Ayer hemos contemplado –seamos o no hinchas del Bulla– una de las hazañas futbolísticas más memorables de la historia. Universidad de Chile venía de ser goleada en Quito 4-1 y en el partido de vuelta requería tres goles de diferencia al menos para pasar a los cuartos de final de la Copa Libertadores de América: ya sabemos, sonriendo, del 6-0. Lo que nos ha llevado a investigar cómo se producen las remontadas deportivas (comebacks).
Hemos encontrado decenas de papers sobre el tema, pero hay dos que son especialmente claros. Nuestro ídolo Malcolm Gladwell ha escrito en 2009 una entrada para The New Yorker (“How David beats Goliath”) en que sostiene que:
“En la historia bíblica de David y Goliat, David inicialmente se había puesto una cota de malla y un casco de bronce y se la ciñó con una espada: se preparaba para librar una batalla convencional de espadas contra Goliat. Pero entonces se detuvo. ‘No puedo caminar con esto, porque yo no estoy acostumbrado ‘, dijo (en la traducción de Robert Alter), y recogió cinco piedras lisas. ¿Qué pasó, Arreguín-Toft [de la Universidad de Harvard] se preguntaba, en qué otros casos los combatientes débiles [en batallas de armas históricas] reconocieron su debilidad y optaron por estrategias no convencionales? Se fue hacia el pasado y analizó datos. En esos casos [opción por estrategias no convencionales], el porcentaje de victorias de los David iban desde el 28,5% al 63,6% de los casos. Cuando los débiles [underdogs] deciden no jugar con las reglas de Goliat, ellos ganan, concluyó Arreguín-Toft, ‘aún cuando todo lo que pensamos que sabemos sobre el poder, predice que no debrían’”.
La opción por estrategias no convencionales llevó a Brian Skinner de la Universidad de Minnesota a escribir un artículo publicado por arXiv a fines del año pasado (“Scoring Strategies for the Underdog: A general, quantitative method for determining optimal sports strategies”) en que propone una fórmula para encontrar la táctica alternativa más favorable cuando se está en una situación de debilidad deportiva frente a un oponente, que copiamos acá (sin traducir, buh):
Skinner da varios ejemplos referidos al básquetbol y al fútbol americano. La idea madre es la siguiente:
“Cuando se enfrenta a un rival muy poderoso, los débiles deben estar dispuestos a asumir riesgos mayores al promedio. En el lenguaje estadístico, se puede decir que los débiles deben estar dispuestos a adoptar una estrategia cuyo resultado tenga una varianza mayor que el promedio” (Skinner, 2011:1)
Por ejemplo, en básquetbol una estrategia exitosa para los equipos desfavorecidos es intentar más lanzamientos de triple; mientras que en fútbol americano un procedimiento equivalente serían los lanzamientos de “Ave María”.
Volviendo al Bulla y en especial a Sampaoli, recuerdo vivamente cuando JP supo de que el trasandino llegaría a la U: “lo van a pasar bien con este entrenador, es un loco, sus equipos siempre juegan al todo o nada”. Y era verdad, en el Torneo de Apertura del 2008, dirigiendo a O’Higgins, ganó diez partidos (con resultados con “números grandes” contra el Chago Morning 3-0, Osorno 4-1, Áudax 3-0, Everton 3-1, La Serena 4-1 y Universidad de Chile 3-1) y perdió tres, para luego recibir una boleta del León en los cuartos de final (2-4). Es discutible que Don Sampa juegue como UnderDog, pero sus estrategias de frontalidad (heredadas de Bielsa) hacen que, tal como decía JP, sea un espectáculo ver a sus equipos, sobre todo a este: el Nuevo Ballet Azul.
*Nota: la imagen de portada es una de las jugadas más arriesgadas de la historia del fútbol americano, The Helmet, un caso de improbabilidad suma.