25 años de The Queen is Dead
Si uno sintonizaba cualquier día de 1986 en Santiago de Chile la Radio Concierto (o Radio Concert, como le decían Los Prisioneros), lo más probable es que la parrilla musical rotara insistentemente temas como That’s What Friends Are For de Dionne & Friends, Say You, Say Me de Lionel Richie, Broken Wings de Mr. Mister, Burning Heart de Survivor, Kyrie de Mr. Mister, Addicted To Love de Robert Palmer, Glory Of Love de Peter Cetera, Never de Heart, Stuck With You de Huey Lewis & The News, Holding Back The Years de Simply Red, Sledgehammer de Peter Gabriel, Sara de Starship, Human de Human League, Take My Breath Away de Berlin o Rock Me Amadeus de Falco; todos temas sacados de la lista de éxitos del Billboard. La radio había comenzado sus transmisiones en agosto de 1972 y es sindicada por la misma Archi como la punta de lanza de las emisoras FM juveniles que dominaron la escena radial entrados los ochentas. Para 1986 controlaba completamente lo que se escuchaba en las piezas de los adolescentes y sus Walkmans y tenía un poder tal que practicamente toda la generación de lolos de la época seguía sus directrices programáticas sin casi dejar que hubiera nada que le hiciera sombra. Su connivencia tácita o explícita con el otro generador de audiencias que era el Magnetoscopio Musical, hacía que para un quinceañero cualquiera subsistiera una impresión profunda de que la oferta sonora de esos años era absolutamente homogénea, monolítica. Claro, a menos que se escapara hacia el metal o el Canto Nuevo. El escenario no parecía diferente ni en los Estados Unidos, ni en Top of the Pops en Inglaterra.
Pero, aparecieron estos muchachos de Manchester con un disco bajo el brazo que tenía por portada a Alain Delon en la película L’Insoumis de 1964… y todo se fue a las pailas.
A la distancia es difícil dimensionar el impacto que tuvo en la historia de la audición musical anglo chilena el fenómeno de The Smiths, y, lo que voy a hacer a continuación es una reconstrucción más desde la memoria que desde el dato duro. The Smiths introdujo en Chile, al menos para los adolescentes, el concepto de lo alternativo. Lo alternativo era algo bien claro: aquello que estaba fuera de la programación de la Radio Concierto. Es verdad, tal como señala con extremo detalle Oscar Contardo en La Era Ochentera, que existía una corriente subterránea alternativa en el país que podía ser capturada en el Garage de Matucana o en la obra de los Pinochet Boys, pero, esa corriente era tan antisistémica que jamás pensó, ni pudo, combatir al mainstream. The Smiths y lo que vino a continuación, en cambio, infligeron una herida mortal a la pretendida uniformación juvenil de la segunda mitad de la década. No se hizo esperar la “apertura de oreja” para dejar entrar a los grupos de college’s radios norteamericanos (R.E.M.) o los herederos del No-Wave de la costa este (Pixies, Sonic Youth) o del post-punk inglés (Bauhaus, XTC) y al shoegaze (Jesus and Mary Chain). De hecho, la misma Billboard tuvo que reconocer el impacto de estas y otras bandas ya para 1988, cuando el 10 de septiembre lanzó un chart alternativo llamado Modern Rock Tracks (en ese primer año, fueron Nº1 Siouxsie and the Banshees, Big Audio Dynamite, The Psychedelic Furs, U2 y R.E.M.).
Cuando la discoteque Blondie abrió su puertas en 1993 y recuperó esos sonidos y otros bajo el lema “Old Wave”, The Smiths fueron casi siempre uno de los “kernel” del movimiento. Y es curioso, porque el adolescente ochentero, que ha ido envejeciendo y adquiriendo más nostalgia y poder económico, suele no recordar la fractura. En las fiestas envasadas de nostalgia ochentera se tienden a recuperar los temas Billboard Top 100 de la década, y sospecho de que si un cuarentón estándar asiste a una “Old Wave” no vibraría tanto como escuchando Rock Latino.
Los ochentas fueron re-escritos, y está bien que así sea.
Curiosamente, la historia no es tampoco así de simple. El primer artículo académico sobre The Smiths, publicado en 1992 por Julian Stringer en Popular Music (Cambridge), “The Smiths: Repressed (But Remarkably Dressed)”, arroja luz sobre algo que, para nuestros oídos de aquellos años simplemente pasó desapercibido: el impacto de The Smiths en Inglaterra se debió no solo a que fueran alternativos, sino a que eran quintaesencialmente ingleses (las fuentes que nutren la lírica morreysiana recuperan gran parte de la literatura premodernista, modernista y posmodernista británica, hallando quizá en los Angry Young Men, y particularmente en Shelagh Delany la base de su inspiración. De hecho, un mito que circula en torno al origen del nombre del grupo es que este se tomó de una línea de la obra “A Taste of Honey”, en que Jo dice “You told me not to trust men calling themselves Smith”). En aquella era se libró en Gran Bretaña una guerra entre el hip-hop y la música rock tradicional blanca que ahora se recuerda como la “Hip-Hop War”, combatida fudamentalmente en los campos de NME.
El propio Morrisey en 1986 se despachaba declaraciones como esta:
“El Reggae, por ejemplo, es para mí la música más racista del mundo entero. Se trata de una glorificación absoluta de la supremacía total del negro. . . Pero, en última instancia, no tengo opiniones forjadas sobre la música negra que no sea la música negra moderna que detesto. Detesto a Stevie Wonder. Creo que Diana Ross es horrible. Odio todos esos discos en el Top 40 – Janet Jackson, Whitney Houston. Creo que son viles, en extremo. En esencia, esta música no dice nada en absoluto. . . Obviamente, para obtener el Top of the Pops en estos días, uno tiene que ser, por ley, negro. . . Creo, como consecuencia, que los grupos conscientes más jóvenes están siendo amordazados”.
Interesante es anotar que el segundo artículo dedicado a The Smiths en Popular Music (Cambridge), “Black, white and blue: the racial antagonism of The Smiths’ record sleeves” (Warnes, 2008), se obliga a desactivar el racismo musical declarado por Morrisey, con el siguiente argumento:
“Este artículo sostiene que [aquel] entendimiento racial también ha desangrado a la recepción crítica de la banda, animando a muchos a suponer que Morrissey y Marr se basaron en influencias exclusivamente blancas. En concreto, se argumenta que los iconos camp blancos de los años 1950 y 1960 que famosamente adornan las carátulas de la banda forman una especie de cortina de humo que alimenta el interés por las preferencias sexuales de Morrissey y ocultan las preferencias por las fuentes musicales Black Atlantic tanto suyas como de Marr. La Gran Bretaña de la pre-inmigración evocada por estos iconos, a mi juicio, ayuda a evitar que los fans y la crítica comprendan que los intentos de la lírica de Morrissey por encontrar humor y auxilio en el recuerdo del dolor, están profundamente inspirados por la versión afro-americana del blues”.
Como Stringer afirma, The Smiths es probablemente una de las primeras bandas cuya “imagen fue siempre la de sí mismos, sobre su propia construcción y reconstrucción, y, a su vez, esto se lee en la práctica textual del grupo”. No recuerdo muchos grupos -aparte del metal– que lograran en esos lustros que sus seguidores anduvieran con sus poleras y pines, y sintieran una filiación más allá de la estética musical. Y no es solo que el grupo reconstruyera y deconstruyera la estructura de la canción pop (las primeras veces que los escuché, lo que más me llamó la atención fue la ruptura con la organización Estrofa-Estrofa-Coro-Estrofa que habitaba y dominaba los tracks radiales) y del LP (inició el dominio de los singles Indie), sino que creaba una manera de acercarse al mundo (sí, incluso en Chile, tan lejos tan cerca de Manchester).
La fascinación incluso actual por el grupo ha quedado documentada por esta extraordinaria revisita a su obra maestra The Queen is Dead, realizada por el Página12 en la Argentina, donde, en uno de los comentarios más logrados, Sebastián Carreras de Entre Ríos, plantea sobre “Cemetry Gates”:
“Ahora bien, propongo un ejercicio: oírlo lejos del resto de los tracks de The Queen is Dead y reemplazar imaginariamente la voz de Morrissey por la de Stuart Murdoch. ¿Saben cuál sería el resultado? Nos encontraríamos con unas 25 canciones de Belle & Sebastian”.
Dos regalos para terminar:
- El FAQ del grupo de Usenet alt.music.smiths/morrisey, que contiene una larga lista de referencias y relaciones con otros héroes del periodo.
- El sitio Passions Just Like Mine, con enorme información sobre la discografía.
13 comments
Camilo says:
Ago 28, 2011
Me parece muy interesante tu análisis sobre The Smiths. Es una de las bandas más importantes de los 80s en el Reino Unido. Y me llama la atención eso si que en tu análisis no hicieras mención alguna sobre el contexto en que nace The Smiths. En un contexto en que esa época en el Reino Unido estaba gobernada por Margaret Thatcher y en ese sentido The Smiths representaron a los “desplazados” del modelo económico que impuso en esa época Thatcher. Yo nací a finales de los 80s y por tanto quisiera preguntarle al autor de este texto es ¿The Smiths fue conocido en los 80s en Chile independientemente que no eran transmitidos por las radios más importantes de los 80s? Y segundo ¿Le atribuyes a The Smiths influencia en las bandas de rock chilenas de los 90s? Imagínate que “Vicar in a tutu ” de The Queen is dead suena muy parecida a “La espalda y la pared” de Los Tres. E incluso a veces llego a escuchar riff en la guitarra de Angel Parra que me reconducen a los riff de Johnny Marr (no digo que sea plagio por si acaso). Saludos
Ricardo Martinez says:
Ago 28, 2011
Hola Camilo, gracias por el comentario y las preguntas:
Sobre la situación económico política británica, contexto para el surgimiento de la banda; sí, es cierto, debería haberla mencionado. En la película 24 Hour Party People, y en el documental Seven Ages of Rock (episodio 7) se desarrolla mucho esa arista. Puedo agregar que el nombre pensado inicialmente para “The Queen is Dead” era “Margaret on the Guillotine”. Sobre lo del conocimiento de los Smiths, sí, eran conocidos, pero su principal valoración venía de auditores que se desplazaban desde la Radio Concert a otras formas de escuchar música. Felipe Pumarino tiene un texto precioso acá mismo (http://terceracultura.cl/2011/05/la-corbata-de-ian-curtis/) donde explica cómo se podía acceder a la música alternativa en esa época (programas de radios universitarias como “Música Marginal” o “Al Margen”, tiendas en que grababan cassettes desde discos, cierto tipo de fiestas). En el mismo contexto universitario hubo una explosión de actividades centradas en pasar videos en lugares como Beaucheff, Arquitectura de la Chile, y similares en los dos o tres últimos años de la década. Finalmente, sobre la música chilena de los noventas, la influencia es indudable. Concuerdo plenamente con J.C. Ramírez (http://www.jcrf.cl/tag/johnny-marr/) en que finalmente Marr y David Gedge de The Wedding Present practicamente inventaron la manera de tocar la guitarra en el indie; de este modo, su influencia sobre las agrupaciones nacionales NO puede ser minimizada; máxime cuando la movida rockera y pop e indie nacional de esa década (patrocinada por la Rock & Pop) dialogaba muy directamente con lo que estaba pasando con el Grunge, y mucho más, con el Brit Pop. Ni Blur, ni Pulp ni Oasis se explican sin The Smiths… lo mismo vale para tantos grupos chilenos, que nacieron bajo su influjo.
Saludos,
Ricardo
Camilo says:
Ago 28, 2011
Te agradezco tu aclaración y las respuestas a mis preguntas. Y muchas gracias por los links que enviaste. Sin duda The Smiths marca un antes y un después y es bueno hablar con personas como tu acerca The Smiths y su influencia. Saludos
Pumarino says:
Ago 29, 2011
Notable texto, Martínez. Un solo apunte local: al menos en el caso chileno, creo que el concepto de música “alternativa” en la radio y en la TV nace con The Cure, banda a la que alrededor del 85 ya le están dando como caja en Más Música, el Magnetoscopio, Concierto y Galaxia.
En algún momento (entre el 86-87) prácticamente toda la discografía -y “videografía”- de los Cure se lanzó de sopetón: parecía que el grupo lanzaba un single por semana. Recuerdo que en el colegio, en 1989, el lanzamiento de Disintegration fue tan comentado como cualquier disco de Bon Jovi. Raro, por decir lo menos.
Saludos!
Ricardo Martinez says:
Ago 29, 2011
Hola Felipe:
Tienes razón… Siempre me he imaginado el proceso de mainstreamización de lo “alternativo” como esa publicidad ochentera de máquina de afeitar: “la primera hoja asusta al pelo, la segunda lo alisa, la tercera…” O sea, el proceso es progresivo y por fases y no algo que pase de un zuácate. Recuerdo bien la llegada de los Cure a nuestra vida y que el primer fanzine que alguna vez vi era uno dedicado a ellos como a mediados de 1986. Sobre la avalancha de singles curianos, me parece que el origen fue este: http://en.wikipedia.org/wiki/Standing_on_a_Beach
Ricardo
Christian Ramírez says:
Ago 29, 2011
Estimado Ricardo
En defensa de la vieja Concierto de Julián debo decir que fue ahí, donde por primera vez, a fines del 87, escuché por radio un tema de los Smiths. Todavía me acuerdo cuál era: I started something I could’nt finish, del Strangeways hwere we come… Fue un programa marginal de la radio y que probablemente recibía pre armado. “Pop británico” se llamaba. Domingos a las 21.00. Y obvio, lo que salía por ahí iba contra todo el resto de la programación: Sugarcubes, Nick Cave, Depeche Mode, Aztec Camera y muchas otras bandas que años después terminaron sonanbdo en las fiestas de la Blondie y que hasta los cuarentones de hoy bailan. Por ahí debo tener el casete que me grabé esa noche. Tremenda sorpresa el escucharlos, porque hasta entonces sólo había leído de ellos en revistas. lo curioso es que por entonces ya iban derechito a la disolución.
Un abrazo!
Ricardo Martinez says:
Ago 30, 2011
Excelente aclaración. La patina del tiempo tiende a exagerar las cosas… Sí, la Concierto de Julián (1972-1999) fue un clásico de todas maneras.
Carlos Balboa says:
Ago 29, 2011
Buena nota, la primera parte me recordó mucho el capítilo Nº 7 de “Las siete edades del Rock” (utilizaste el mismo recurso de colocar en paralelo a Paul Young con The Smiths). Una solicitud, ya que utilizas el formato Apa para las citas y referencias, podrías poner al finasl las referencias bibliográficas.
Ricardo Martinez says:
Ago 30, 2011
Claro, esa parte fue adrede 😉
Felipe says:
Sep 4, 2011
Me encanta leer sus post sobre música, sobre todo con el de Sarah aprendí muchísimo.
Pero me queda una duda y es que ¿Lo “alternativo” nace o toma una mayor forma desde los ochenta con bandas como The Smiths o bien nace directamente con el punk? porque me da la impresión de que algunas de las características de las bandas alternativas referencian la cultura punk como por ejemplo: identificarse con los marginados y de hecho serlo, rechazar las pretensiones comerciales y desligarse de todo compromiso mediante la fórmula del DIY. ¿Es lo “alternativo” LA forma de llamar a las bandas pop con actitudes punk y podría decirse que en realidad siguen determinadas reglas que el punk había inventado con bastante antelación pero con un sonido nuevo? Esta duda se refuerza con la consideración de que dos de las que para mí son unas de las más célebres bandas del alternative americano (Hüsker Dü y The Replacements) empezaron como bandas de hardcore punk (recuerdo habelo corroborado con sorpresa cuando bajé las discografías de ambas hace ya un par de años) y que justamente eran oriundas de una ciudad donde la escena había sido emprendida por una interesantísima banda punk llamada The Suicide Commandos. Me da la impresión de que el alternative además de un sonido nuevo es un avatar musical de una actitud punk quizás no tan politizada pero igualmente contraria a lo establecido.
Saludos (:
Ricardo Martinez says:
Sep 4, 2011
Hola Felipe:
Buena pregunta. Como comenté anteriormente, por lo general lo que uno hace es tirar un brochazo que intenta encontrar hitos, o momentos, o eventos, en procesos que son mucho más continuos. Es cierto, la “actitud punk” (recomiendo mucho ver este documental: http://www.youtube.com/watch?v=0XI85jPbcps) puede ser la base de lo alternativo, concuerdo plenamente. Incluso uno podría ir más atrás: cuando se hace una historia del punk lo que se descubre es que cada vez el año de inicio de estas preferencias musicales y estéticas se arrastra más hacia el pasado. En los ochentas uno solía escuchar que el origen eran los Pistols y los Clash como el 76-77, luego que eran The Stooges, un par de años antes, luego MC5 y The New York Dolls… Incluso algunos llegan a conectar al movimiento con las garage bands de los sesentas (escucha este disco, es una maravilla: http://en.wikipedia.org/wiki/Nuggets:_Original_Artyfacts_from_the_First_Psychedelic_Era,_1965%E2%80%931968). Yendo a la idea del post: yo creo que lo que ocurre finalmente con The Smiths y las bandas que mencionas, es que la industria termina rindiéndose ante ellos, que inician una fractura en el muro que dividía a dos formas de entender la industria y su relación con los auditores (el mainstream de un lado, y lo “alternativo” del otro). Fractura que será una caída de muro con Nirvana. Pero, también podemos ir más atrás en esta idea. En un artículo de Nehring (2006) “The Situationist International in American Hardcore Punk, 1982-2002” (que te acabo de enviar a tu mail para que le eches un vistazo) se propone que la primera canción punk en conquistar el mainstream fue “Heart of Glass” (Blondie, 1978) y el primer disco en hacerlo fue “Beauty and the Beat” (Go-Go’s, 1981). Eso… es interesante esta discusión, al final lo que uno hace es que se arma un relato para darle coherencia a los datos.
Gracias de nuevo,
Ricardo
Coke Vio says:
Jul 17, 2012
Agradezco tu artículo. Muy interesante. Para aquellos que quisieran husmear una cosa poca en la espléndida remasterizacion de 8 albums 1984-1988 de The Smiths les dejo un enlace
http://jumbofiles.com/qsv4x8tmkb5h
“Tween”, la infantilización de la música pop | TerceraCultura.cl says:
Dic 28, 2012
[…] en las radios FM a un setlist que venía preparado desde el corazón mismo de la industria. Como ya mencionamos en su momento, las parrillas de las emisoras se ceñían con precisión a las listas del Billboard y a los […]