Bueno, amigas y amigos, llegó la hora: nuestro último posteo del año. Y, les traemos una joyita; recién salido del horno, un paper de PNAS que va a dar que hablar: “The happiness–income paradox revisited” (Easterlin et al 2010), o “el dinero parece que sí hace la felicidad (sobre todo si vivimos en un país en vías de desarrollo, y por períodos breves)“.
En 1974 Richard Easterlin publicó el artículo que originó la subdisciplina de la “economía de la felicidad” (“Does Economic Growth Improve the Human Lot? Some Empirical Evidence“). Muy en sencillo: se daba por sentado que a mayores ingresos, mayor felicidad; sin embargo, el autor mostró que ello era así solo hasta cierto punto, de hecho, como muestra el siguiente gráfico, aunque los ingresos en los Estados Unidos han venido en aumento progresivamente, el nivel de felicidad se mantiene igual (o sea, ganado cuatro palos piensan que su sueldo y su felicidad es #reguleque, LOL).
“En pocas palabras, la paradoja de ingresos – felicidad es la siguiente: en un punto en el tiempo, tanto entre las naciones como al interior de ellas, la felicidad varía directamente con los ingresos, pero con el tiempo, la felicidad no aumenta cuando un país aumenta sus ingresos. Estamos hablando aquí de la relación de series de tiempo de la felicidad y los ingresos en el largo plazo, por lo general por lo menos 10 años, a veces más. Como veremos, la relación a corto plazo es una historia diferente” (Easterlin et al, 2010).
La idea de Easterlin ha sido fuertemente debatida, particularmente por autores que consideran que su estudio, al centrarse en países de altos ingresos sería WEIRD. Veamos un gráfico del blog del NYT Freakonomics, que lo contradiría:
Ahora, y para hacerse cargo de estas críticas, Easterlin ha ampliado el estudio más allá de los países en que fue aplicado inicialmente (Estados Unidos en 1974, y EE.UU. más Japón y nueve países desarrollados de Europa en 1995). En este estudio 2010 el autor realiza el análisis para cubrir 17 países latinoamericanos, 17 países desarrollados, y 11 países de Europa del Este. ¿El resultado? En los países en vías de desarrollo un aumento de los ingresos promedios si correlaciona con un aumento en la felicidad declarada por los ciudadanos (en períodos breves, no necesariamente en el largo plazo), como muestran los ejemplos de la ex Alemania Oriental, Estonia y la Federación Rusa desde 1988 hasta 2006 (nótese que las contracciones económicas van acompañadas de contracciones de la felicidad declarada):
“Este artículo también aporta evidencia sistemática única para los países en desarrollo y en transición de que las contracciones y las expansiones de corto plazo se acompañan de movimientos correspondientes en el bienestar subjetivo. Así, en el corto plazo, la felicidad, y BS están positivamente relacionados, pero en el largo plazo -en este caso, por lo general un período mínimo de 10- la relación es nula. La paradoja ingresos – felicidad ahora aplica para los países que van de pobres a ricos: entre los países, en un momento del tiempo la felicidad y los ingresos están positivamente relacionados, pero con el tiempo dentro de un país, la felicidad no aumenta en cuanto el ingreso sube.
Bueno, ¿quién tiene la razón? El mismo Easterlin dice, al final de su paper, que se necesitan más datos.
Por mientras esta gente se pone de acuerdo, les deseamos un muy buen año 2011 (con salud, dinero y amor).
6 comments
Natalia says:
Dic 31, 2010
Interesante, sin embargo, no creo el dinero traiga felicidad, soy millonaria y no por eso soy feliz!XD..joda, joda 😛
Creo mas bien en como dice mi padre, “la plata va y viene” asi que mientras alcance para pagar las cuentas listo, como mucho “calma los nervios”, pero no necesariamente da felicidad. Existen personas con muchisisimo dinero, y sumamente materialistas, pero bien reza el dicho, “hay cosas que el dinero no compra”, entre esas (a mi parecer), la felicidad.
Como sea, gracias por sus buenos deseos, yo tambien les deseo felices vacaciones! y que siga creciendo este sitio tan interesante y del que tanto disfrutamos! desde Argentina: besos!:)
guillermo says:
Ene 1, 2011
Hola… Bueno, sin ser para nada experto, creo que nada de lo que ponen dice mucho al final. ¿Cómo aíslas los factores, sobre todo cuando estás tratando procesos tan complejos como los cambios post caída del muro de Berlín? El otro día volví a abrir al libro ese de Feakonomics, que había leído antes de la crisis del 2008, y era increíble la cantidad de cosas gratuitas que se decían y que terminaron por caerse como un castillo de naipes. El bueno de Humberto López Morales decía que si hacías un estudio en una escuela tomando como universo al grupo de estudiantes, ibas a encontrar correlación estadísticamente significativa entre conocimientos matemáticos y número del zapato. Supongo que en el caso de los alemanes orientales la unificación con una república auténticamente democrática, que respeta los derechos civiles sin sacrificar los sociales, pudo tener harto que ver con el incremento en el bienestar.
guillermo says:
Ene 1, 2011
Naaaa
maldonado says:
Ene 2, 2011
No creo que se necesiten más datos. La relación es simple, incluso a nivel individual. Una población que carece de lo básico, tiende a igualar dinero con felicidad, en la medida que la mayor obtención de dinero le permite lograr la adquisición de lo básico. Sin embargo, una vez que lo logra y los mantiene, sus aspiraciones subjetivas cambian. Se pasa de la aspiración material a la aspiración emocional. Y esto último no lo puede proporcionar el dinero. Quizás puede servir como medio, como un martillo o una herramienta cualquiera, pero lo que realmente te llevará a la satisfacción es lo que puedas construir y elaborar con ellas.
José Antonio says:
Jul 27, 2012
Yo creo sinceramente que la felicidad verdadera no radica en el tener, sino en el ser. Osea, antes que el dinero, la pasión, la conexión con los propios sueños, el actuar en función de lo que indica el alma de cada uno de nosotros, el actuar en este mundo dando amor a las personas, etc, nos entregará muchísima más felicidad y será mucho más permanente, que si tenemos o no más bienes (o dinero). Claro que la sensación de felicidad si no se tienen cubiertas las necesidades básicas, se ve disminuida, ya que está afectada profundamente la dignidad del ser humano.
ruben gomez says:
Dic 2, 2013
Abraham MASLOW lo tenía bien claro cuando expuso la jerarquía de las necesidades. A medida que se satisfacen las necesidades básicas aparecen otras y ahí el detalle que el dinero ya no puede darnos esa felicidad.