Una cosa antes de partir, y para que nos vayamos entendiendo: NO CREO EN LA ASTROLOGÍA. No creo que los planetas rijan los destinos humanos, ni que haya una fuerza conocida como la gravedad, o alguna otra, todavía desconocida, que relacione o correlacione los rasgos de personalidad con las posiciones de los astros al nacer. Tampoco creo que los astros estén relacionados con los hechos de la vida.
De todas maneras, voy a defender la astrología.
Las declaraciones del astrónomo Parke Kunkle de hace algunos días, en que sostiene básicamente que:
a) los signos (constelaciones) en los que se supone se encuentra el sol (Signo Solar) en cada momento, no se corresponden con los que habitualmente manejan los astrólogos, y
b) existe una decimotercera constelación que se puede considerar zodiacal (Ofiuco),
han creado una especie de terremoto astrológico, donde los astrónomos, una vez más, como han hecho a lo largo de mucho tiempo, pretenden poner algo de ciencia en un ámbito donde, por regla general, parece abundar la desinformación. Bien por ello.
Algunos astrónomos como Eduardo Unda-Sanzana, miembro de la Asociación Escéptica de Chile y bloguero de La Tercera, han utilizado el debate para defender la evidencia científica astronómica por sobre la in-evidencia de los astrólogos, sosteniendo que:
“No existe evidencia de que la astrología funcione, y quien le diga lo contrario posiblemente está tratando de venderle algo”.
Por su parte, los astrólogos (como Jaime Hales, citado por el mismo articulista) defienden la astrología, señalando que argumentos como los de Kunkle:
“[son] una payasada (…) porque la astrología no está basada en hechos de la realidad, es una disciplina espiritual”.
Mi favorita, en todo caso, entre todas las citas es la de Rebekah Higgitt en el blog The Lay Scientist del Guardian:
“La Asociación Astrológica no se queja de declaraciones como ésta. Más bien, consideran que es injusto que se representen como no teniendo conocimiento alguno de la astronomía y la mecánica celeste. Ellos están molestos que la astrología sea considerada como consistente exclusivamente en los que leen y escriben horóscopos en los periódicos. Los astrólogos serios suelen tener una excelente comprensión de, y respeto por, la astronomía. Ellos son, de hecho, un público nada despreciable para los programas de astronomía, conferencias y libros. Por eso, las historias sobre “cambiar los signos del zodíaco” y el “signo 13” no le hacen ningún favor a nadie. Mientras la revelación de Parke Kunkle podría confundir a las personas con poco conocimiento de la astrología o la astronomía, no es ninguna sorpresa para el resto. El efecto de la precesión se ha entendido desde hace siglos, y los astrólogos practicantes son más que capaces de hacer frente a este ataque recurrente”.
Un poco de historia personal
En los ochentas pololeé con una astróloga profesional. Me interesó mucho el tema y me leí varios (si no muchos) libros, entre ellos uno que en esa época era considerado la biblia de la disciplina, el Alpherat. Ahí aprendí lo que eran los signos, las casas, las progresiones, los quincuncios, las partes árabes, los regentes, las conjunciones, la misión, las tablas Plácidus, etc. Tuve mi mes de la Astrología (la Angelito tiene la idea de que a mí las obsesiones me vienen por meses) y hasta hice unos descubrimientos bien curiosos, como el siguiente:
Si consideramos que los signos tienen elementos (fuego, agua, tierra y aire) y que los signos tienen cardinalidades (directo, fijo y mudable), y si consideramos como complementario del Fuego el Agua y de la Tierra el Aire, de lo Directo lo Fijo y de lo Mudable lo Mudable, se nos arma un orden de los signos muy llamativo. El complemento perfecto de Leo (Fuego-Fijo) es Cáncer (Agua-Directo), el de Virgo (Tierra-Mudable) es Géminis (Aire-Mudable), el de Libra (Aire-Directo) es Tauro (Tierra-Fijo), el de Escorpión (Agua-Fijo) es Aries (Fuego-Directo), el de Sagitario (Fuego-Mudable) es Piscis (Agua-Mudable), finalmente el de Capricornio (Tierra-Directo) es Acuario (Aire-Fijo). Como se puede ver, las parejas parten con dos signos adyacentes (Leo-Cancer) y van seleccionando signos que se van alejando un puesto hacia cada lado rodeando el zodiaco, hasta terminar en dos signos adyacentes (Capricornio-Acuario) . La segunda curiosidad es que todas las parejas excepto una son parejas de signos con el mismo planeta regente (el regente es el planeta que “gobierna” al signo y que cuando se halla en él adquiere toda su plenitud): Virgo y Géminis con Mercurio, Libra y Tauro con Venus, Escorpión y Aries con Marte, Sagitario con Piscis con Júpiter, Capricornio con Acuario con Saturno [estos son los regentes originales, antes del descubrimiento de los planetas más externos del sistema solar]. La excepción son Leo (regido por el Sol) y Cáncer (regido por la Luna), que, según mi hallazgo eran los dos signos más perfectamente complementarios del zodiaco (y que curiosamente son los signos de los autores de este blog, LOLAZO).
Bueno, la cosa es que el estudio de la astrología, me parecía en esos días de lo más fascinante, había todo un sistema de significados en las cartas natales, en las progresiones en los valores de los signos, en los aspectos, etc. Este sistema era entendido por la astrología profesional con pelos y señales, mientras que la astrología de los diarios mentía descaradamente. Andrea Palet dijo algo al respecto en El Post:
“Cuando era estudiante, en la era pre-Internet, trabajé en una agencia que proveía de fotos y textos misceláneos a revistas y prensa diaria. (Era una pequeña empresa familiar barcelonesa con oficinas en la Casa Milà, la famosa Pedrera de Gaudí, así que aunque yo era el último pelo de la cola tenía mi momento Kodak cada vez que salía, porque siempre estaba lleno de turistas japoneses.) Todo el material era sindicado del The Sun y otras fuentes así de respetables. Entre las carpetas con fotos de actores paparaceados y series inglesas como Coronation Street, había una con horóscopos sin firmar y comprados al kilo, por así decirlo. De ese montón de hojas sueltas sacábamos una cualquiera cuando lo pedían de algún diario, sin fijarnos en la fecha. Repito: cualquiera, sin fijarnos en la fecha”.
Cuando yo trabajaba para Ciudad Virtual, le pidieron a Ernesto Garrat que redactara los horóscopos, él inventaba todo lo que salía cada semana. Le dije: “pero, puedes ocupar los movimientos de la Luna y de Mercurio, o hacer algo un poco más serio”, pero no me pescó ni en bajada.
El asunto es que en todos estos años he sentido siempre el más profundo respeto por la astrología profesional, y un gran desdén por la astrología de periódico: en la profesional existe un esfuerzo por comprender el sistema que en la de periódico se pierde u olvida. Y esa es mi defensa: la astrología es un sistema, un sistema de significados, que puede hacernos o no sentido, pero que tiene ciertas reglas, procedimientos y mecanismos de interpretación que NO son azarosos, sino que el resultado de muchos siglos de miles de personas que le han dado vuelta. Reitero: no creo en el poder predictivo de la astrología, pero sí admiro profundamente su belleza. Comprender cómo funcionan los significados del zodiaco es similar a jugar ajedrez, al bridge, al póker o entender las jugadas del fútbol americano. Para un alma super-sistematizadora como la mía, es un ámbito del conocimiento, la cultura y la experiencia humana, tan atractivo como la literatura, la música, o la tanatología. Remis me sopla que esta defensa de la astrología por su valor “estético” se viene abajo si se considera que “la industria le da un valor normativo/predictivo”. Es cierto, hasta cierto punto. Pero, veámoslo de la siguiente manera. Si yo llego donde un amigo y le cuento un problema personal, y él me contesta “léete tal libro”, ¿hay alguna correlación entre el libro y yo? No po. Solo el sentido que yo le dé a la lectura. Con la astrología, el tarot, o la quiromancia, pasa lo mismo: lo que importa es la interpretación, NO las relaciones causales. Cada uno de nosotros tiene una carta astral (que compartimos con muchas personas que nacieron más o menos a nuestra misma hora y en un lugar similar -si cambian algo la latitud y la longitud cambian las casas, siguiendo a Plácidus), y cada una de esas cartas tiene una interpretación. Podríamos elegir otras, pero eso no es lo importante, lo importante es que así como tenemos un número de carnet, una fecha de nacimiento, tenemos una carta natal. En ella hay algo que podemos interpretar, y que, según la astrología profesional, tiene una interpretación que depende de los datos y no solo del azar o de la tincada del astrólogo: y eso también es bello.
En Cosmos, o en algún otro de sus libros, Carl Sagan se quejaba de que siempre que iba a una fiesta y contaba que era astrónomo la gente le preguntaba por la astrología, y que nunca nadie le había preguntado si era verdad que cuando estallaba una SuperNova se formaba Oro. Yo me pregunto lo siguiente: ¿porqué hay más personas que creen en la astrología que personas que se interesan en la astronomía? La respuesta obvia es sumamente simplista: es que la gente es tonta, es que la gente es ignorante. Debe de ser muy latero para los astrónomos profesionales que la gente de a pie crea más en el horóscopo del diario de lo que se interesa por los hallazgos de la astrofísica o la astrobiología. Y acá va la idea que más me da vueltas hace mucho tiempo. Esa idea de “pobres de nosotros los XXX que la gente no nos comprende” es lo que cariñosamente denomino la “falacia gramsciana” (no nos creen porque no están preparados, porque les han metido ideas erróneas en la cabeza). Un argumento similar al del cineasta, el pintor y los escritores incomprendidos… pero una falacia, al fin y al cabo.
Déjenme retrucar, el verdadero problema no es que la gente crea en los horóscopos, el verdadero problema es que los sabios, los justos, los instruidos no entienden cómo cautivar a las personas con su sabiduría, justicia o instrucción. Y si ellos (o nosotros) somos los que “tenemos la papa”, hay algo demasiado extraño en que se nos pierda de vista el cómo hacer que esta papa se viralice. Aunque, claro, siempre queda la otra explicación: que no queramos que se viralice, que esto quede solo como el conocimiento de los iniciados, y el resto, los que no piensan como nosotros o no aceptan nuestra posición, que se pudra.
Remis me mandó esto, y creo que es un cierre adecuado para este posteo:
“Nunca me ha gustado jugar a ser abogado del diablo, pero me gustaría que transcribieras mi cita favorita, de cabecera. Es un statement…
‘La verdad, cuando se hiciera adecuada a la realidad, sería suplementada de tal manera que se transformaría en algo distinto, algo distinto de la verdad y para nosotros inalcanzable. De esta manera, hemos dejado el espacio debido al ejercicio de la duda y el asombro. Admitimos el sano escepticismo para el cual todo conocimiento, en un sentido, es vanidad; y que se siente en su corazón que la ciencia resulta miserable cuando se la mide con las riquezas del universo real. Justificamos el asombro natural que se deleita vagando más allá de los límites del mundo ordinario, y que sigue las rutas que nos llevan a regiones a medias conocidas, a medias incognoscibles. Nuestra conclusión, en una palabra ha explicado y ha confirmado la impresión irresistible que todo se encuentra más allá de nosotros’ –F. H. Bradley, Apariencia y Realidad
En una de las citas mas malinterpretadas y citadas fuera de contexto, otro filósofo nos conmina -con una actitud diametralmente opuesta a la de Bradley- al final de su Tractatus a “pasar en silencio frente a aquello sobre lo que no podemos hablar”: frente a lo inefable. El “primer” Wittgenstein pretendía haber resuelto los (pseudo)problemas de la Filosofía al delimitar lo que puede expresarse con sentido… pero sabemos que con el pasar de los años se retractó. Si -el que para muchos es- el filósofo más grande del siglo XX fué capaz de dar un pié atrás y reinventarse, creo que al resto de nosotros nos queda sólo maravillarnos ante la irrefrenable capacidad del ser humano de buscar, encontrar, desarrollar o crear sentido… Incluso donde no lo hay.”
18 comments
Simón says:
Feb 1, 2011
¬¬
Facundo says:
Feb 1, 2011
Ricardo, entiendo tu defensa, pero el problema no es que la gente se pierda la belleza del complejo sistema de engranajes de la astrología genuina, ni que los astrónomos despotriquen contra el aire. Todo lo que decís tiene sentido, como cuando se defiende a la religión porque a cierta gente le sirve y no le hace mal a nadie. Pero es un sentido macroscópico, ya que el problema, microscópico, reside en que el común de la gente SI espera una relación causal entre su carta astral o su signo y su vida. Podría con esto justificarte y decir que si la gente aprendiera de la verdadera astrología, problema solucionado, pero no, yo creo que la mayoría de la gente no haría mas que tomárselo mas en serio todavia. Dirían: pucha, ahora esto sí que es mas creible. Preferiría que gasten ese tiempo o esa energía aprendiendo ciencia. Ahora bien, coincido parcialmente en que muchas veces los que tienen el conocimiento no son capaces de transmitirlo de manera que la gente se interese, por eso, y aunque sea cliché, se destacan tipos como Sagan o Dawkins. El tema de los relojes biológicos y la medición de la antiguedad de las cosas que explica Dawkins en su último libro, está tan perfectamente transimitido, fácil pero sin ser tonto o simplista, que juro que es orgásmico. No todos tienen ese toque, y por eso a veces UNO tiene que hacer el esfuerzo, de hecho para los que leemos divulgación desde el analfabetismo universitario, la mayoría de las veces tenemos que hacer ese esfuerzo. El tema es que no estamos preparados para eso, y por eso cuesta. Creativamente se han podido divulgar algunas cosas, pero sin interés y perseverancia propia no se puede esperar demasiado…
Saludos!
Ricardo Martinez says:
Feb 1, 2011
Hola Facundo:
Gracias por tus comentarios. Para mí, tienes toda la razón en las dos cosas que planteas. La idea del post es abrir el debate, para nada tratar de zanjar el tema.
Un abrazo,
Ricardo
gastón carrasco a says:
Feb 1, 2011
“el verdadero problema no es que la gente crea en los horóscopos, el verdadero problema es que los sabios, los justos, los instruidos no entienden cómo cautivar a las personas con su sabiduría, justicia o instrucción”. Me cuelgo de esta cita para hacer aparecer al gran Masami Kurumada, creador de Los Caballeros del Zodiaco (Saint Seiya para los más quisquillosos). Seguramente, muchos de nosotros (gente del limbo 1990
– 2000 ) aprendimos el orden y significado de los signos (casas doradas), mitología griega, celta (saga de asghard) y no sé cuanta cosa más que, proyectada a estos años, nos ayuda a llevar el día a día como todo un caballero protector de Athenas.
rodrigo says:
Feb 1, 2011
¿A qué se refieren exactamente con astrólogos profesionales, quien les dá ese título?
Hasta donde sé no hay ninguna institución que entregue el título de astrólogo profesional, ¿o me equivoco?
Ricardo Martinez says:
Feb 1, 2011
Hola Rodrigo:
Tienes razón con la pregunta, no conozco de estudios conducentes al “título” de astrólogo profesional. Lo que quería hacer usando esas palabras era una distinción entre la astrología de periódico y la astrología que tiene estudios (aunque sean autodidáctas). Para mí, un astrólogo profesional es aquel que puede levantar una carta natal, hacer progresiones y tránsitos y sobre todo, interpretar las cartas natales con el auxilio de la tradición astrológica.
Saludos y de nuevo, gracias por la pregunta,
Ricardo Martínez
Samir says:
Feb 1, 2011
Recordé una canción: La música no tiene mensaje para dar, y sin embargo te lo da. (De Babasónicos). Al final, la relevancia y sentido que uno le de a algo es lo que marca su efecto. No creo en la astrología, pero no niego el poder de un consejo, una palmadita en la espalda, o un ten cuidado. Se hace realidad en la medida que uno crea que se hará realidad, algo como la “ley de atracción” (olvídense de el secreto y la propaganda de obtén dinero facil ahora ya, tiene algo más sutil el tema. A a todo esto, sería interesante un post de ustedes sobre ese tema).
Eso, saludos y nunca está de más: es excelente esta página.
christian says:
Feb 1, 2011
ciencia sin escepticismo no es ciencia. ciencia sin hambre de nuevos mundos y nuevas explicaciones no es ciencia. mi acto de fe es que la ciencia es un sistema religioso de conocimientos más… y que el diálogo entre religiones (incluida la religión científica) es lo que nos abre puertas. ya lo decía varela, no?
me encantó leer que tu admiración por la astronomía era por la capacidad de generar un orden incluso ahí donde no existe. ¡¡qué ejercicio más humano y hermoso el generar la idea de orden!!
la (buena) lingüística, la astronomía, la (buena) psicología es eso, no? generar la idea de orden incluso donde no lo hay… belleza humana pura!
saludos!!
Ricardo Martinez says:
Feb 1, 2011
Gracias por el comentario!!!
Claudio Fuentes Bravo says:
Feb 1, 2011
Entretenido el artículo. Destaco la cuota de madurez que pones en un ámbito tenazmente adolescente. Me preguntaba cuál habría sido tu opinión si no hubieras pololeado con una astróloga. De todas maneras, me interesó el concepto de “falacia gramsciana”. Siguiendo a C. Reed en esto, es muy dificil identificar y determinar cuándo algo es una falacia (dados los elementos intencionales que supone) más bien podemos identificar esquemas argumentativos adecuados o inadecuados. En muchos casos, de manera razonable, el esquema que identificas como “falacia de Gramsci” es un esquema correcto. Sólo en casos “prototípicos” (de allí su inutilidad como categoría) el esquema es incorrecto y podrías identificarlo como una falacia informal.
Saludos,
Claudio F.B.
Ricardo Martinez says:
Feb 1, 2011
Hola Claudio:
Claro, seguramente no pensaría lo mismo si no hubiera pololeado con una astróloga (siempre he tenido la sospecha de que si uno se relaciona con muchas personas muy distintas va aceptando cada vez más las diferencias, y que gran parte de la “intolerancia” se debe simplemente a que uno se relaciona con personas demasiado parecidas a uno mismo 🙂
Sobre lo de la falacia, bueno, es solo un decir, simplemente me pasa que veo este mismo tipo de argumentación en muchos contextos distintos y me parece que hay algo profundamente discriminador y de subirse los bonos propios en el esquema.
Un abrazo,
Ricardo
En defensa de la astrología says:
Feb 1, 2011
[…] En defensa de la astrología terceracultura.cl/2011/02/en-defensa-de-la-astrologia/ por Gargonslipfisk hace 6 segundos […]
Tomas bradanovic says:
Feb 1, 2011
Que buen artículo!
Ahora resulta que yo soy sagitario y no capricornio, pro, ¿a quien le importa? Me jacto de tener la personalidad típica de un ex-capricornio y ahora sagitario, la reconozco en otros ex-capricornios que conozco y son igualitos. A esa evidencia me someto. Creo que a veces los argumentos cientificistas son más papistas que el Papa, si hay expresión que me cae mal esa es “evidencia científica”
Saluti!
Daniel Rodríguez M. says:
Feb 1, 2011
Me parece muy acertado el articulo, de verdad si tomaramos el horoscopo ( lo digo por que es la astrología más común y accesible), la carta astral o las descripciones de cada signo sodiacal de forma crítica y lo consideraramos, tal como una obra de arte, algo que podemos relacionar con nuestra experiencia para obtener un consejo, una linea en nuestra vida, seria simplemente genial , bello y recomendable. El problema es: tal y como ocurre con las religiones, que el enfoque de esta disciplina no es flexible y más bien obligatorio por lo que he visto( Te dicen que hacer o no en un día determinado, que color usar, como es tu personalidad y con quienes tienes afinidad).
Yo soy más de la idea que la belleza no está en este caso en la astrología sino que está en nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestra motivaciones, las personas que nos rodean, etc… si logramos reinterpretar estas predicciones que los astros nos han preparado, el riesgo siempre es, fallar en la interpretación, viciar nuestras desiciones y tomar el camino equivocado.
Un saludo
Daniel
Jorge Rodriguez says:
Feb 1, 2011
A mi lo que me hace ruido es que la gente acude a la astrología buscando dirección y significado a sus vidas. El gran problema es que ese significado termina siendo impuesto y limitante por las características de cada signo y patrones relacionales existentes entre ellos.
Lo que afirmas sobre “maravillarnos ante la irrefrenable capacidad del ser humano de buscar, encontrar, desarrollar o crear sentido” me parece genuino y esperanzador, pero lo veo tan lejano del hombre promedio que creo que a la larga el post, más que convertirse en lazo entre la ciencia y las humanidades, habra la puerta a que chantas y charlatanes abracen tus postulados y digan “Remis de Tercera Cultura nos apoya y respalda en su reflexión, y él es un académico que lee mucho de ciencias, asi que es la pura y santa verdad”.
Por lo demás este conocimiento acumulado y perfeccinado con los siglos reviste la misma peligrosidad que las interpetaciones proyectivas de los test psicológicos. Por mucho que se fije un standart, el intérprete está sesgado por sus propias experiencias y prejuicios e impone ese valor de verdad en el consultante. Son poquísimas las personas que cuestionarán la verdad de sus dichos o si el astrólogo se ajusta al canon serio…
Duda. No es este crear sentido lo que muchas veces han criticado en el podcast? Crear sistemas interpretativos sin cierres lógicos que permita hablar de todo hasta el infinito? No es de ese construccionismo del que quiere alejarse la tercera cultura para tener algún tipo de alianza con las ciencias?
Lo bueno que saque del post es el esfuerzo que estoy haciendo para redactar un texto respetuoso y mesurado y no ser un escéptico prepotente e hinchapelotas, asi que por eso gracias.
Ximena says:
Feb 2, 2011
Muchas gracias por el post, es una interesante perspectiva. Aunque me gustaría puntualizar que no deberíamos (y lo digo por los comentarios) juzgar algo sin conocerlo. Podemos decir “no conozco la astrología”, pero es un error decir “no creo en la astrología” si no la conoces, si no sabes de qué hablas.
He tenido la suerte de vivir muy de cerca la astrología, y créeme, que no tiene nada que ver con los horóscopos. Decir “soy Gémninis” equivale a definirme por el color de mi pelo; simplemente absurdo. Es más, me atrevería a decir que son los astrólogos los primeros que desmienten los horóscopos de los pediódicos.
Y por último, por lo que entiendo, en Chile no hay un estudio profesional de la astrología, pero quienes se han interesado de verdad en ella, han sabido buscar su camino en el extranjero.
Un saludo,
Ximena
laura cheroni says:
Feb 2, 2011
Holaaaa! el debate que se plantea aca es eterno, el esceptico y el mistico, siempre poniendose a prueba, por mas que haya constantes avisos de lo inhalambricos que somos, de estar sobre un planeta, una pelota que gira alrededor de una luz llamada sol. O sea, por mas que no creamos en algo, es el ser humano el unico que le da significado a la vida, creer o no, es lo de menos, el tema es en qué sí creer y que sentido darle a las cosas. Para mi, por mas pies en la Tierra que tengamos, esta misma Tierra no hay queolvidarse que esta en el espacio mismo.
Y con respecto a las constelaciones, la astrologia no tomas las constelaciones, toma signos, que son medidas de 30 grados por toda la ecliptica, o sea por donde transita el sol dia a dia.
No puedo convencer, no se trata de presionar o defender nada, pero no podemos escapar a la vision del cosmos y vivir así no mas creyendo que el cielo es celeste realmente de dia, …..el cielo es negro, es celeste por refractacion de los rayos del sol y el momento en que vos naciste tiene una correspondencia con el ciclo del cielo. Es mas….. por que no intentas ver de que signo sos y que otros personajes del mismo signo hay en tu familia y que tipo de sincronicidades tienes con esa persona, fijate de que signos son tus amigos y veras una puerta que se abre a un misterio que no hace falta defender, es solo potenciar visiones y no escondernos en las cajitas de casas en las que vivimos……Les muestro un blog…..www.cuentosdeastrologia.blogspot.com
Y a pesar de todo, seamos libres en pensamiento pero no subestimemos estar en el espacio girando y girando hasta vaya a saber cuando. Saludos grandes
Sebastoán says:
Feb 2, 2011
Yo me siento en el medio del debate, fui un escéptico que se mostró escéptico del escepticismo, siempre con alguna conexión por lo espiritual, traté de transformarme radicalmente pero mi mente no cedió a mi propia voluntad.
Creo en la astrología, creo en el pensamiento científico, creo que creer en algo está sobrevalorizado, nunca estaré de acuerdo en tomar una manera de comprensión y transformarla en una herramienta de producir verdad, las pelotas!. Ese es el problema de intelectuales y científicos: deifican una forma de desarrollo del pensamiento y miran en menos todo el resto. Por eso esta defensa me parece suficiente pero me alarma su lector implícito: un ente con límites demasiado definidos, gente que todavía no se convence de que la objetividad es uno de los mayores errores del pensamiento occidental, comparable al geocentrismo. Y así nomás la tiro.