por Gabriela Guzmán
El 29 de julio, aparecieron los resultados de la primera evaluación en competencias tecnológicas, para 19 países de la OCDE a través del test PISA. Nuestros estudiantes quinceañeros aparecieron en el último lugar en lectura digital.
Para este test, la lectura digital corresponde a habilidades que permiten usar los recursos de internet para resolver un problema, integrar datos para producir nueva información, responder preguntas y encontrar información relevante de acuerdo a su funcionalidad. Según los resultados, menos del 3% de nuestros estudiantes pueden navegar de manera autónoma y eficiente, y evaluar críticamente la información de varias fuentes basadas en la web y darle utilidad.
Por lo tanto, estas iniciativas, han sido desarrolladas por casi analfabetos digitales:
No me cuadra que las evaluaciones hayan indicado que las competencias tecnológicas de nuestros estudiantes estén descendidas, y cinco días antes, Inglaterra, Estados Unidos, Cuba, Noruega, Perú y medios nacionales, hayan destacado la coordinación de miles de estudiantes chilenos bailando Thriller frente a la Moneda como acción de protesta por la educación.
Entendemos por competencias tecnológicas cosas distintas y puede que esto sea por una mirada generacional con carácter más de intervención que de comprensión. Tal vez sea nuestra capacidad adulta de comprensión lectora del mundo digital juvenil la que falle.
¿Son los adultos idóneos para definir las competencias tecnológicas?
No lo creo. Tenemos una configuración neuromotora diferente, prioridades distintas para enfrentar la información, somos más convergentes en la búsqueda de una solución, una alternativa correcta o una manera de leer (de derecha a izquierda, de arriba abajo). La lectura la asociamos a textos y no integramos todos los contenidos multimediales. Mientras más mayores somos, más dificultades tenemos para chatear, peor si es en ventanas simultáneas. Para nosotros es infinitamente más relevante el mail y saber adjuntar un documento, que el msn y saber subir una foto o un video. A nosotros nos parece natural pensar todo en función de escalas, entonces, ordenamos las habilidades cognitivas, los contenidos, los cursos, la economía, de una manera lineal y progresiva. Nos gusta esta idea de un camino para cada cosa. La profundización, el esfuerzo, la tenacidad en seguir una interpretación nos parece más valioso que el crear redes y manejarse en una superficie de contenidos que pueden estar vinculados solo de manera tangencial. Para nosotros, es posible estandarizar lo relevante de una información, y los caminos para navegar por internet. Y entonces, desde esa arrogancia del adulto que valora el conocimiento, definimos los estándares para medir las competencias tecnológicas.
Francesc Pedró se refiere a los aprendices del nuevo milenio con capacidades cognitivas diferentes dadas por el acceso a fuentes de información digitales y no impresas, la priorización de videos e imágenes sobre el texto, la comodidad en el desarrollo simultáneo de múltiples tareas, y el procesamiento de información discontinua y no lineal. Una generación con periodos cortos de atención y con una exigencia de inmediatez en todo (resultados, respuestas, conversaciones, la vida). Desarrollan habilidades para habitar la red de manera extensa más que profunda. Hay cambios en sus prácticas lectoras y sobre todo sociales. Baricco, le agregaría la idea de que es en la secuencia donde se encuentra el sentido, no en un solo soporte si no en una multiplicidad, como Harry Potter que habita en libros, películas, afiches, videojuegos y hasta tortas de cumpleaños, como un hechizo transversal.
Esta columna no pretende descalificar las habilidades propuestas por la OCDE sino abrirse a nuevas perspectivas:
Qué tal si integramos en el diseño de estándares tecnológicos las prácticas juveniles: la coordinación, la capacidad de establecer múltiples conexiones, de llegar a hacer relevante lo irrelevante, de usar creativamente los distintos tipos de textos y soportes, de considerar las canciones, los videos y la construcción mosaical de un sin fin de caminos de navegación en lo que entendemos por lectura digital. Volvamos a preguntarnos por la credibilidad de las fuentes, por la autoridad y por la integración de información para nuevas interpretaciones.
Bienvengamos a los jóvenes en la construcción conjunta de nuestros estándares, capaz que nos salgan más desafiantes que los actuales.
17 comments
Daniel Patricio Fernández García says:
Jul 2, 2011
Estimada Gabriela,
tu columna me parece poco esclarecedora, por decir lo menos: mezclas competencias con habilidades sin ton ni son, y dices, entre otras cosas, que no quieres descalificar pero que no crees que los adultos puedan entender como funciona la cognición juvenil dentro del mundo digital y que según tu, no son aptos para medirla. Dices que los viejos no pueden adaptarse a las nuevas tecnologías y son ellos los que crearon casi todas las herramientas de la red (en cuanto arquitectura de contenido), es decir, las bases de casi todas las forma de interacción. Así las cosas, por ejemplo, me dices que un tipo como Steve jobs no está preparado para enetender como funciona internet. Sin embargo, tienes razón cuando dices que los viejos no tienen las habilidades cognitivas desarrolladas para navergar eficientemente por la red, PERO NO SIGNIFICA QUE NO LAS POSEAN.
Por otro lado, los ejemplos que pones, no necesariamente tienen que ver con las cuestiones que mide la prueba Pisa, de hecho, tu misma dices en cuanto al asunto, que mide “habilidades que permiten usar los recursos de internet para resolver un problema, integrar datos para producir nueva información, responder preguntas y encontrar información relevante de acuerdo a su funcionalidad”. Así, los ejemplos que das no se atienen a la lógica de una coordinación: imagina que para ese evento se creo un grupo en facebook con instrucciones básicas (lugar, fecha, hora, incluso coordinación de ensayos)… ahora explícame como se relaciona eso a cabalidad con lo que mencionas y tratas de criticar antes de los ejemplos?
Finalmente dices:”Una generación con periodos cortos de atención y con una exigencia de inmediatez en todo”. Efectivamente lo veo en mi caso -últimamente no he tratado de adaptarme a las nuevas forma de búsqueda de google para afinar lo que trato de buscar, por ejemplo; simplemente porque se me acaba la paciencia-, y es justamente eso lo que provoca que haya un mal aprovechamiento de las habilidades y competencias, si es que existen. Gran parte del conocimiento necesita de tiempo para ser adquirido y cierto grado de concentración, que es muy difícil lograr justamiente en ambiente de internautas, ya que es un ambiente hiperestimulante. Así, las habilidades y competencias, necesitan tiempo y dedicación (como casi cualquier cosa) para adquirirse. Es cierto que esta generación tiene mucho mayor capacidad para generar ciertos aspectos cognitivos, pero carece en la mayoría de lo casos de la capacidad para profundizar en los mismos. De hecho, tu columna es una muestra clara de dispersión y una baja capacidad refelexiva. Esto sin ánimo de descalificar, claro.
Gabriela Guzmán says:
Jul 2, 2011
Hola, Daniel
Más que esclarecer, la idea era lanzar nuevas preguntas.
Creo que la comprensión de que estamos ante generaciones diferentes, cuesta asumirla. Y me parece que hay que abrirse a mirar las diferencias.
Mis mayores respetos por todos los adultos creadores de internet, no dudo de sus competencias (más que habilidades) tecnológicas. También reconozco que una cosa es crearla y otra, usarla, apropiársela y reinventarla.
Mi artículo no dice que los adultos no naveguen eficientemente por internet, lo que dice es que es el mundo adulto el que define la manera eficiente de navegar y el que dice que los jóvenes son los que no lo hacen.
Justamente los ejemplos que pongo son competencias que no mide la prueba PISA y que me parecen relevantes de considerar.
Me parece que el artículo te evocó una serie de reflexiones y deducciones que te llevaron hasta a preguntarte por tu sistema de bùsqueda, pero yo en ningùn momento me referí a eso. Si es que tus propios links te hicieron ver dispersión y tomar otro rumbo en esa navegación, puede implicar nuevas posibilidades, y dale la bienvenida.
Hay vínculos para profundizar cada uno de los puntos que reune el artículo.
La ironía respecto de la descalificación no me parece necesaria, cierra posibilidades de encuentro y diálogo. En mi artículo, no era una ironía, si no, una aclaración.
Atentamente,
Gabriela
Daniel Patricio Fernández García says:
Jul 3, 2011
Gabriela, lo que estaba midiendo la prueba Pisa no eran habilidades ni competencias sociales, sino comprensión de lectura en un ambiente diferente al de mero papel.
Por otro lado, mis reflexiones con respecto a la búsqueda tienen que ver justamente con que estaba haciendo una reflexión de acuerdo con la prueba Pisa, cuestión en la que enmarcas todo tu artículo, y que a la vez critícas en un párrafo bastante confuso.
Que estamos en otra generación, eso no es necesario asumirlo, eso es patente. Como también lo es que en el mundo en el que nos movemos, las nuevas generaciones pueden generar nuevas habilidades y competencias.
El problema principal de lo que expones tiene que ver, si lo pones en el contexto de internet, con que confundes habilidades y competencias de aprendizaje, con el hecho de que la nueva generación, a través de la tecnología, desarrolla habilidades sociales virtuales (psicológicamente funciona de manera diferente una relación mediada que directa entre personas, ej: Second Life). Por otro lado, hablas de las habilidades para usar la tecnología, pero todas las generaciones han tenido que adaptarse a eso, porque se supone que hace más eficiente la vida, desde el arado hasta internet, y esa, al parecer, es una habilidad innata al homo sapiens.
Finalmente, frente a la ironía que mencionas: tú descalificas a los mayores diciendo que no crees que sean los más idóneos para definir las competencias tecnológicas… pero si están definidas desde hace más de medio siglo, y son las mismas que tienen que ver con la adquisición de conocimiento en general, y por lo tanto, las habilidades básicas de comprensión de lectura. Adaptarse a internet para los viejos hoy día constituye una “evolución” cognitiva -por llamarla de alguna manera- que está en un nivel “parecido”, aunque no equivalente, al que tuvieron que adaptarse generaciones anteriores con el uso de la radio, televisión y fax (de hecho, durante los 80 a los viejos les costaba mucho usar un vhs, con suerte sabían poner play).
De ahí que en tu columna se evidencian estos problemas:
1.- Mezclas peras con manzanas, tratando de reflexionar sobre habilidades tecnológicas y sociales, dando a entender que esos chicos no son analfabetos (que una persona pueda organizar un club de fútbol amateur y sepa cómo usar un auto de última técnología tiene que ver con un algoritmo que aprendes de memoria y punto, puedes seguir sin saber leer ni escribir)
2.- Generalizas en cuanto a que crees que los viejos no son las personas idóneas para medir cosas que ya se miden y están creadas. Y, por otro lado, si el pensamiento abstracto se genera, con un buen aprendizaje, alrededor de los doce años, no me parece que un joven, a menos que sea un genio o muy avanzado para su edad, pueda de buenas a primeras definir cuáles son y cómo medir las competencias tecnológicas. Esto, considerando que sí es necesario definir y medir nuevas habilidades y competencias. Incluso, con las apreciaciones que haces, lindas un poco con la discriminación etárea (los viejos no pueden porque no entienden lo que los jóvenes hacen y no están en su mundo)
3.- Finalmente, si te referías al uso creativo de herramientas tecnológicas actuales (cosa que das a entender muy tangencialmente en tu columna), te cedo la razón: la mayoría de las nuevas generaciones, más familiarizadas con la tecnología, tienen mayor capacidad de generar relaciones dinámicas de elementos que se establecen en una red (como es el caso de internet y otras herramientas tecnológicas digitales). Pero para lograr eso, un uso creativo, tienen que lograr, colegio por medio o no, una serie de habilidades y competencias básicas para desenvolverse en el mundo actual. De eso habla la educación hoy día, la arquitectura de información, hacia allá se mueve la filosofía de distintos software en el mundo (sobre todo la competencia a muerte de los buscadores). Eso es aprendizaje significativo.
Finalmente, me enervó increíblemente tu artículo, porque he estado trabajando en estos temas a lo largo de muchos años y con un conjunto de fuentes diferentes, tratando de destruir una serie de mitos, que vienen sobre todo de los viejos que caen justamente en todo lo que tú comentas y casi de la forma cómo lo haces.
De ahí que más que querer discutir el asunto, lo que pretendo es evitar que se sigan generando confusiones en este ámbito.
Gabriela Guzmán says:
Jul 4, 2011
1. la sub o sobre valoración de las habilidades sociales, me parece relevante, sobre todo en un mundo globalizado, tecnologizado -con Facebook y Google(+) como aglutinadores de megagigantescas audiencias- y donde hasta las mayorías definen los gobiernos, al menos en este lado occidental del mundo.
La sub valoración, incluso el tratarlas como habilidades blandas y no como competencias duras, dificulta poder considerarlas como parte de un sistema de enseñanza-aprendizaje. Si las miras como competencias sociales duras, desde el conocimiento, aparecen las distinciones en el lenguaje, en las interacciones o en la configuración identitaria, incluso en la construcción de la realidad social; desde las habilidades, las de coordinación, de emprendimiento, de liderazgo; y desde lo actitudinal y lo ético, la responsabilidad social con el otro, la empatía , la integración con las culturas, la pertinencia, el contexto, etc.
2. La definición de competencias del siglo XXI es una conversación no cerrada. Hay variaciones desde los estándares de Francia, Inglaterra, Estados Unidos, los chilenos, etc. Hay algunos que son sumamente funcionales, por ejemplo, nuestro SIMCE tecnológico considera el uso de mail y la verdad es que es una práctica sumamente restringida a esta época.
Si es que te quedas con que son los mismos de los años ’50, efectivamente no podemos conversar.
3. Entiendo que si trabajas en programas de alfabetización digital de adultos (mayores), ciertamente, hay algo de la lectura de mi artículo que los aleja. Sin embargo, la expresión de las diferencias pueden llevar a estrategias más apropiadas, por ejemplo,considerar la relevancia de un sistema más funcional o que les haga sentido a sus formas de relacionarse y a sus intereses.
En un mundo de redes sociales y donde hasta nuestros gobiernos se definen democráticamente, no me parece superficial la pregunta por las habilidades sociales.
Pablo Cáceres Maldonado says:
Jul 2, 2011
Sinceramente, creo que se sobre-estiman las capacidades necesarias para crear un evento en facebook y asistir a un ensayo de una coreografía. Si la mayor parte de los jóvenes, es incapaz de encontrar, procesar, verificar, discriminar, etc. Entre fuentes relevantes de información de calidad para resolver problemas y dar respuesta a temas de interés, lo demás (saber crear un evento en facebook, chatear, jugar a la maldita paloma, entrar a porlaputa, hacer un meme, usar paint, encontrar blfgs conspiparanoícos y pseudocientíficos) honestamente, no me parece tan fundamental.
En mi entorno al menos, universitarios de todos lados, esta lleno de personas que creen que los documentales de la feria e Internet con fuentes pobres y sin respaldo científico, son la última chupa del mate, y son incapaces de hacer un juicio crítico de las fuentes. Usan un algoritmo: si viene del sistema es malo. Si viene de afuera del sistema, es bueno. Sus discursos, a mi juicio, están plagados de falacias, y no saben detectarlas.
Creo que es destacable el hecho de que Chile no haya hecho más que mejorar en los resultados de PISA los últimos 10 años, por lo que no me alarmaría porque salen mal en la primera medición de lenguaje en la web. Lo que si me parece de suma importancia, es tomarse en serio los resultados, y ponerse a trabajar en mejorar eso, pues de ahí es de donde están sacando información las nuevas generaciones. Y la realidad, es que no están sabiendo discriminar ni utilizar información de calidad. Que algo sea políticamente conveniente, no debe confundir al analista, y por eso, tratar de tapar el sol con un dedo.
Que a Gabriela le parezca incompresible que jóvenes se junten a hacer un flashmove y al mismo tiempo salgan mal en una prueba estandarizada, creo que tiene que ver con que asume un nivel de racionalidad y juicio critico , para realizar la actividad, que no es tal.
Otra cosa que nadie dice. Muchos fueron porque: son fans de Michael Jackson, su sueño era bailar Thriller, le gustan los flashmove, les cae mal Piñera, querían acompañar a los amigos etc. Muchos conocemos gente de derecha o que no les importa un pepino las causas, y fueron al flashmove. (La besaton va por el mismo lado. Hay MUCHOS que simplemente quieren ir a tirar con alguien.) ¿De verdad creen que van a decir publicamente? “Fuí porque quería bailar Thriller”. Los empalan. Hay mucho populismo al interior del movimiento estudiantil (y bullying). Estaría bueno que alguien empezara a desinflar la ficción histórica que se crea a su alrededor. Y manifiesto mi desacuerdo acá, porque creo que esta columna coopera en sentido contrario tanto en la necesidad de desinflar el mito, como en la necesidad de abordar problemas que se detectan a través de estudios internacionales. Saludos.
Ricardo Martinez says:
Jul 2, 2011
Hola Pablo:
¡Qué bueno que hiciste este comentario! Aprender… Creo que la primera lección de vida que aprendí fue que no había que ser soberbio. Todas las largas décadas que han pasado desde entonces he asumido que ese es el aprendizaje principal, primero y fundamental, más que cualquier otro. Estas lecciones se aprendían cuando de pequeños nos indicaban -por ejemplo- que jamás, pero jamás, jamás, había que hablar en tercera persona si uno pertenecía al mismo grupo que estaba criticando, como en: “Si la mayor parte de los jóvenes, es incapaz de encontrar” (y otros por el estilo en tu comentario); donde el verbo debería ser “somos”. Haciendo este blog y observando los comportamientos en FaceBook, me he dado cuenta de que quizá estoy equivocado. Otras personas, particularmente tú y algún amigo tuyo, NO aprendieron nunca esa lección: y lo más probable es que simplemente no la aprendan. Mucho más allá de resultados PISA en competencias de cualquier índole, creo que esto es lo más grave que nos está pasando como sociedad.
Daniel Patricio Fernández García says:
Jul 2, 2011
Hola Ricardo,
me gusta en general terceracultura porque pienso que es un buen espacio que se ha abierto a punta de esfuerzo y seriedad en temas que para muchos pudiesen parecer “poco académicos”, cuando en realidad son punta de lanza en el desarrollo de la investigación y conocimiento, sobre todo en las humanidades. Sin embargo, comentarios como el que acabas de hacer a Pablo me parecen poco certeros, y le restan méritos a la página.
Te digo esto porque para poder criticar lo que criticas de Pablo debes tener en cuenta, primero, cómo se considera él -si es que se considera joven más allá del aspecto etáreo sociológico standar-; si se refiere a gente más joven que él; o si considera que él mismo no comparte las predicaciones que hace del sujeto “joven”, y he ahí el uso de tercera persona.
En mi caso, considero que efectivamente, si Pablo es joven, no comparte las características de los jóvenes que está describiendo -la prueba palpable es el mismo comentario que realiza: reflexivo y crítico-.
Más allá de lo anterior, tu cometario me pone incómodo porque utilizas el argumento de la tercera persona para descalificarlo diciendo que es soberbio, pero en ningún momento atacas sus argumentos. Me parece poco leal dentro de una discusión descalificar a la persona a priori sin acercarse siquiera a través de ese recurso al ataque de sus argumentos. Mal que mal aquí estamos discutiendo argumento contra argumento, no atacando a la persona.
Ricardo Martinez says:
Jul 2, 2011
Daniel. Mi problema con Pablo NO tiene que ver con sus argumentos: es personal, y se arrastra desde hace años.
Pablo Cáceres Maldonado says:
Jul 2, 2011
Hola Ricardo
Sinceramente, no soy muy bueno relacionándome con gente que tiene problemas personales conmigo. Tengo problemas con la gente que insiste en atacar a los demás, en los debates o similares, de forma personal, antes que a sus argumentos.
Los tengo, desde el día en que en la Chile, una profesora me califico mal en un trabajo, justamente por cuestiones personales.
No tengo interés en ponerme a debatir sobre la justicia o injusticia de tus acusaciones de soberbia. Creo que mucha gente, acude a ese tipo de acusaciones, por cuestiones ajenas a la soberbia misma. No creo ser ajeno a la soberbia o las descalificaciones personales. Lo debo haber hecho conciente o inconcientemente muchas veces (Por lo mismo no me interesa andar predicando humildad ni nada similar) Sin embargo, eso no significa que lo busque como norma. Trato de hacer lo contrario.
No creo que valga la pena que siga abriendo la boca en este espacio, si al fin y al cabo, uno de los autores (Remis todavía no me expresa su rechazo, si ese es el caso) va a estar más pendiente de lo que considera soberbia, antes de los contenidos de un debate.
Ricardo Martinez says:
Jul 2, 2011
Hola Pablo:
A ver, solo un par de cosas, para aclarar y “desfacer” el entuerto.
PRIMERO: en TerceraCultura tenemos la práctica de publicar absolutamente todos los comentarios, sean estos favorables o desfavorables a lo que publicamos, sean en buena o en mala. Creemos sinceramente que esa es la prática más justa. No tenemos publicación automática de los comentarios simplemente porque tratamos de controlar el spam. En ese sentido, siempre serán bienvenidos los comentarios, cualquiera sea su naturaleza.
SEGUNDO: yo, Ricardo Martínez, también soy un comentador, y como tal, estoy en las mismas condiciones que cualquiera, se me puede pasar la mano con un “ad hominem”, puedo andar en un mal día y así… no soy siempre racional, a veces me molesto, etc. Espero que entiendas que no soy un robot y algunas cosas me pueden doler y puedo reaccionar. Por favor, toma en ese sentido el comment anterior. [Finalmente, acá, al igual que en todos los blogs -Gugulson, los de los medios masivos, LoserPower; también se pueden dar naturalmente flamewars. ¿Por qué íbamos a estar libres de eso?].
Finalmente, sobre lo de debatir, claro, la idea esencial es debatir.
Saludos (no hard feelings), Ricardo
Daniel Patricio Fernández García says:
Jul 3, 2011
Todo este cruce de comentarios que se ha dado entre Pablo y Ricardo –que no puedo calificar de conversación, ni siquiera de discusión-, me parece evidencian precisamente las diferencias entre lo que es el manejo de la tecnología y la adquisición y manejo de conocimiento; entre las habilidades para “usar” una determinada herramienta, y la madurez para hacerlo de forma responsable y con el suficiente criterio para sacar provecho a este intercambio en red y generar mayor conocimiento.
Una cosa es manejar una herramienta de discusión –en este caso, publicar un comentario en línea-, y otra cosa es saber qué implicaciones tiene.
Más aún si uno es el moderador, el administrador del sitio o un community manager, que es lo que está siendo Ricardo –lo llame o no lo llame así.
El tono descalificador hacia Pablo, no contra-argumentar sino descalificarlo personalmente, haciendo público una afrenta que se admite es personal, es inadmisible para alguien que está ejerciendo de moderador o administrador. De hecho, ese tono para un simple comentarista ya es bastante deleznable y lo descalifica de antemano.
Me parece perfecta la práctica de publicar todos los comentarios, pero creo para tener la responsabilidad de administrar un sitio, hay que comenzar sabiendo qué cosas se pueden –o se deben- hacer públicas y si vienen a lugar o no en la discusión planteada.
Está claro que no basta saber publicar un comentario en Facebook o aquí, para ser un comunicador, un moderador y un dinamizador de comunidades que genere discusiones provechosas.
Gabriela Guzmán says:
Jul 2, 2011
Hola, Pablo
No sobreestimo la capacidad de los jóvenes solo digo que me parecen diferentes. Para mi generación y las anteriores lo valioso era lo verificable desde una autoridad académica, un cuerpo teórico consolidado, un sistema lógico racional, o desde la comparación con la “realidad”. Coincido contigo en que ahora lo valioso pareciera ser lo que tiene más puntos en el rating, lo más linkeado en el google o lo más popular. Intento no ponerle a eso una etiqueta moral para ver qué se aprende desde ahí.
Me parece necesaria la validación de la información, entendiendo que también ese cuerpo teórico que lo sustenta vive dentro de un contexto histórico social que lo origina, por tanto, más que aprender cómo validar algo, me parece mejor enseñar-aprender cómo se originan estos cuerpos, cuál es su cuerpo sustantivo y la metodología de validación interna que tienen.
No me parece incomprensible que se junten y hagan un flashmob. Me parece que es una habilidad de coordinación que sería bueno medir en un PISA tecnológico, o la capacidad de interpretar y crear nuevos contenidos. Abogo por un concepto de lectura digital más amplio.
Los ejemplos coinciden con el activismo del movimiento estudiantil, pero con o si él, existen igual flashmobs, eventos, videos, canciones creadas, páginas nuevas, etc. igual hay habilidades diferentes. Lo que pasa es que el movimiento estudiantil lo hace más fecundo, visible y masivo.
Samir Jorge says:
Jul 2, 2011
Son certeras la críticas que hacen, en cuanto a cierta incongruencia entre el ejemplo y la cuestión tratada. No se necesita nada especial para asistir a un Falshmob, organizar una coreografía o hacer una comunicación en directo por video. Y bueno, sobre habilidades cognitivas, no sé mucho. Así que hablaré desde la experiencia.
Hay algo que si tenemos los jóvenes, aquellos que hemos crecido en la dinámica de internet, que si nos diferencia. Y es el cómo y con qué medios concebimos la información, su intercambio y su manifestación. Es normal, para nosotros, tener la posibilidad de contacto instantáneo con cientos de personas (Facebook), el flujo de información y opinión en tiempo real (Twitter), el hablar con alguien o con varios sin compartir el mismo lugar físico (Skype), organizar un evento sin necesidad de conocer a quienes participan, etc. No nos asombramos, no nos maravillamos, es parte de nuestra situación biográfica.
Los adultos, en su mayoría, ven esto como algo extraño, quizás complejo. Me ha tocado ver como se complican manejando más de 3 o 4 pestañas, o intentando hablar con varias personas a la vez en un chat. No tengo más base que mi práctica, pero aseguro que no somos comprendidos cabalmente por la generación mayor, y viceversa, nosotros no los comprendemos a ellos.
El problema, es que al categorizar sientan un paradigmas a una dinámica que no viven, y en base a esos paradigmas se sitúan ante nosotros, nos imaginan y asignan un rol, un comportamiento. Y no siempre nos representa esa idea. Podemos manejar múltiples entradas de información, pero tampoco implica que seamos incapaces de atender a un texto. Tenemos cientos de amigos en Facebook, pero no implica que sean todos nuestros amigos. Nuestra privacidad no es pública, sino que tenemos un lado público y un lado privado, y elegimos que datos son propios de cada perfil. Y así.
Por eso creo que es bueno atender a la cuestión. Los adultos deben comprender, creo, que su visión será siempre desde una cosmovisión distinta, lejana incluso. A veces se debería dejar de afrontar los problemas con estrategias que funcionaban, tiempo atrás, en otro tiempo, cuando entre generación y generación no existía un abismo tecnológico como el tenemos. O quizás, aceptar que esa estrategia tal vez no dará cuenta de la realidad del “joven”, sino que siempre estará velado por su propia realidad. O al menos, eso creo yo.
Gabriela Guzmán says:
Jul 2, 2011
Más allá del ejemplo que apuntaba a habilidades de convocatoria y coordinación, muchas gracias por la experiencia.
La “realidad” del “joven”, como dices, no es una, sino que una miríada de diversidades, por ende, una sola estrategia tampoco puede servir. Las categorías también las escribimos los adultos, por eso, si tal vez nos abrimos a la conversación salgan incluso desafíos mayores que los que podría indicar cualquier sistema de medición.
Carlos Balboa says:
Jul 3, 2011
No es mi intención señalar que el post no sea interesante, pero he encontrado más interesantes los comentarios, pero creo que debemos volver al texto de Gabriela; bajo este principio, hago las siguientes reflexiones:
1º No se menciona ni se da un enlace para tener información directa del instrumento de medición de la OCDE.
2º No se considera que en los entornos virtuales la modalidad es más cercana a la oralidad que a la escritura, por lo que es más importante la interacción que el traspaso y búsqueda de información.
3º En relación a lo anterior, pareciera que la medición no considera lo que se ha llamado “la segunda oralidad”.
Gabriela Guzmán says:
Jul 4, 2011
0. Bienvenido el debate.
1. Super Buen punto.. Va: http://www.oecd.org/dataoecd/46/55/48270093.pdf
Atentamente,
Gabriela
Carlos Balboa says:
Jul 5, 2011
Muchas gracias (¿lo leo en pantalla o en papel?)