Cuidado: pueden robarte la clave del cajero desde tu cabeza Hackeando el cerebro Imagínese la siguiente situación. Ha comprado un aparato curiosísimo para jugar los videojuegos de moda: una especie de gorro con el cual, sin mover un solo músculo, puede controlar los autos de Mario Kart, los saltos de Donkey Kong o pegarle a una pelota jugando fútbol PES. ¿Ciencia ficción? Para nada: estos bicharracos ya existen y se llaman BCI (“brain computer interfaces”, interfaces cerebro-máquina). Sigamos con la situación. Usted está en medio de un juego y de pronto aparece un mensaje que le dice: “clave del cajero automático”. Sin proponérselo, recuerda los cuatro dígitos que constituyen la suya y luego -como si nada- sigue jugando. ¿Qué ha ocurrido? Durante ese segundo en que recordó su clave, la máquina la almacenó. Le han robado un dato directamente del cerebro. ¿Matrix? Casi. Eso es lo que explican dos papers de la conferencia Usenix (“Advanced computing systems association”) 2012 que tratan de nuevos espacios para el robo de información a partir de la progresiva popularidad de sistemas de escaneo cerebral baratos y para uso doméstico. Así lo indica el popular blog de divulgación de las ciencias de la mente “Mind hacks”: “Estos estudios demuestran cómo es posible obtener información privada de los cerebros de las personas que utilizan interfaces cerebro-ordenador comerciales como NeuroSky y Emotiv”. ¿Cómo funciona? En la investigación “On the feasibility of side-channel attacks with brain-computer interfaces” (Martinovic et al, 2012) los autores usan un electroencefalograma (EEG) en busca de una misteriosa señal eléctrica que entrega el cerebro y que se conoce como P300. Esta señal se produce cuando una persona es expuesta a algo relevante, importante o significativo (como una foto de la propia graduación o la música que sonó para su matrimonio). Cuando este estímulo es presentado, el cerebro reacciona con aquella señal. De hecho, el autor de “Mind hacks” indica que las propiedades del P300 ya se utilizan como detector de mentiras. Si a un sospechoso de un crimen se le muestran fotos del lugar del delito, su cerebro reaccionará con un P300 ante esas imágenes y no frente a otras. Lo que Martinovic y colegas probaron fue que la onda aparecía, por ejemplo, cuando a una persona se le pedía que digitara el primer número de su PIN. En el experimento se les mostraban diferentes dígitos y el P300 se disparaba cuando estaban frente al correcto. El aparato había leído la mente del sujeto. ¿Cuál es el peligro? Los usos recreacionales en versiones baratas y simplificadas de los EEG se están multiplicando; en consecuencia, cada vez hay más personas usando este tipo de dispositivos. Es posible que en un futuro no muy lejano, cuando pruebas como las presentadas en Usenix se hayan perfeccionado, empiecen sus usos criminales. Para los futuros “hackers cerebrales” bastará con hacerse de los datos de las máquinas para buscar aquellos que les sirvan para sus maldades. O podrán quizá introducir virus en los programas asociados a los BCI para controlar los estímulos de sus juegos y sistemas de relajación. De hecho, hay incluso avances espectaculares en otro dispositivo de imágenes cerebrales muy conocido, el fMRI (que usa para ver el cerebro en funcionamiento en la serie “House”), que muestran para dónde va la cosa. El equipo de trabajo de Miyawaki (2008) fue capaz de reconstruir imágenes visuales percibidas por sujetos expuestos a fMRI sólo a partir de los registros de actividad encefálica. En simple: el fMRI reportaba cierta actividad en el cerebro, el reporte se enviaba a un programa y el programa es capaz de reproducir la imagen que la persona está viendo. ¡Los autores interceptaban las señales del cerebro! Pero no hay que asustarse mucho por el momento. Los resultados de estas investigaciones son iniciales, preliminares y un poco rudimentarios. Aunque, con la velocidad con la que avanza la ciencia, puede que en corto tiempo estén listos para caer en malas manos. Se han desarrollado nuevos espacios para el robo de información a partir de la progresiva popularidad de sistemas de escaneo cerebral baratos y para uso doméstico.
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Qué rico es el café con caballo Durante las últimas tres décadas los especialistas en el funcionamiento del cerebro (neurocientistas) han dado con decenas de ondas captadas por los electroencefalogramas y vinculadas a actividades que realiza la mente. El P300 es la que se ha reseñado acá, pero hay otras muy interesantes como la N400 y la N250. Las letras vienen dadas por el valor eléctrico del potencial: positivo (P) o negativo (N); los números por los milisegundos que transcurren entre el estímulo y la respuesta del cerebro (400 es igual a 400 milisegundos). El N400, por ejemplo, se produce cada vez que se percibe un estímulo que viola nuestras expectativas. Si se lee una oración como “tomé café con caballo” se produce una. Lo mismo, si se observa la fórmula 2+2=5. El N250, por su parte, aparece cuando la persona realiza una tarea en la que es experta: clasificar telas si es diseñador de vestuario, evaluar una composición musical si es músico o probar un bocado para juzgarlo si es crítico gastronómico. En tareas en las que no somos expertos, los N250 no aparecen ni por asomo. |
Puedo leer tu mente e incluirte
Las aplicaciones más promisorias y benéficas de estas nuevas tecnologías son las relacionadas con la medicina. Los BCI pueden mejorar la calidad de vida de personas que presentan diferentes desórdenes neuromusculares. De hecho, en Chile existe un equipo pionero en el uso de estas interfaces: el CEDETi UC (“Centro de Desarrollo de Tecnologías de la Inclusión”), “orientado a desarrollar y promover herramientas de carácter tecnológico, accesibles en términos prácticos y económicos, que puedan ayudar a personas con discapacidad”, como se presentan en su páginawww.cedeti.cl.
Este equipo ha sido el responsable de la mejora en la adaptación del actor Alberto Vega, quien padece del síndrome “Locked In” (“encerrado en sí mismo”) y que fue cubierto por un conmovedor reportaje de Canal 13 (“Mírenme a los ojos”) hace un par de años. No solo son peligros, entonces, lo que traen estas innovaciones.
Publicado originalmente en LUN Reportajes, 2012-08-26: Página 1, Página 2.