Hoy me enfrasqué en una estúpida y falta de sentido discusión sobre qué era realmente ser nerd en FaceBook. Y claro, cuando se argumenta con personas que son genias de la argumentación no hay forma de ganar: en resumen, perdí. Pero la disputa trajo algo bueno, el recuerdo del denominado Síndrome de Beauchef. Por si no lo conocen, copio una definición de otro blog:
“El síndrome de Beauchef es una alteración en la percepción psíquico-visual que se manifiesta en una disminución paulatina del estándar de belleza de las mujeres a las que el afectado se encuentra expuesto. El síndrome se produce cuando el hombre se encuentra en un ambiente en el que hay muy pocas mujeres o el promedio de belleza es más bajo que lo normal. La baja densidad de mujeres hermosas motiva una adecuación al medio en forma de autodefensa subconsciente que insta a los varones a considerar hermosas a las mujeres disponibles. Esta situación se produce principalmente en las escuelas de Ingeniería y los regimientos. El nombre del síndrome se debe a que fue detectado en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile (ubicada en Beauchef 850, Santiago de Chile), entre estudiantes de Plan Común. El síndrome fue descrito por primera vez por Claudio Salvatore, en la revista Theodore Kausel (publicacion que dio origen al boletin del CEI de la Escuela de Ingenieria de la Universidad de Chile), a fines de los Años 1980. Posteriormente fue descrito en el libro La conquista de la mujer. Salvatore utiliza la terminología “efecto Beaucheff”, influido quizás por el «efecto cerveza»”.
Y claro, me interesó hallar la fuente original de 1989. Y, como siempre que uno busca estas cosas, San Usenet me ayudó. Acá está, rescatado de las arenas del tiempo, la primera documentación del Síndrome.
***
El Síndrome de Beaucheff
Al principio en la escuela uno no notaba nada extraño. El primer semestre parecía pasar sin daño alguno, uno era un polluelo recién ajustándose al nido. La ausencia de mujeres era aceptada como los horarios, los cursos, el edificio, como parte de esta situación nueva: La Universidad. Las movidas del colegio se mantenían y una mujer no pasaba a ser más que eso, una mujer. Hacia el segundo semestre las cosas empezaban a cambiar, notábamos elementos de sexo femenino entre nosotros, incluso encontrábamos que una tenía bonitos ojos u otra buen trasero. Pero las cosas se complicaban con la llegada del Verano y las vacaciones desfasadas, en ese entonces, para Febrero. Una niña bonita en traje de baño se nos hacía en esos días de últimos exámenes algo tan irreal y difuso como un sueño febril, unas vacaciones en el Caribe o conducir un Porsche Turbo. Tras el primer verano sin playas las cosas iban mal. Muchas niñas de la escuela, antes ignoradas, empezaron a entrar en la categoría de posibles. Providencia con sus minas enfundadas en deliciosos pantalones se nos empezó a antojar sucursal del paraíso.
Así el tiempo pasó por nosotros. La guatita crece, el carrete ya no se esfuma como por arte de magia al día siguiente, todas las mañanas frente al espejo hacemos inventario del pelo que nos queda y empezamos a ir a clases los sábados por la mañana.
Nos avejentamos. La salida del fin de semana ya no era tan vital como para el musulmán sus tres oraciones diarias en dirección a la Meca. Nos volvimos quietos como aguas estancadas, es decir profundas pero sucias, cada año más libidinosos. Podríamos hacer un experimento: pasear una niña aceptable por el patio y conectar la mente de los estudiantes de ingeniería que la observan a pantallas de video.
Las imágenes que veríamos darían escalofríos a Jack el Destripador. Ensayemos la situación inversa: imaginemos a uno de nuestros muchachos paseando por una escuela de diseño, arquitectura o ingeniería comercial. Parecería un ratón hambriento, recién materializado en una tienda de quesos finos.
No hay caso, nuestro sujeto se vuelve con el tiempo cada vez más urgido. Ya la cuestión no es elegir, la idea es conseguir algo, lo que sea, cualquier cosa. Se quiere un cuerpo para saciar en parte los obscenos deseos, pero también un alma que te cobije y te relaje.
Desgraciadamente las movidas, las oportunidades de conocer mujeres, decrecen con el tiempo.
Aquellos con hermanas menores las esconden de sus condiscípulos y como a princesas medievales, preferirían verlas sacrificadas antes que entregadas a los hunos, es decir a sus compañeros de escuela.
Más estos son sólo síntomas. La tensión nerviosa, el deslumbramiento frente a cualquier falda, el llegar al día siguiente comentando la mina del último comercial de televisión, el llegar al fin de semana y sentir que te tiritan las patas, el escribir verdaderos tratados de ginecología en los baños de la escuela, ese ir progresivamente perdiendo la decencia y el buen gusto para con una escala cada vez menos exigente para evaluar al sexo débil. Estos son sólo los síntomas, nada irrecuperable ha sucedido aún. Todavía nos mantenemos de pie. El Síndrome de Beauchef sólo se convierte en enfermedad terminal, uno de nuestros muchachos sólo cae definitivamente desde el momento en que empieza a pololear, enamorado hasta las patas como buen ingeniero, con una niña de la escuela. Se les observa pasear por el patio y los amigos bajan la cabeza como si pasara un cortejo fúnebre. -Pobre, era tan bueno-. Como aquellos soldados a los que ha quebrado la tensión del combate y abrazan la locura, nuestro amigo pasa junto a nosotros enamorado hasta las patas. Pero así es la cosa, los muchachos de ingeniería no se caracterizan por agarrar bellezas, pero eso sí, tradicionalmente les hacemos el quite a las “cabeza hueca”. Porque, ¿a quién le interesa una morena de ojos verdes dotada de figura perfecta, rostro inocente y voz sensual, si es incapaz de elevados razonamientos abstractos? ¿A quién?, ¡dígan!, ¿a quién le interesa?. ¡¡¡A mí!!!
[Teodor Kausel 2, primavera 1989]
42 comments
maria jose says:
Abr 27, 2012
…………………..que triste que rescataras algo asi ……..
Ricardo Martinez says:
Abr 27, 2012
Hola María José:
Es un documento histórico. Evidentemente los tiempos cambian. Por decir algo parecido a lo posteado a Lawrence Summer lo echaron con viento fresco de la presidencia de Harvard.
Gracias por el comentario.
maria jose says:
Abr 27, 2012
…………tal vez tendríamos que revisar el concepto ” histórico ” que le adjudicas a este ………….voy a pensar si lo llamo texto……
Saludos
Ricardo Martinez says:
Abr 27, 2012
Pucha, María José, en el fondo entiendo tu punto. Pero, al menos desde mi punto de vista estamos tratando con un concepto que ha estado ahí por años como uno de los aspectos de la vida universitaria más característicos de nuestra ciudad de Santiago. Obviarlo porque nos damos cuenta de su incorrección política sería como evitar poner palabras malsonantes en el diccionario. Creo ^_^
caro says:
Abr 27, 2012
debe haber un Síndrome Beaucheff inverso, quien dice que a las estudiantes de ingeniería no les pasa lo mismo? QUIEN DICE QUE LOS HOMBRES DE INGENIERÍA SON GUAPOS?
… en la carrera de arte pasaba mucho que los hombres tenían mucho donde elegir pues las mujeres sentían gran atracción hacia los artistas. Ellos, ANTE TAN ALTA DEMANDA estaban acostumbrados a ser infieles y no tener ninguna conciencia sobre su actitud de macho dominante,tan valorada y necesitada por los estudiantes de ingeniería…Incluso llegue a ver a algunos de ellos golpeándolas porque no aceptaban su libertad y sus deseos de estar con más de una mujer al mismo tiempo…
Ricardo Martinez says:
Abr 27, 2012
Hola Caro:
La leyenda cuenta que hay, efectivamente, un Síndrome Inverso: el Síndrome Femenino (documentado, al parecer, en fechas análogas). Lamentablemente he dado vuelta la red para encontrar el documento original sin éxito.
Ricardo
Gustavo says:
Abr 27, 2012
Aunque todavía es muy general, podríamos musicalizar este trastorno cognitivo-emocional con esta canción: http://grooveshark.com/s/Necesito+Una+Mujer/2jdOwY?src=5
Saludos.
CARO says:
Abr 27, 2012
Me estas hueviando, cierto?
Ricardo Martinez says:
Abr 28, 2012
No, en serio.
CARO says:
Abr 28, 2012
Bueno, claramente si estoy acostumbrada (o) a ver algo por años, es lógico que si aparece algo nuevo eso va a llamar mi atención y voy a tener más interés en conocerlo pues es algo que no había visto antes.Esto puede ocurrir en los dos géneros masculinos y femeninos.Esta percepción de diferencia puede causar tres tipos de reacciones: una el deseo de posesión que genera sed competencia viendo a la persona como un objeto o un trofeo que se debe alcanzar.Dos aborrecimiento y negación del ser al punto de discriminar y atacar a la persona que causo en mi hábitat común un cambio visual llegando estos ataques de diferentes grados incluso provocando la muerte. Tres: Aceptación de la diferencia e interés por el lugar de su procedencia lo que puede causar el deseo de conocer más de este o no dependiendo del grado de interés o agrado de un individuo hacia el otro generando una relación de respeto mutuo.
Sin embargo este síndrome más bien se basa en la poca capacidad de socializar que tienen los estudiantes de ingeniería que se ven como los mejores intelectualmente y asumo también físicamente, discriminando a las mujeres de su campus por ser mejores intelectualmente y no físicamente lo que hace florecer su capa de intelectualoide reprimido sexual dejándolo muy mal parado, es decir como un individuo grotesco , de barriga y cerveza en mano capaz de pajearse con una foto de play boy mientras resuelve gigantescos problemas físico matematicos e incapaz de mantener una relación de respeto hacia en genero femenino.
Si existe un Sindrome Inverso desde tiempos analogos debe haber sido causado por el mismo ego y deseo de posesión, porque no hay Respeto hacia su propio ser y hacia los demás individuos.
Caldo says:
Abr 28, 2012
que machista el texto.
Celeste says:
Abr 29, 2012
Estamuy buenooo, lo unico malo es que mi novio es ingeniroo xD, lo bueno es que amplio sus fronteras hacia otrafacultadd 🙂
Celeste says:
Abr 29, 2012
creo qque esto es inversamente proporcional, es decir el oreden de los sexos no altera el resultado jajaja
Guille says:
Abr 29, 2012
Tenía una alumna en traducción en la Católica. Buena alumna. Decidió seguir un curso de ecología o algo así en Ingeniería de la Católica. La miraron a huevo por venir de letras y ser mujer. Onda pobre niñita tontita de letras. Al final terminó con, lejos, el mejor promedio de ese ramo. Los ingenieritos entonces le dijeron que en realidad ese curso era muy humanista 😛
Loretto says:
Abr 29, 2012
Creo que este texto está cada día mas obsoleto! un claro ejemplo es qu una de las postulanyes al miss Chile es de la FCFM ose que más quieren? además puedo decir con seguridad que los hombres de la facultad no son el tipo de mino conn pinta italian. Entoces de qué se quejan.
Daniela says:
Abr 30, 2012
Jajaja, los inJenieros que he visto son todos pelados y/o gordos “chelones”, pero los he visto bien acompañados con minas ricas, así que no sé qué tan generalizado esté este docto “científico”. Saludos y estudien harto.
EDUARDO says:
May 1, 2012
Las minas porque no aceptan que de las pocas mujeres que hay en beauchef, la mayoria son feas. Puede que lo hombres también sean guatones hediondos como quieran, pero hay muchos mas para elegir. Por la proporción las mujeres no tienen de qué quejarse.
La mayoría son feas, es un HECHO, he estado en la facultad, he visto excepciones, pero es verdad, son feas.
Si no les gusta o si se sienten identificadas no es culpa de nadie mas que de ustedes. El síndrome es cierto, dejen de reclamar por orgullo.
Saluda un guaton cervecero de una facultad amiga con mejores minas.
maria j says:
May 1, 2012
………………el problema es que te ganan en intelecto por lejos y esta mas decir que no existes para ellas …………conformate con lo que tienes cerca … y por ultimo ellas están en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile , por talento , por capacidad , no para que se les trate como lo están haciendo en esta pagina .
La próxima vez Ricardo piensa en lo que traes al presente , por que no dejar que el tiempo terminara con el.
rodrigo says:
May 2, 2012
de verdad no entiendo la ofuscación de las mujeres que postean acá, esta claramente establecido el carácter leve y humorístico del artículo, no es una declaración de ppios, ni nada parecido, sino un revival que explica de donde viene la cuña del sindrome, que por lo demás no me interesa ir a comprobarlo, porque soy titulado de u privada y no fui a la Chile. El relato emancipador feminista sigue muy anquilosado en peleas futiles, cuando hay realmente injusticias de género mucho más aberrantes, saludos a todas.
Samir Muñoz (@SamirJorge) says:
May 2, 2012
Estudio en la UBA la carrera de Letras (60% mujeres, 40% hombres según datos oficiales), y mi mejor amigo estudia Ingeniería de la Chile. Cuando fui a visitar la facultad en mis vacaciones, me sorprendió el contraste. Desde mi imberbe punto de vista, quizás algo tiene de razón. Por otro lado no le encuentro gran tono “machista”. ¿Que un hombre hable de mujeres es machista? acepten que por mucha ideología seguiremos produciendo hormonas.
Saludos.
Ascgar says:
May 3, 2012
Encuentro la reacción femenina al texto algo tremendista y con poca altura. Se trata de un documento humorístico, que habla mas de los hombres que de las mujeres de ingeniería. ¿Machista? Es análogo a las tipicas quejas/conversaciones de mujeres sobre hombres pasteles y que uno aprende a obviar, por su poco valor informativo o trascendente. Relajen la vena, contertulias
Eugenio says:
May 3, 2012
en mi carrera no fuimos victimas de tal sindrome, pero en uno de mis primeros trabajos y fruto de largas conversaciones con mis compañeros de trabajo generamos una conclusion muy similar a la de esta estudio, a la que llamamos “Sindrome Tirua”, pues era el lugar en que trabajabamos. es curioso como en dos sectores tan alejados en espacio y tiempo, se llego a la misma conclusion
CARO says:
May 3, 2012
porque se sienten tan atacados? tanto el hombre como mujer nos debemos respeto.Es natural en en la adolescencia el hombre quiera satisfacer su deseo biológico de la reproducción sexual y la mujer siente el mismo deseo pues están en pleno desarrollo hormonal y eso debe verse como algo natural…Pero de ahí a echarle la culpa a las feas de la facultad de su falta de socialización y concreción del acto sexual con las mujeres que él realmente desea y que no se atreve a conquistar porque no se hace el tiempo de ir a los lugares donde estas abundan o porque se dejo estar y se volvió panzón, pelado y fome,es diferente.
Es que él sólo sabe quejarse? como es que un hombre con tanta capacidad intelectual no sea capaz de reconocerse a si mismo? como es posible que tenga que atacar la apariencia de las mujeres de su facultad para buscar el sentirse respetado por sus pares y deseado por las mujeres de otras facultades?
Danilo says:
May 9, 2012
No entiendo las reacciones ante este texto ni a qué apuntan ¿a que hay que ser políticamente correctos? Con ello creo que se pierde de vista que es la reproducción de un texto de 1989.
CATF says:
May 13, 2012
Qué basura más grande y ñoña eso del síndrome.
Estudio en Beauchef y me avergüenzo de mucha gente de la facultad. No comprendo cómo pueden ser tan excesivamente ñoños. Y más encima, dinfunden sus estupideces por todos lados, que el síndrome, que hay pocas minas y son feas. Puras estupideces. Hay ene minas super lindas. Son pocas, pero normales como en todos lados no más.
El problema acá es que entran demasiados weones sin vida a Beauchef. Es cosa de echar un vistazo al foro para darse cuenta de la infinita estupidez de mucho inJenieros.
En fin, a veces me da vergüenza pertenecer a esta carrera.
Paulo says:
May 20, 2012
CATF: Yo también estudio en Beaucheff y por fin hallo a alguien con una pizca de sentido común que percibe a la facultad, como un lugar donde imperan los weones frustrados y sin vida. Y realmente no sé qué tanta queja sobre las minas de la facultad he visto minas súper lindas, que dedican parte importante de su tiempo haciendo deporte en el gimnasio minas que tienen estilo la hora de vertirse para verse bien y que además tienen tema de conversación ajeno al ámbito académico. En resumidas cuentas, yo creo que los weones más cargantes con eso del “síndrome” son aquellos weones, sin habilidades sociales, resentidos con la mina rica del curso, porque ella no los pesca ni en bajada y por pica le tiran caca a todas las mujeres de la facultad y cuyas únicas armas son el mouse y el teclado.
kurakensama says:
Jun 5, 2012
Esa foto es mía. Por favor, deme el crédito y ponga el link a mi flickr.
http://www.flickr.com/photos/kurakensama/484566723/
Ricardo Martinez says:
Jun 5, 2012
Hecho. Gracias por hacérnoslo notar.
Tomas Bradanovic says:
Jun 5, 2012
El sindrome de Beucheff es completamente cierto. enfurezca a quien enfurezca, todo el que ha pasado por una escuela de ingeniería lo sabe. Nosotros teníamos una compañera tan poco bonita que le pusieron “la falta de respeto”, curiosamente al fin de la carrera la jotiaban todos. No es machismo sino una situación objetiva. También recuerdo que teníamos una compañera preciosa e inteligente, pero no era popular en la carrera, todos decían que daba los exámenes en el velador.
Los ingenieros tienen la manía de creerse “especiales” una explicación sale en “Los ingenieros Explicados” http://bradanovic.cl/PAGE17.HTML (escrita por un estudiante de ingeniería eléctrica)
Ricardo Martinez says:
Jun 5, 2012
Me sonó un poco a “gústele a quien le gústele, disgústele a quién le disgústele”. Un abrazo, Tomás. Algún día iré a Arica a hacer una gira de bares con vocé.
Tomas Bradanovic says:
Jun 5, 2012
Ah que buena, me avisas para hacer gárgaras con harina tostada antes!!
Tomas Bradanovic says:
Jun 5, 2012
Ah hay un detalle adicional: estudiar ingeniería en los ochentas era muy distinto que ahora que hay puntajes de ingreso más bajos, menos ramos, más terceras oportunidades y etc. etc. Eso ha cambiado muchísimo el perfil. La primera vez que postulé en 1974 con 693 en matemáticas y 793 en lenguaje no quedé ni en lista de espera, recién pude entrar en 1978
guille says:
Jun 6, 2012
Es que ese puntaje era más para carrera humanista, po
Tomas Bradanovic says:
Jun 6, 2012
jaja sin duda, pero los puntajes de corte para ingeniería han bajado mucho con el tiempo, creo que la Chile cortó las ingenierías civiles alrededor de 720 el año pasado y otras universidades en mucho menos. Claro que no son las mismas pruebas pero me imagino que las distribuciones son similares.
A lo que voy es que el perfil de los que estudiaban ingenieríaen 1980 era muy distinto al actual y los planes de estudios más duros (recién se usaban calculadoras con poco más de las 4 operaciones, buena parte de la carrera se dedicaba a la habilidad de calcular con papel y tabla Larsen. La oferta de carreras era muchísimo menor y los ingresos mucho más selectivos.
Y si nos vamos más atrás la cosa era mucho peor, yo estudié técnico electrónico en 1974 y tuvimos un curso para aprender a manejar la regla de cálculo, tomaba casi un año usarla decentemente. En esos años nadie “normal” estudiaba ingeniería.
guille says:
Jun 6, 2012
Yo no alcancé a usar regla de cálculo, pero en casa de mis padres había una y un día mi papá me enseñó sus rudimentos. No recuerdo nada porque nunca la usé en serio, pero la vez que jugué con ella era bien entretenida. Y recuerdo que existían ya antes de los 80 las Texas Instrument. Tuve una en el colegio a fines de los 70 y tenían hasta memorias externas que uno le cargaba. Después me dediqué ya a las humanidades y no volví a ver las matemáticas.
¡Me enamoré de un ingeniero! - Belelú says:
Jul 15, 2013
[…] Tercera Cultura Ay Guapa""Ay, Guapa" es el álter ego de una chica de 18 años que se define a sí misma como la […]
Juan says:
Oct 1, 2013
Son cinco oraciones las que hacen los musulmanes en direcciòn a la meca.
Manuel Sáez Z. says:
May 15, 2014
Huevones misóginos y engreídos. Nada más.
Paulina says:
May 17, 2014
Como dices: “Gústele a quién gústele y disgústele a quien disgústele”… A mí no me gusta. Si bien es un documento histórico, claramente aparecen apreciaciones tuyas, machistas y denigrantes para las mujeres. Categorizaciones burdas y anticuadas que nuevamente ponen a la mujer en calidad de objeto. Si fueras mujer, estarías cansado de estos estereotipos y de verte considerado una cosa. Creo que tienes el mismo derecho que un nazi, que un homofóbico, que una feminista que odia a los hombres y que un racista a expresar tu opinión, pero sería muy bueno que aprendieras de respeto y, probablemente lograras rescatar algo más constructivo que este burdo, anticuado y ofensivo texto. Saludos.
cecilia says:
May 19, 2014
No creo que se deba tomar con tanta gravedad e ira este mensaje desde el primer año que estudié ahí he escuchado de dicho “mal” y hace un buen rato que me titulé y sigo escuchandolo….pero es algo más para el humor que para hacer daño machista…..por que tan amargadas?
daniel says:
Dic 10, 2014
me parecio muy entretenido el articulo y creo haber estado en situaciones de trabajo con pocas mujeres encontrando en ellas un lado agradable despues de cierto tiempo trabajando con ellas. Sin colocarse machista o no creo que el postulado se refleja a la realidad de un tiempo atras, ahora las mujeres tienen otras metas donde no estan incluidos los hombres.
Claudio Salvatore says:
Abr 29, 2017
Pronto ese texto va a cumplir 20 años desde que lo escribí. Fue una linda sorpresa encontrarme con él, me sentí transportado a los patios de la escuela.
Hoy para escribir que ser sofisticado y políticamente correcto, porque siempre hay una minoría ofendida que te puede demandar o cocinar en las redes sociales.
Pero, si el “Sindrome de Beaucheff” lleva dos décadas dando vueltas, es por algo. Hoy es casi un bálsamo leer un texto sin ninguna pretención ni corrección política. Es súper honesto, porque eso era lo que sentíamos y eso era lo que nos pasaba.
Es cierto que detrás de lo “ñoño” del texto hay una agudeza un poco maldita. Pero no hay afán de debate ni levantar ninguna postura. “El Síndrome” se escribió para reírnos un poco de nosotros mismos.