“Los naturistas han detectado que una pulga lleva sobre su cuerpo otras pulgas más pequeñas, que a su vez alimentan a otras más diminutas pulgas. Y así, hasta el infinito” (Jonathan Swift, On Poetry: a Rhapsody)
Probablemente uno de los artículos científicos más “explosivos” de las últimas semanas sea el que publicaron Mora et al (2011) en PloS Biology, How Many Species Are There on Earth and in the Ocean?.
Los autores proponen en el abstract que:
“La diversidad de la vida es uno de los aspectos más sorprendentes de nuestro planeta, por lo que saber cuántas especies habitan la Tierra se encuentra entre las preguntas más fundamentales de la ciencia. Sin embargo, la respuesta a esta pregunta sigue siendo enigmática, tanto que los esfuerzos para calcular la biodiversidad del mundo hasta la fecha han sido limitados y por lo tanto han impedido la cuantificación directa de la riqueza global de especies, debido a que las estimaciones indirectas se basan en supuestos que han demostrado ser muy controversiales. Aquí mostramos que la clasificación taxonómica de las especies mayores (es decir, la asignación de las especies de phylum, clase, orden, familia y género) sigue un patrón consistente y predecible de cual puede ser el número total de especies en un grupo taxonómico estimado. Este enfoque fue validado contra conocidos grupos taxonómicos, y cuando se aplica a todos los ámbitos de la vida, predice ~ 8,7 millones (± 1,3 millones SE) especies eucariotas a nivel mundial, de los cuales ~ 2,2 millones (0.180.000 ± SE) son marinas. A pesar de 250 años de la clasificación taxonómica y más de 1,2 millones de especies ya catalogadas en una base de datos central, nuestros resultados sugieren que aproximadamente el 86% de las especies existentes en la Tierra y el 91% de las especies en el océano todavía esperan descripción. Un renovado interés por la exploración y la taxonomía es necesario si este vacío en nuestro conocimiento de la vida en la Tierra se desea concluir”.
Un análisis de esta propuesta llevado a cabo por Daniel Strain para Science, en su número de este viernes 26 de agosto, valora enormemente el esfuerzo de los investigadores, citando las iniciativas de dos centurias por llegar al valor del número de especies en la Tierra, a partir de John Obadiah Westwood en 1833 (que estimó que podía existir medio millón de especies de insectos) y pasando por Terry Erwin que en 1982 calculó en el orden de 30 millones solamente a los escarabajos.
El modelo de Mora parte por dos bases de datos de especies terrestres (Catalogue of Life) y marinas (The World’s Register of Marine Species), y luego aplica una serie de modelos de regresiones estadísticas (que, para ser sinceros, me dejaron bien colgado, LOL) que tienen cierta concurrencia en torno a los 8.7 millones. Como muestra la imagen a continuación, el proceso de descubrimiento de phylum, clase, orden, familia y género (según la taxonomía de Linneo) tienden a ser asintóticas en los últimos dos siglos y medio, mientras que los descubrimientos de especies no muestran esa tendencia. Esta proyección (con todo lo discutible que sea) da una pista sobre la solución, ya que al contrario de lo que señalaba Swift, una tentación grande (y errónea) parece ser creer que el número total suponga una suerte de regresión infinita.
Como bien señala Damian Carrington de The Guardian: “la importancia fundamental de la serie se mantiene. Como uno de los científicos detrás de él, Boris Worm de la Universidad de Dalhousie, dice: “Si no se sabe -ni siquiera en un orden de magnitud- el número de personas en una nación, ¿cómo podemos planificar nuestro futuro?“.