sería más conveniente vender directamente los DVD para que cada individuo lo vea en el cine que armó en su living? Cine en tu casa y en tu onda.
Solo contra todos: En la gran industria del entretenimiento, las películas infantiles son sólo un enorme comercial para que los niños compren plástico. Esto no quiere decir que el plástico importa más que la idea (aunque recaude cerca de tres veces más dinero que en entradas al cine), lo quiere decir es que es mejor es que la idea se difunda lo más posible, incluso en la cuneta. ¿Se entiende? Con un público no dispuesto a pagar por lo que no elige y no lo “representa”, y muy dispuesto a buscar en la red lo que la cartelera no le da, con unos estudios que prefieren saltarse las salas para llegar a los livings que las imitan, con unas corporaciones que prefieren promocionar su plástico de todas las formas posibles, ¿cuánto tiempo le queda a los cines? Es cosa de sentarse y esperar. Ustedes verán si lo hacen en una sala o en su living.
4 comments
Emiliano Navarrete says:
Ene 21, 2011
Muy buen ensayo sociológico, toma conceptos propios de la posmodernidad o modernidad líquida. Una tristeza que no haya sido publicado.
En cuanto a la experiencia pirata, Chile es un país sudamericano pionero en vulneración a los derechos de autor por el costoso acceso a los productos originales.
EL principal país pirateador (CHina) ha ocasionado muchos dolores de cabeza en la industria, Microsoft, para bajar los indices de pirateo de sus software bajó su precio a un 75%, bajando los indices de violaciones de derechos de autor y consolodándose en ese país.
Una interesante diatriba, más de una vez he escrito sobre el tema en mis ensayos sociológicos de la U.
Me encantó el artículo.
Pato says:
Ene 21, 2011
Además de las razones que se dan que favorecen el “pirateo” de productos audiovisuales e informáticos, es bueno pararse a examinar la lógica subyacente que entiende a los bienes simbólicos de manera similar a los bienes materiales. Es evidente que no es lo mismo robar un artículo como una mesa, un notebook o un celular, en tanto es material y su sustracción implica el cese de gozo, ususfructo a la víctima del robo, que “piratear” un libro fotocopiándolo o un cd de música (o dvd) copiándolo. A diferencia de la mesa o silla al copiarlo o fotocopiarlo el original sigue existiendo y sigue siendo posible de gozar por el dueño. Uno puede seguir el discurso dominante y decir: “se roba la posibilidad de vender, usufructar por parte del creador”, pero, aunque sea así (y probablemente, en la mayor parte de los casos, no es lo mismo el dueño de los derechos patrimoniales que el creador de la obra) existe una diferencia notable entre robar (quitar) y dejar de percibir ingresos posibles (que es lo que quieren decir los que hablan de robo cuando se “piratea”).
Entonces, ¿por qué se busca sancionar de la misma manera ambos actos, siendo que uno multiplica sin robar nada y el otro quita a uno para darle a otro (independiente que la víctima inicialmente tb. haya robado…)? Todo parece ser discurso vacío impulsado por la gran industria (que no es lo mismo que los autores) que se beneficia de este negocio (que hoy por hoy, con internet, está en crisis). Esa industria a nivel global hace lobby para aumentar los beneficios de los propietarios de los derechos patrimoniales de los productos (que, repito, la mayor parte de las veces no son de los autores de esos productos). La Organización Mundial de Comercio (OMC) globaliza leyes, por ejemplo los TLC, en donde se da un beneficio desmedido a esta industria versus los consumidores y comunidades, en donde muchas veces se impide el ejercicio de otros derechos (que no son de autor, pero igualmente respetables) como el derecho a copia privada, el uso educacional de los productos, el derecho a cita y se amplía de manera excesivo la vigencia de los derechos patrimoniales (de iniciales 30 a 50 y ahora, en muchos países, a 70 años, principalmente amplición auspiciada fuertemente por Disney).
Asimismo, es claro que esta distorsión favorece económicamente a los países que detentan los monopolios de distribución y producción de bienes culturales (fundamentalmente, EE.UU.). Los demás países (consumidores de estos bienes) tendrían que pagar una gran suma de dineros (las patentes de software son multi-millonarias, por ejemplo) de hacerse efectivas el cumplimiento de estas leyes (y existe mucha presión para ello). Si pasara sucedería otra sangría del sur pobre y subdesarrollado hacia el norte rico y desarrollado. Por otra parte y para finalizar, se sabe que los países hoy detentadores de monopolios, los principales propulsores y defensores de los derechos de autor, fueron en su época extraordinariamente buenos para copiar/imitar sin pagar patentes y “piratear” sin mayor culpa (Japón lo hacía en los 50; de hecho, China lo hace ahora). Es claro: ellos saben que para crecer es necesario copiar y que una buena forma de evitar ese crecimiento (y evitar competencia) es impedir esa copia y para ello hacen lobby y crean discursos anti-copia.
Ellos tienen buenas razones para decirlo; nosotros no tenemos ninguna, así que no seamos weones…
Daniel Villalobos says:
Ene 21, 2011
Hay muchas cosas interesantes para comentar sobre esta columna. Trataré de ser breve.
-La piratería no enseña ni hace reaccionar al mercado porque no está fuera del mercado. La piratería es parte integral del sistema desde que Chiang Khai Shek visitó Taiwán.
-La piratería no diversifica el gusto ni democratiza nada. La gran mayoría de los filmes descargados o disponibles en la cuneta son blockbusters. El cinéfilo de antes hoy tiene acceso a películas que antes no habría visto de ninguna manera. Pero no hay señales de que esa especie de espectador haya aumentado en proporción a la rata de multicine.
-El cine no es heredero del teatro. El cine se empezó a proyectar en salas de 500 asientos para poder pagar el costo de las proyecciones y carretes de celuloide, pero su aspecto comunitario es accidental y no esencial al medio.
-Al menos hasta ahora, los proyectores y sistemas de audio caseros no reproducen la experiencia del ecrán y el Dolby industrial. Si un director y su equipo diseñan un filme para verse en pantalla grande (ej., Apocalipsis Ahora), verlo en DVD es un sucedáneo inferior, por cómodo que sea. No diré que es como ver teatro en tele -que es un caso extremo- pero digamos que una película diseñada para pantalla grande vista en LCD o plasma es como ver en cine un recital: hay un factor de la experiencia que está ausente.
-Un elemento muy específico: los Blu-Ray, los plasmas y las remasterizaciones digitales están uniformando peligrosamente las películas. Todos los traspasos de cine a digital (salvo que el director alegue) pichicatean los niveles de luz y nitidez del original. Dicho en términos más brutos, es como que alguien imprimiera libros de pintura y dijera “Todos estos DaVinci y estos Van Gogh se ven como borrosos y oscuros. Tirémosles más contraste y subamos la luz con Photoshop”.
-Yo también veo copias piratas cuando no puedo conseguirme los originales. Pero eso me parece una mala suerte y no una bendición.
Daniel Rodríguez M. says:
Ene 26, 2011
Hay muchas cosas muy ciertas dentro del post y con respecto a lo mencionado tengo algunos comentarios.
La industria del cine, ir al cine y ver cine parecieran ser 3 cosas relacionadas solamente en la transmisión de un filme.
La industria del cine, gringa, que es lo que se ve acá en Chile, crea peliculas estereotipadas cada año que los cinefilos con suerte ven, ellos venden conceptos valoricos, modas (ej. rápido y furioso), productos (animaciones 3d), taquilla y premios, pantalla en la tv, y etc.. no soy experto en esto pero eso es lo que observo a grandes rasgos
Ir al cine de alguna forma es filtrar a la industria del cine y decidir cual de sus filmes vale la pena ver en pantalla ultra grande con dolby (ej. avatar en 3D, que la vi y si bien es otra pelicula de trama repetida, valio algo la pena por los efectos), las peliculas que llegan a las salas de cine son llenas de efectos especiales, o tienen muchas estrellas conocidas, tienen fama de blockbuster o son grandes y famosas secuelas, y sobre todo , son cine para la persona común y corriente que ve 2 peliculas al mes y encuentra bkn que todos se salven de la bomba cuando falta un segundo para que explote.
Ver cine vendria siendo la experiencia en perspectiva general, cada uno ve lo que quiere ver, y ve si vale la pena ir al cine y pagar 4000 pesos, arrendar o comprar el dvd, comprar el dvd pirata, el vcd pirata o simplemente bajarla. Si quiero ir al cine primero estoy obligado a ver lo mas actual ( y no necesariamente bueno o deseado), si arriendo o compro tengo algunas otras opciones, aunque jamás esperaria encontrarme con la filmografia de no se… takeshi kitano, si compro pirata en la calle, me encuentro con lo mismo que ha pasado por el cine, si bajo una pelicula veo realmente lo que quiero. Yo personalmente descargo.. o si no .. ¿como vería las peliculas de monty python que estoy viendo ahora?No podria de ninguna forma. OH torrent no mueras!
Saludos